Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos

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© 2024 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania

2-8 DE SEPTIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 79-81

Demuestre que ama el glorioso nombre de Jehová

w17.02 9 párr. 5

El rescate: un regalo perfecto del Padre

5 ¿Cómo demostramos que amamos el nombre de Jehová? Con nuestra conducta. Dios espera que seamos santos (lea 1 Pedro 1:15, 16). Eso significa que solo adoramos a Jehová y que lo obedecemos con todo el corazón. Hacemos lo posible por vivir según sus justos principios y leyes aunque nos persigan. Nuestras buenas obras dejan brillar nuestra luz y dan gloria al nombre de Jehová (Mat. 5:14-16). Como personas santas, demostramos por nuestra manera de vivir que las leyes de Dios son buenas y que las acusaciones de Satanás son falsas. Es cierto que todos cometemos errores, pero nos arrepentimos de verdad y dejamos de hacer cosas que deshonran a Jehová (Sal. 79:9).

ijwbv 3 párrs. 4, 5

Romanos 10:13 | “Los que invoquen el nombre del Señor”

En la Biblia, la frase invocar el nombre de Jehová implica más que simplemente saber cuál es el nombre de Dios y usarlo cuando lo adoramos (Salmo 116:12-14). Implica confiar en Dios y acudir a él por ayuda (Salmo 20:7; 99:6).

El nombre de Dios era algo importante para Jesucristo. Las palabras con las que empezó su oración modelo son estas: “Padre nuestro que estás en los cielos, que tu nombre sea santificado”, o limpiado (Mateo 6:9). Jesús también enseñó que, si queremos vivir para siempre, debemos conocer, obedecer y amar a la persona que lleva ese nombre (Juan 17:3, 6, 26).

Busquemos perlas escondidas

it-2 127 párrs. 5, 6

José

Se da prominencia al nombre de José. En vista de la posición prominente de José entre los hijos de Jacob, era muy apropiado que su nombre se usase a veces para designar a todas las tribus de Israel (Sl 80:1) o a las que integraron el reino norteño. (Sl 78:67; Am 5:6, 15; 6:6.) Su nombre también figura en la profecía bíblica. En la visión profética de Ezequiel, la herencia de José es una porción doble (Eze 47:13), una de las puertas de la ciudad “Jehová Mismo Está Allí” lleva el nombre José (Eze 48:32, 35) y, con referencia a la reunificación del pueblo de Jehová, se habla de José como jefe de una parte de la nación y de Judá, como jefe de la otra. (Eze 37:15-26.) La profecía de Abdías indicó que la “casa de José” tomaría parte en la destrucción de la “casa de Esaú” (Abd 18), y la de Zacarías dice que Jehová salvaría a la “casa de José”. (Zac 10:6.) Entre las tribus del Israel espiritual aparece la de José en lugar de la de Efraín. (Rev 7:8.)

El hecho de que se mencione a la tribu de José en Revelación 7:8 da a entender que la profecía de Jacob en su lecho de muerte tendría una aplicación en el Israel espiritual. Por lo tanto, es digno de notar que el Poderoso de Jacob, Jehová Dios, proveyó a Jesucristo como el Pastor Excelente que entregó su vida por las “ovejas”. (Jn 10:11-16.) Cristo Jesús es también la piedra angular de fundamento sobre la que descansa el templo de Dios compuesto de israelitas espirituales. (Ef 2:20-22; 1Pe 2:4-6.) Y este ‘Pastor’ y ‘Piedra’ está con el Dios Todopoderoso. (Jn 1:1-3; Hch 7:56; Heb 10:12; compárese con Gé 49:24, 25.)

9-15 DE SEPTIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 82-84

Valore lo que usted hace por Jehová

wp16.6 8 párrs. 2, 3

¿Qué aprendemos de las aves?

Los habitantes de Jerusalén conocían bien las golondrinas, que solían construir sus nidos bajo los aleros de los edificios. Hasta en el templo de Salomón anidaron golondrinas. Es probable que año tras año hallaran allí un lugar tranquilo y seguro para criar a sus polluelos.

El compositor del Salmo 84, un descendiente de Coré, se fijó en aquellos nidos del templo. Él servía allí una semana cada seis meses, pero quería ser como las golondrinas que tenían un hogar permanente en la casa de Dios. Exclamó: “¡Cuán amable es tu magnífico tabernáculo, oh Jehová de los ejércitos! Mi alma ha anhelado, y también se ha consumido, en su vivo deseo por los patios de Jehová. [...] Hasta el pájaro mismo ha hallado una casa, y la golondrina un nido para sí, donde ella ha puesto sus polluelos... ¡tu magnífico altar, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío y Dios mío!” (Salmo 84:1-3). ¿Y qué hay de nosotros y nuestros hijos? ¿Deseamos reunirnos regularmente con el pueblo de Dios y valoramos ese privilegio? (Salmo 26:8, 12).

w08 15/7 30 párrs. 3, 4

Las expectativas realistas contribuyen a nuestra felicidad

Es posible que la edad avanzada o las enfermedades limiten su servicio a Jehová. O si tiene hijos pequeños, tal vez piense que no puede aprovechar al máximo el estudio personal y las reuniones debido al tiempo y energías que requieren sus hijos. Pero ¿podría ser que esté tan concentrado en sus limitaciones que a veces pierda de vista lo que todavía puede hacer?

Algo parecido le ocurrió a un levita del antiguo Israel. A pesar de que tenía el honor de servir dos semanas al año en el templo, él quería estar frente al altar permanentemente, un deseo que, aunque loable, era imposible (Sal. 84:1-3). ¿Qué ayudó a este fiel levita a no deprimirse? Comprender que un solo día en los patios del templo era de por sí un privilegio único (Sal. 84:4, 5, 10). Del mismo modo, nosotros debemos valorar las actividades que todavía están a nuestro alcance, en vez de estar pensando en lo que ya no podemos hacer.

16-22 DE SEPTIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 85-87

La oración nos ayuda a aguantar

w12 15/5 25 párr. 10

¿Refleja usted la gloria de Jehová?

10 A fin de reflejar la gloria de Dios, también necesitamos seguir este consejo bíblico: “Perseveren en la oración” (Rom. 12:12). En efecto, podemos y debemos pedirle a Jehová que nos ayude a adorarle como él desea. Hacemos bien en solicitarle que nos dé espíritu santo, una fe más sólida, fuerzas para resistir las tentaciones y habilidad para manejar “la palabra de la verdad correctamente” (2 Tim. 2:15; Mat. 6:13; Luc. 11:13; 17:5). Debemos confiar en nuestro Padre celestial tanto como un niño confía en su padre. Cuando le pidamos que nos ayude a servirle más plenamente, hagámoslo con la certeza de que nos responderá. Y no temamos que nuestras oraciones puedan molestarlo. ¡Nada más lejos de la realidad! Podemos orarle libremente para alabarlo, darle gracias y pedirle su guía para afrontar nuestros problemas. Además, podemos rogarle que nos ayude a glorificar su santo nombre con nuestro servicio (Sal. 86:12; Sant. 1:5-7).

23-29 DE SEPTIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 88, 89

La forma de gobernar de Jehová es la mejor

w17.06 28 párr. 5

Apoyemos la soberanía de Jehová

5 Hay otra razón por la que Jehová tiene el derecho a gobernar: ejerce su autoridad con justicia perfecta. Él mismo declara: “Yo soy Jehová, Aquel que ejerce bondad amorosa, derecho y justicia en la tierra; porque en estas cosas de veras me deleito” (Jer. 9:24). Él es la fuente de la justicia. No tiene que consultar ninguna ley hecha por hombres imperfectos para decidir qué es justo. Y las leyes escritas que le dio al hombre se basan en su justicia perfecta. La Biblia dice: “Justicia y juicio son el lugar establecido de tu trono [el de Jehová]”. Por eso, podemos estar seguros de que todas sus leyes, principios y decisiones son justas (Sal. 89:14; 119:128). En cambio, Satanás, que asegura que la forma de gobernar de Jehová no es buena, ha sido incapaz de producir un mundo en el que siempre haya justicia.

w17.06 29 párrs. 10, 11

Apoyemos la soberanía de Jehová

10 Jehová no es un gobernante opresivo ni inflexible. Las personas a las que gobierna se sienten libres y felices (2 Cor. 3:17). David lo expresó con estas palabras: “Dignidad y esplendor están ante él [Jehová], fuerza y gozo están en su lugar” (1 Crón. 16:7, 27). Y un salmista llamado Etán dijo: “Feliz es el pueblo que conoce el gozoso gritar. Oh Jehová, en la luz de tu rostro ellos siguen andando. En tu nombre están gozosos todo el día, y en tu justicia son ensalzados” (Sal. 89:15, 16).

11 Mientras más meditemos en la bondad de Jehová, más convencidos estaremos de que su forma de gobernar es la mejor. Nos sentiremos como el salmista que dijo: “Un día en tus patios es mejor que mil en otro lugar” (Sal. 84:10). No podía ser de otra manera. Jehová nos diseñó y nos creó, así que sabe lo que necesitamos para ser felices de verdad y nos lo da con generosidad. Cualquier cosa que nos pida es para nuestro beneficio, y obedecerlo resulta en que disfrutemos de completa felicidad, aunque implique algunos sacrificios (lea Isaías 48:17).

w14 15/10 10 párr. 14

Tenga fe absoluta en el Reino

14 Nos referimos al pacto con David (lea 2 Samuel 7:12, 16). Mediante ese pacto, Jehová le aseguró a aquel rey del antiguo Israel que el Mesías sería un descendiente suyo (Luc. 1:30-33). Así señaló con más precisión por quién vendría la descendencia. Estableció que un heredero de David tendría “el derecho legal” al trono del Reino mesiánico (Ezeq. 21:25-27). Por medio de Jesús, el reinado de David “será firmemente establecido por tiempo indefinido”. De hecho, “su descendencia misma resultará ser aun hasta tiempo indefinido, y su trono [durará tanto] como el sol” (Sal. 89:34-37). El reinado del Mesías jamás se volverá corrupto, y sus logros durarán para siempre.

30 DE SEPTIEMBRE A 6 DE OCTUBRE

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 90, 91

Si quiere alargar su vida, confíe en Jehová

wp19.3 5 párrs. 3-5

En busca de la longevidad

No todos los científicos creen que los tratamientos contra el envejecimiento puedan hacer que vivamos más. Es verdad que la esperanza de vida ha aumentado a un ritmo constante desde el siglo diecinueve, pero esto se debe principalmente a las mejoras en la higiene, la prevención de enfermedades infecciosas y el uso de antibióticos y vacunas. Algunos genetistas creen que nuestra esperanza de vida ha alcanzado más o menos su límite natural.

Hace unos tres mil quinientos años, el escritor bíblico Moisés afirmó: “Los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años, sin embargo su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales; porque tiene que pasar rápidamente, y volamos” (Salmo 90:10). A pesar de todos los esfuerzos que ha hecho el ser humano para alargar la vida, seguimos teniendo la misma esperanza de vida que mencionó Moisés.

En contraste, algunos animales, como el erizo rojo de mar o la almeja de Islandia, pueden vivir más de doscientos años. Y hay árboles, como la secuoya gigante, que viven miles de años. Cuando comparamos nuestra esperanza de vida con la de otros seres vivos, es lógico que nos preguntemos: “¿Qué sentido tiene vivir solo setenta u ochenta años?”.

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¿Cuál es el nombre de Dios?

¿Quién creó a Dios?

Muchas personas se han hecho esa pregunta, y puede que usted también. Si el universo y todo lo que hay en él tuvo una causa o un creador, ¿cómo llegó a existir Dios?

La mayoría de los científicos creen que el universo tuvo un principio. En armonía con esta idea básica, el primer versículo de la Biblia dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1).

El universo no pudo crearse solo, no pudo llegar a existir de la nada, pues la nada no puede producir algo. Si antes del universo no hubiera existido nada, hoy no habría universo. Aunque nos resulte difícil de entender, se necesitó una primera causa no material y eterna. Esa Primera Causa es Jehová, un ser espiritual infinitamente sabio y poderoso (Juan 4:24).

La Biblia dice sobre Dios: “Antes que nacieran las montañas mismas, o tú procedieras a producir como con dolores de parto la tierra y el terreno productivo, aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido tú eres Dios” (Salmo 90:2). Por lo tanto, Dios siempre ha existido. Fue él quien, “en el principio”, creó el universo (Revelación [Apocalipsis] 4:11).

14-20 DE OCTUBRE

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 96-99

¡Proclamemos las buenas noticias!

w11 1/3 6 párrs. 1, 2

¿Qué son las buenas nuevas?

LOS cristianos deben predicar las “buenas nuevas del reino”, es decir, explicar a la gente que el Reino de Dios es un gobierno que regirá la Tierra con justicia. Y en la Biblia también se habla de “las buenas nuevas de salvación”, “las buenas nuevas de Dios” y “las buenas nuevas acerca de Jesucristo” (Salmo 96:2; Romanos 15:16; Marcos 1:1). Entonces, ¿qué son las buenas nuevas?

En pocas palabras, abarcan las enseñanzas que transmitió Jesús y sobre las cuales escribieron sus discípulos. Antes de subir al cielo, Jesús mandó a sus seguidores: “Vayan [...] y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20). Así que además de hablarles a las personas sobre el Reino, el verdadero cristiano debe esforzarse por formar nuevos discípulos de Cristo.

w12 1/9 16 párr. 1

¿Qué pasará durante el Día del Juicio?

La ilustración de la derecha representa lo que muchos piensan que ocurrirá durante lo que la Biblia llama el Día del Juicio. Imaginan a miles de millones de almas reunidas ante el trono de Dios para ser juzgadas por sus hechos: algunas serán recompensadas con vida en el cielo, mientras que otras serán condenadas al infierno. La Biblia, por el contrario, indica que el objetivo del Día del Juicio es erradicar la injusticia del mundo (Salmo 96:13). Jesús es el Juez que Dios ha elegido para traer justicia a la humanidad. (Lea Isaías 11:1-5 y Hechos 17:31.)

w12 15/9 12 párrs. 18-19

Mil años de paz... ¡y muchos más!

18 Esa relación se vio truncada cuando los seres humanos se dejaron influir por Satanás y se rebelaron contra la soberanía de Jehová. No obstante, el Reino mesiánico está tomando medidas desde el año 1914 para recuperar la unidad y la armonía (Efes. 1:9, 10). Durante el Reinado de Mil Años se harán realidad magníficas “cosas [...] que no se ven” todavía. A continuación vendrá “el fin”, es decir, la conclusión del Reinado de Mil Años de Cristo. ¿Qué sucederá después? Aunque a Jesús se le ha concedido “toda autoridad [...] en el cielo y sobre la tierra”, él no tiene la menor intención de usurpar el puesto de Jehová, pues no es ambicioso. Más bien, humildemente le “entrega el reino a su Dios y Padre”, empleando su autoridad y privilegiada posición “para la gloria de Dios” (Mat. 28:18; Filip. 2:9-11).

19 Para ese entonces, los súbditos terrestres del Reino habrán alcanzado la perfección. Imitarán el ejemplo de Jesús y se someterán de buena gana y con humildad a la soberanía de Jehová. A fin de demostrar su buena disposición, tendrán que superar una prueba final (Rev. 20:7-10). Por último, todos los rebeldes —humanos y espirituales— serán eliminados para siempre. ¡Qué momento tan gozoso! La familia universal al completo alabará feliz a Jehová, que será “todas las cosas para con todos” (léase Salmo 99:1-3).

21-27 DE OCTUBRE

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 100-102

Demuestre cuánto agradece el amor leal de Jehová

w11 15/7 16 párrs. 7, 8

¿Haremos caso de las claras advertencias de Jehová?

7 ¿Cómo evitamos a los falsos maestros? No los saludamos ni los recibimos en nuestro hogar. Nunca leemos ni escuchamos la propaganda que difunden a través de la televisión, la página impresa o Internet, y tampoco añadimos nuestros comentarios a las páginas personales que tienen en la Red. ¿Por qué somos tan firmes? Por amor. En primer lugar, porque amamos a Jehová, “el Dios de la verdad”. Por eso no nos interesan las manipulaciones que contradicen su Palabra de verdad (Sal. 31:5; Juan 17:17). Y en segundo lugar, porque amamos a su organización, gracias a la cual hemos aprendido cosas como el nombre divino y su significado, el propósito con que fue creada la Tierra, el estado de los muertos y la esperanza de la resurrección. ¿Recordamos cómo nos sentimos cuando nos explicaron por primera vez estas maravillosas verdades? Entonces, ¿para qué escuchar a los apóstatas, a quienes les encanta insultar a la organización que tanto nos ha enseñado? Solo lograríamos contagiarnos de su amargura (Juan 6:66-69).

8 ¡Que digan lo que quieran los falsos maestros! No les haremos el menor caso. ¿Para qué íbamos a hacerlo? Son pozos secos que solo ofrecen engaños e insatisfacciones. Estamos decididos a ser leales a Jehová y a su organización, la cual lleva mucho tiempo saciando nuestra sed con las refrescantes aguas de la Biblia (Isa. 55:1-3; Mat. 24:45-47).