Sí. Dios se preocupa por sus siervos fieles que están enfermos. Respecto a estos, la Biblia promete: “Jehová mismo lo[s] sustentará sobre un diván de enfermedad” (Salmo 41:3). He aquí tres medidas que podemos tomar si padecemos alguna enfermedad crónica:
Pedirle a Dios fuerzas para aguantar. “La paz de Dios que supera a todo pensamiento” nos ayudará a mantener a raya la ansiedad y nos dará las fuerzas necesarias para seguir adelante (Filipenses 4:6, 7).
Mantener una actitud positiva. La Biblia dice: “Buen remedio es el corazón alegre, pero el ánimo triste resta energías” (Proverbios 17:22, Dios habla hoy [Versión Popular]). El sentido del humor no solo alivia la tristeza, también beneficia la salud.
Fortalecer la esperanza. La esperanza nos ayuda a ser felices aun cuando suframos de alguna enfermedad (Romanos 12:12). Las Escrituras prometen que llegará el día en que nadie dirá: “Estoy enfermo” (Isaías 33:24). Dios acabará con todas las enfermedades que la ciencia no ha logrado erradicar. Además, eliminará gradualmente los efectos que la vejez produce en el ser humano, pues la Biblia dice: “Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil” (Job 33:25).
Nota: Los testigos de Jehová confiamos en la ayuda que Dios brinda, pero también buscamos atención médica cuando sufrimos de alguna enfermedad (Marcos 2:17). Con todo, no promovemos ningún tratamiento en particular, pues cada quien debe tomar sus propias decisiones en materia de salud.