1. Vea el VIDEO. Luego analice las siguientes preguntas:
¿Cómo se sintió Pablo cuando vio que Atenas estaba llena de ídolos? (Vea Hechos 17:16).
¿Cómo demostró tacto el apóstol Pablo cuando les predicó a los atenienses?
¿Qué aprendemos del ejemplo de Pablo?
2. Es más probable que nos escuchen si elegimos con cuidado lo que decimos, cómo lo decimos y cuándo lo decimos.
Imite a Pablo
3. Elija bien sus palabras. Por ejemplo, si habla con una persona que no tiene antecedentes cristianos, quizás tenga que referirse a la Biblia o a Jesús de forma diferente.
4. No corrija enseguida a la persona. Deje que la persona se exprese con total libertad. Y, cuando diga algo que no esté de acuerdo con la Biblia, no la contradiga (Sant. 1:19). Si la escucha con atención, logrará entender lo que ella cree y por qué lo cree (Prov. 20:5).
5. Siempre que sea posible, dele la razón a la persona y felicítela. Recuerde que quizás la persona crea de corazón que está en lo correcto. Primero busque un terreno común y luego ayúdela poco a poco a entender lo que la Biblia enseña.