Daniel 6:1-28

  • Complot de los funcionarios persas contra Daniel (1-9)

  • Daniel no deja de orar (10-15)

  • Arrojan a Daniel al foso de los leones (16-24)

  • El rey Darío le da honra al Dios de Daniel (25-28)

6  A Darío le pareció bien nombrar 120 sátrapas sobre todo el reino.+  Por encima de ellos había tres altos funcionarios, uno de los cuales era Daniel.+ Los sátrapas+ tenían que rendirles cuentas para que el rey no sufriera ninguna pérdida.  Ahora bien, Daniel destacaba sobre los otros altos funcionarios y los sátrapas porque tenía un espíritu extraordinario,+ y el rey pretendía darle autoridad sobre todo el reino.  En ese entonces, los altos funcionarios y los sátrapas buscaban algún motivo para acusar a Daniel con respecto a asuntos de estado,* pero no pudieron encontrar nada de qué acusarlo ni nada corrupto, porque era confiable y no se le podía culpar de negligencia ni corrupción.  Así que estos hombres dijeron: “A menos que busquemos algo contra él relacionado con la ley de su Dios, no encontraremos ningún motivo para acusar a Daniel”.+  De modo que estos altos funcionarios y sátrapas entraron en grupo adonde estaba el rey y le dijeron: “¡Oh, rey Darío, vive eternamente!  Todos los funcionarios reales, prefectos, sátrapas, altos funcionarios reales y gobernadores se han puesto de acuerdo en que se emita un decreto real y se haga cumplir una prohibición:* que durante 30 días cualquiera que le haga una petición a un dios o a un hombre en vez de a ti, oh, rey, debe ser arrojado al foso de los leones.+  Ahora, oh, rey, emite el decreto y fírmalo+ para que no se pueda cambiar, de acuerdo con la ley de los medos y los persas, que no se puede anular”.+  Así que el rey Darío firmó el decreto y la prohibición. 10  Pero, tan pronto como Daniel se enteró de que el decreto se había firmado, fue a su casa, que tenía las ventanas de la habitación de la azotea abiertas hacia Jerusalén.+ Y siguió arrodillándose, orando y alabando a su Dios tres veces al día, tal como siempre había hecho hasta ese momento. 11  Entonces aquellos hombres entraron de repente y encontraron a Daniel haciéndole peticiones y rogándole a su Dios. 12  De modo que fueron a hablar con el rey y le recordaron la prohibición real: “¿No firmaste una prohibición que dice que durante 30 días cualquiera que le haga una petición a un dios o a un hombre en vez de a ti, oh, rey, debe ser arrojado al foso de los leones?”. El rey les respondió: “Así quedó establecido de acuerdo con la ley de los medos y los persas, que no se puede anular”.+ 13  Ellos le respondieron inmediatamente al rey: “Pues Daniel, uno de los desterrados de Judá,+ no te ha obedecido a ti, oh, rey, ni tampoco ha obedecido la prohibición que firmaste, sino que sigue orando tres veces al día”.+ 14  Cuando el rey oyó esto, se angustió muchísimo y buscó la manera de librar a Daniel; hizo todo lo que estaba en su mano por salvarlo hasta que se puso el sol. 15  Entonces estos hombres entraron en grupo adonde estaba el rey y le dijeron: “Recuerda, oh, rey, que la ley de los medos y los persas dice que no se puede cambiar ninguna prohibición o decreto que el rey haya emitido”.+ 16  Así que el rey dio la orden y trajeron a Daniel y lo arrojaron al foso de los leones.+ El rey le dijo a Daniel: “Tu Dios, a quien sirves con constancia, te rescatará”. 17  Entonces trajeron una piedra y la colocaron sobre la boca del foso, y el rey la selló con su anillo de sellar y con el anillo de sellar de sus nobles para que no se pudiera cambiar nada en el caso de Daniel. 18  Después de eso, el rey regresó a su palacio. Pasó toda la noche ayunando y no aceptó ninguna diversión,* y no pudo dormir.* 19  Por fin, con el primer rayo de luz del amanecer, el rey se levantó y fue corriendo al foso de los leones. 20  Cuando se acercó al foso, llamó a Daniel con voz triste. El rey le preguntó a Daniel: “Oh, Daniel, siervo del Dios vivo, ¿ha podido rescatarte de los leones tu Dios, a quien sirves con constancia?”. 21  De inmediato, Daniel le respondió al rey: “¡Oh, rey, vive eternamente! 22  Mi Dios envió a su ángel y cerró la boca de los leones,+ y estos no me hicieron ningún daño,+ pues se me ha considerado inocente ante él. Y tampoco te he hecho nada malo a ti, oh, rey”. 23  El rey se alegró muchísimo y ordenó que sacaran a Daniel del foso. Cuando sacaron a Daniel del foso, no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios.+ 24  Entonces el rey dio la orden y trajeron a los hombres que habían acusado* a Daniel. Después los arrojaron al foso de los leones junto con sus hijos y sus esposas. Y, antes de que llegaran al fondo del foso, los leones los atacaron y trituraron todos sus huesos.+ 25  Luego el rey Darío escribió a gente de todo pueblo, nación e idioma que vive en la tierra:+ “¡Que su paz sea abundante! 26  Doy la orden de que la gente de todo rincón de mi reino debe temblar de temor ante el Dios de Daniel.+ Porque él es el Dios vivo y permanece para siempre. Su reino nunca será destruido y su dominio es eterno.*+ 27  Él rescata,+ salva y realiza milagros* y cosas impresionantes* en los cielos y en la tierra,+ porque ha rescatado a Daniel de las garras de los leones”. 28  Así que a Daniel le fue bien en el reino de Darío+ y en el reino de Ciro el persa.+

Notas

Lit. “del reino”.
O “un entredicho”.
O quizás “no le llevaron músicos”.
Lit. “su sueño huyó de él”.
O “calumniado”.
O “su soberanía es eterna”.
Lit. “señales”.
O “maravillas”.