Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos

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© 2024 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania

6-12 DE MAYO

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 36, 37

Busquemos perlas escondidas

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Monte, montaña

Estabilidad, permanencia o encumbramiento. Se atribuye a las montañas las cualidades de estabilidad y permanencia. (Isa 54:10; Hab 3:6; compárese con Sl 46:2.) Por lo tanto, cuando el salmista escribió que la justicia de Jehová era como “montañas de Dios” (Sl 36:6), pudo querer decir que la justicia de Jehová es inmutable; o, en vista del encumbramiento de las montañas, quizás se refirió a que la justicia de Dios está muy por encima de la del hombre. (Compárese con Isa 55:8, 9.) En conexión con el derramamiento del séptimo tazón de la ira de Dios, Revelación 16:20 dice: “No se hallaron las montañas”. Estas palabras dan a entender que ni siquiera cosas tan encumbradas como las montañas escaparían del derramamiento de la cólera de Dios. (Compárese con Jer 4:23-26.)

13-19 DE MAYO

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 38, 39

Quítese de encima el exceso de culpa

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Cómo hacer que nuestros días cuenten para Jehová

LOS días de nuestra vida parecen pocos y fugaces. Al meditar sobre la brevedad de la vida, el salmista David se sintió impulsado a pedir en oración: “Hazme conocer, oh Jehová, mi fin, y la medida de mis días... lo que es, para que yo sepa cuán transitorio soy. ¡Mira! Has hecho que mis días sean solo unos cuantos; y la duración de mi vida es como nada enfrente de ti”. David deseaba que su forma de vivir, reflejada en su habla y acciones, agradase a Dios. Reconoció su dependencia de Dios cuando dijo: “Mi expectación está vuelta hacia ti” (Salmo 39:4, 5, 7). Jehová escuchó a David: midió sus actos y lo recompensó como merecía.

Fácilmente podemos enredarnos en una vida acelerada y llena de actividades, queriendo aprovechar hasta el último minuto del día. Ese ritmo de vida pudiera causarnos ansiedad, sobre todo al percibir lo mucho que hay que hacer y experimentar, y el poco tiempo del que disponemos. ¿Queremos, igual que David, vivir de forma que obtengamos la aprobación de Jehová? No hay duda de que Él nos observa y examina cuidadosamente a cada uno de nosotros. Job, hombre temeroso de Dios, reconoció hace unos tres mil seiscientos años que Jehová veía sus caminos y contaba todos sus pasos. Por ello, formuló la siguiente pregunta retórica: “Cuando [él] pida cuentas, ¿qué podré responderle?” (Job 31:4-6, 14). Nosotros podemos hacer que nuestros días cuenten para Jehová si fijamos nuestras prioridades espirituales, obedecemos sus mandamientos y empleamos sabiamente nuestro tiempo. Analicemos con más detalle cómo lograr estos objetivos.

3-9 DE JUNIO

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 45-47

Una canción sobre la boda de un rey

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Guerra

Cuando concluya esta guerra, la Tierra disfrutará de paz durante mil años. El salmo declara a este respecto, “[Jehová] hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes en el fuego”. Este salmo tuvo su primer cumplimiento cuando Dios trajo paz a la tierra de Israel al destruir los instrumentos de guerra del enemigo. Pero una vez que Jesucristo derrote a los instigadores de la guerra en Har-Magedón, se disfrutará de paz completa y satisfaciente hasta la extremidad de esta esfera terrestre. (Sl 46:8-10.) Finalmente, las personas favorecidas con vida eterna serán las que habrán batido “sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas” y que no habrán ‘aprendido más la guerra’. “Porque la boca misma de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.” (Isa 2:4; Miq 4:3, 4.)

10-16 DE JUNIO

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 48-50

Busquemos perlas escondidas

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Riquezas

Como una nación próspera, los israelitas podían disfrutar de comer y beber (1Re 4:20; Ec 5:18, 19), y sus riquezas servían para protegerlos de los problemas de la pobreza. (Pr 10:15; Ec 7:12.) Sin embargo, aunque el propósito de Jehová era que los israelitas disfrutaran de prosperidad por su duro trabajo (compárese con Pr 6:6-11; 20:13; 24:33, 34), también se encargó de advertirles del peligro que suponía olvidarse de que Él era la Fuente de su prosperidad y ponerse a confiar en las riquezas. (Dt 8:7-17; Sl 49:6-9; Pr 11:4; 18:10, 11; Jer 9:23, 24.) Se les recordó que las riquezas eran transitorias (Pr 23:4, 5); no podían entregarlas a Dios como un rescate para librar a alguien de la muerte (Sl 49:6, 7) y no eran de ningún valor para los muertos. (Sl 49:16, 17; Ec 5:15.) Se les mostró que el dar indebida importancia a las riquezas les conduciría a prácticas fraudulentas y al disfavor de Jehová. (Pr 28:20; compárese con Jer 5:26-28; 17:9-11.) También se les estimuló a “[honrar] a Jehová con [sus] cosas valiosas”. (Pr 3:9.)

24-30 DE JUNIO

TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 54-56

Dios está de su parte

w06 1/8 22 párrs. 10, 11

Seamos sabios: temamos a Dios

10 En cierta ocasión, David se refugió en los dominios de Akís, rey de la ciudad filistea de Gat, la misma ciudad donde Goliat había nacido (1 Samuel 21:10-15). Entonces, los siervos del rey lo acusaron de ser un enemigo de la nación. ¿Qué hizo David en aquella peligrosa situación? Oró con fervor a Jehová (Salmo 56:1-4, 11-13). Para escapar, tuvo que fingir que estaba loco, pero él sabía que era Jehová quien lo había liberado al bendecir sus actos. Su confianza absoluta en Él demostró que verdaderamente era un hombre temeroso de Dios (Salmo 34:4-6, 9-11).

11 Al igual que David, nosotros podemos demostrar que tememos a Dios. ¿De qué manera? Confiando en su promesa de ayudarnos cuando atravesamos dificultades. “Haz rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él, y él mismo obrará”, escribió David (Salmo 37:5). Ahora bien, eso no significa que en vez de hacer lo posible por resolver nuestros problemas, se los dejemos a Jehová para que él se encargue de ellos. Después de pedirle ayuda a Dios, David no se quedó cruzado de brazos. Más bien, empleó las capacidades físicas y mentales que Jehová le había dado y afrontó el problema. Sin embargo, sabía que el ser humano no puede depender únicamente de sus propias fuerzas. Y así es como nosotros debemos verlo. Una vez que hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance, tenemos que dejar el resto en manos de Jehová. La verdad es que, muchas veces, lo único que podemos hacer es confiar en él. Entonces es cuando el temor de Dios se convierte en algo mucho más real para nosotros. Sin duda, estas sinceras palabras de David resultan muy alentadoras: “La intimidad con Jehová pertenece a los que le temen” (Salmo 25:14).