Los testigos de Jehová han usado un sinfín de traducciones para su estudio de la Biblia. Con todo, tienen en alta estima la Traducción del Nuevo Mundo —disponible en numerosos idiomas—, pues utiliza el nombre de Dios y además es exacta y clara.
Uso del nombre divino. No todas las editoriales dan la debida honra al autor de la Biblia. Por ejemplo, cierta traducción menciona por nombre a más de setenta personas que de alguna manera contribuyeron a publicarla, pero no incluye ni una sola vez el nombre del autor de la obra original: Jehová.
La Traducción del Nuevo Mundo, por su parte, conserva el nombre divino en los miles de lugares donde aparecía en el texto original y mantiene en el anonimato a los miembros del comité a cargo de la traducción.
Exactitud. Hay traducciones de la Biblia que no transmiten con exactitud el mensaje original. Por ejemplo, una de ellas vierte Mateo 7:13 como sigue: “Entren por la puerta angosta, porque la puerta y el camino que llevan al infierno son anchos y grandes”. Ahora bien, el pasaje original no dice “infierno”, sino “destrucción”. Al parecer, los traductores creían que los malvados son atormentados eternamente en el infierno. Pero la Biblia no apoya esa idea. Por ese motivo, la Traducción del Nuevo Mundo dice “destrucción”, tal como en el original.
Claridad. Si bien es cierto que una buena traducción debe ser exacta, también debe ser entendible. Veamos un ejemplo. Muchas versiones traducen Mateo 5:3 literalmente, con frases como: “Bienaventurados los pobres de espíritu”. Pero eso no resulta claro para el público de hoy. Por ello, la Traducción del Nuevo Mundo vierte ese versículo de la siguiente manera: “Felices los que reconocen sus necesidades espirituales”.
Además de respetar el nombre divino y transmitir con exactitud y claridad el mensaje bíblico, hay algo más que distingue a la Traducción del Nuevo Mundo: se distribuye de forma gratuita. Esto hace posible que millones de personas puedan leer la Biblia en su lengua materna aun cuando no tengan dinero para comprar un ejemplar.