En el 2015, unas 175.000 personas visitaron la sucursal de Centroamérica de los testigos de Jehová, ubicada en México. Esto supone un promedio de 670 visitantes cada día laborable. Muchos alquilaron autobuses para ir en grupo y emprendieron un viaje de varios días. Algunos planearon la visita con meses de antelación.

Algunas de las personas que visitaron la sucursal, también llamada Betel, tuvieron que hacer grandes sacrificios. Por ejemplo, la mayoría de los Testigos de una congregación del estado mexicano de Veracruz no tenía el dinero para pagar el viaje de 550 kilómetros (340 millas) en autobús. Por eso idearon un plan: el Proyecto Betel. Se organizaron en grupos para preparar y vender comidas caseras. También reciclaron botellas de plástico. En tres meses consiguieron el dinero para el viaje.

¿Valió la pena el esfuerzo? Ellos aseguran que sí. Por ejemplo, un joven de la congregación llamado Lucio escribió: “La visita a Betel me ha impulsado a ponerme metas y a crecer en sentido espiritual. Ahora estoy ayudando más en mi congregación”. Y Elizabeth, que tiene 18 años, dijo: “En Betel vi y sentí como nunca antes el amor verdadero que distingue a los siervos de Dios. Eso me motivó a darle más de mí a Jehová y a hacerme evangelizadora de tiempo completo”.

Hay días que vienen miles de personas a hacer la visita guiada. Los encargados de atender a los visitantes se aseguran de ser hospitalarios con ellos. “Ver a tantas personas me anima —dijo Lizzy—. Mi fe crece cuando veo su aprecio y los sacrificios que hacen por conocer Betel”.

Para atender a los miles que vienen, los que trabajan en otros departamentos también hacen de guías. Aunque esto implica más trabajo, les encanta recibir a los visitantes. Juan dice: “Disfruto de ver sus rostros y de oír sus expresiones de agradecimiento. Me alegra el día”.

Los más pequeños también disfrutan de visitar Betel. Noriko, que trabaja en el Departamento de Computación, comenta: “Les pregunto a los niños del grupo si les gustaría trabajar en Betel. Y todos dicen: ‘¡Sííí!’”. Uno de los lugares favoritos de los niños es el Rincón de Caleb, donde pueden tomarse una foto junto a grandes dibujos de Caleb y Sofía, los protagonistas de la serie de animación Hazte amigo de Jehová. Noriko dice: “A los niños les encanta”.

Muchos niños demuestran que valoran el trabajo que se hace en Betel. Por ejemplo, Henry, un niño de México, estuvo guardando dinero en una alcancía (o hucha) para hacer un donativo cuando fuera a Betel. También escribió una nota que decía: “Por favor, usen este dinero para hacer más libros y revistas. Muchas gracias por trabajar para Jehová”.

Las oficinas e imprentas de los testigos de Jehová de todo el mundo se pueden visitar de forma gratuita. Lo invitamos a venir a cualquiera de nuestras sucursales. Estamos seguros de que lo disfrutará mucho. Para más información, vaya a SOBRE NOSOTROS > VISITE NUESTRAS SEDES.