Las Escrituras Griegas Cristianas mencionan frecuentemente a Bernabé y al apóstol Pablo. Estos hombres eran superintendentes viajantes, es decir, ancianos que visitaban a las congregaciones de aquel tiempo. ¿Qué los motivaba? El interés sincero en el bienestar de sus hermanos espirituales. Pablo dijo que quería volver “a visitar a los hermanos” para ver cómo les iba. No le importaba recorrer cientos de kilómetros con tal de fortalecerlos (Hechos 15:36). El mismo sentimiento motiva a los superintendentes viajantes de hoy.
Vienen a animarnos. Los superintendentes de circuito visitan unas veinte congregaciones y pasan una semana con cada una de ellas dos veces al año. Podemos sacar mucho provecho de la experiencia de estos hermanos y, si son casados, de sus esposas. Ellos tratan de conocer a jóvenes y mayores por igual, y están deseosos de ir con nosotros a predicar y a dar clases bíblicas. Estos superintendentes realizan visitas de ánimo con los ancianos; además, en las reuniones y asambleas, pronuncian discursos entusiastas que nos fortalecen (Hechos 15:35).
Se interesan por todos. Los superintendentes de circuito están profundamente interesados en el estado espiritual de las congregaciones. Se reúnen con los ancianos y los siervos ministeriales para analizar los progresos que se han hecho y para darles consejos prácticos sobre cómo cumplir con sus responsabilidades. Ayudan a los precursores a mejorar su ministerio y lograr buenos resultados, y les da mucho gusto conocer a las personas que están empezando a reunirse con la congregación y saber que están progresando en la verdad. Cada uno de estos hermanos se gasta de buena gana y es “un colaborador” que sirve para nuestro beneficio (2 Corintios 8:23). Imitemos su fe y su devoción a Dios (Hebreos 13:7).
¿Con qué objetivo visitan las congregaciones los superintendentes de circuito?
¿Cómo puede usted sacar provecho de sus visitas?
¿QUIÉNES HACEN LA VOLUNTAD DE JEHOVÁ EN NUESTROS DÍAS?