La Biblia les cambió la vida

La Biblia les cambió la vida

La Biblia les cambió la vida

“Era un barril sin fondo” (LUKA ŠUC)

AÑO DE NACIMIENTO: 1975

PAÍS: ESLOVENIA

OTROS DATOS: ABUSABA DEL ALCOHOL

MI PASADO: Nací en Liubliana, capital de Eslovenia. Mi niñez fue tranquila hasta que, cuando yo tenía cuatro años, mi padre se suicidó. A raíz de esa tragedia, mi madre tuvo que trabajar duro para sacarnos adelante a mi hermano y a mí.

A los 15 años me mudé a la casa de mi abuela. Me gustaba vivir con ella porque muchos de mis amigos eran del vecindario y tenía más libertad que con mi madre. A los 16 hice amistad con un grupo de gente que salía a beber los fines de semana. Me dejé crecer el pelo, adopté un estilo de vestir rebelde y, más tarde, empecé a fumar.

Probé distintas drogas, pero lo que realmente me atraía era la bebida. En poco tiempo pasé de tomar un par de copas de vino a beberme más de una botella yo solo. Era un experto en disimular lo borracho que estaba. A veces, solo el aliento me delataba, e incluso entonces, nadie podía sospechar que probablemente había ingerido varios litros de vino o cerveza mezclados con vodka.

Muchas veces era yo quien ayudaba a mis amigos a mantenerse en pie tras una noche en la discoteca, aunque hubiera bebido el doble que ellos. Cierto día escuché a uno de mis amigos decirle a otro que yo era un barril sin fondo. Aquel comentario me dolió, pues así llaman despectivamente en Eslovenia a los que beben mucho.

Como resultado, me paré a pensar en lo que estaba haciendo con mi vida. Me abrumaron los sentimientos de inutilidad. Nada de lo que hacía parecía tener sentido.

CÓMO LA BIBLIA ME CAMBIÓ LA VIDA: Más o menos por esas fechas me fijé en que uno de mis compañeros de clase había cambiado de actitud, se había vuelto más tranquilo. Sentí curiosidad, así que lo invité a una cafetería para hablar un rato. Me explicó que había empezado a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. También me comentó algunas de las cosas que estaba aprendiendo. Como mi formación religiosa era prácticamente nula, todo lo que me decía me parecía nuevo. Comencé a asistir a las reuniones de los Testigos y a estudiar la Biblia con ellos.

Así fue como aprendí verdades muy animadoras. Por ejemplo, descubrí que estamos viviendo en lo que la Biblia llama “los últimos días” y que pronto Dios eliminará a la gente mala de la Tierra, pero a los buenos les dará la oportunidad de vivir para siempre en un paraíso terrestre (2 Timoteo 3:1-5; Salmo 37:29). Entonces quise limpiar mi vida para ser contado entre esas personas buenas.

Cuando les hablé a mis amistades de lo que había aprendido, la mayoría reaccionó con burlas. Curiosamente, eso me ayudó, pues me di cuenta de que no eran buenos amigos. Además, comprendí que la raíz de mi problema con el alcohol estaba en haberme juntado con la gente equivocada. No hacían más que esperar a que llegara el fin de semana para volver a emborracharse.

Decidí romper con todo aquello y hacer nuevos amigos entre los testigos de Jehová. Ellos no solo me animaban, sino que amaban a Dios de corazón y se esforzaban por vivir según sus normas. Su compañerismo sano me hizo mucho bien, y con el tiempo logré dejar la bebida.

QUÉ BENEFICIOS HE OBTENIDO: Doy gracias a Jehová porque ya no necesito el alcohol para ser feliz. No sé cómo habría acabado si hubiera seguido con mi estilo de vida anterior. Lo que está claro es que ahora me siento mucho mejor.

He tenido el privilegio de trabajar los últimos siete años en la sucursal de los testigos de Jehová en Eslovenia. Sin duda, conocer a Jehová y servirle le ha dado verdadero sentido a mi vida.