Valoremos el papel de Jesús, el Moisés Mayor
Valoremos el papel de Jesús, el Moisés Mayor
“Jehová Dios les levantará a ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. Tienen que escucharle.” (HECH. 3:22)
1. ¿Cuánta influencia ha ejercido Jesucristo en la historia?
HACE dos mil años nació un bebé tan especial que su nacimiento motivó a una multitud de ángeles a alabar a Jehová, alabanza que oyó un grupo de pastores (Luc. 2:8-14). Pasaron los años, y el bebé creció hasta convertirse en un hombre. Entonces, a los 30 años de edad, ese hombre comenzó una labor que duró apenas tres años y medio, pero que cambiaría por completo la historia de la humanidad. Philip Schaff, renombrado historiador del siglo XIX, dijo lo siguiente de él: “Sin escribir una sola línea, inspiró más sermones, oraciones, debates, libros, obras de arte y cantos de alabanza que todos los grandes hombres de la historia juntos”. El excepcional personaje del que hablamos es nada menos que Jesucristo.
2. ¿Qué dijo el apóstol Juan acerca de Jesús y de su ministerio?
2 Uno de los relatos que se escribieron sobre el ministerio de Jesús, el Evangelio de Juan, concluye con estas palabras: “Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran” (Juan 21:25). Así es, el apóstol Juan sabía que no podría dejar constancia de todo lo que Jesús había dicho y hecho durante aquellos trascendentales tres años y medio. Con todo, los sucesos históricos registrados en su Evangelio son de un valor incalculable.
3. ¿Cómo podemos comprender mejor el papel que desempeña Jesús en el cumplimiento del propósito de Dios?
3 Además de los cuatro Evangelios, hay otros relatos bíblicos en los que descubrimos detalles relacionados con la vida de Jesús, detalles que pueden fortalecernos espiritualmente. Por ejemplo, las historias de algunos hombres fieles que vivieron antes de él nos ayudan a comprender mejor el papel de Jesús en el cumplimiento del propósito de Dios. Veamos algunas de ellas.
Hombres fieles que prefiguraron a Cristo
4, 5. ¿Quiénes prefiguraron a Jesús, y de qué manera?
4 Los cuatro Evangelios indican que Moisés, David y Salomón prefiguraron a Jesús, el Ungido de Jehová y el Rey designado del Reino de Dios. ¿En qué se parecían a Cristo estos hombres fieles de la antigüedad? ¿Y qué podemos aprender de los relatos de su vida?
5 Pues bien, la Biblia señala que Moisés fue un profeta, un mediador y un libertador, y eso mismo puede decirse de Jesús. David fue un pastor y un rey que tuvo muchas victorias sobre sus enemigos, y Jesús es el pastor del pueblo de Dios y un rey victorioso (Eze. 37:24, 25). Salomón fue un rey sabio mientras se mantuvo fiel a Dios, y durante su reinado, Israel vivió en paz (1 Rey. 4:25, 29). Jesús, por su parte, es extraordinariamente sabio, y uno de sus títulos es “Príncipe de Paz” (Isa. 9:6). Como vemos, él se parece en muchos aspectos a aquellos siervos de Dios, pero el papel que desempeña en el cumplimiento del propósito divino es muy superior al de ellos. Empecemos por analizar las similitudes entre Jesús y Moisés. Así podremos valorar aún más el papel que desempeña el Hijo de Dios.
Moisés, el antecesor de Jesús
6. ¿Cómo destacó el apóstol Pedro la importancia de escuchar a Jesús?
6 Veamos una profecía de Moisés que el apóstol Pedro aplicó a Jesucristo ante una muchedumbre de judíos que se encontraba en el templo. Esto tuvo lugar poco después del Pentecostés del año 33, cuando Pedro y Juan curaron a un mendigo que era inválido de nacimiento. Al verlo caminar, la gente se quedó maravillada, “casi fuera de sí”, y corrió hacia los apóstoles para averiguar cómo había sucedido aquello. Entonces, Pedro les explicó que este milagro se debía al espíritu santo que Jehová le había otorgado mediante Jesucristo. Y a continuación citó una profecía de las Escrituras Hebreas y la aplicó a Jesucristo. Estas fueron sus palabras: “De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová Dios les levantará a ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. Tienen que escucharle conforme a todas las cosas que él les hable’” (Hech. 3:11, 22, 23; léase Deuteronomio 18:15, 18, 19).
7. ¿Por qué les resultaron familiares las palabras de Pedro a quienes lo estaban escuchando?
7 Esta profecía debió de sonarles bastante familiar a quienes estaban escuchando a Pedro. Como judíos que eran, tenían en alta estima a Moisés y esperaban con anhelo la llegada del profeta predicho, que sería mayor que Moisés (Deu. 34:10). En cierto sentido podía decirse que Moisés era un mesías, pues había sido ungido o escogido por Dios. Sin embargo, el futuro profeta no sería simplemente un mesías: sería el Mesías, “el Cristo de Dios, el Escogido” de Jehová (Luc. 23:35; Heb. 11:26).
Similitudes entre Jesús y Moisés
8. ¿Cuáles son algunas de las similitudes entre Moisés y Jesús?
8 La vida de Jesús se parece en varios aspectos a la de Moisés. Por ejemplo, cuando eran bebés, tanto el uno como el otro estuvieron a punto de morir a manos de un cruel rey (Éxo. 1:22–2:10; Mat. 2:7-14). Además, ambos salieron de Egipto por orden divina. El profeta Oseas puso por escrito estas palabras de Jehová: “Cuando Israel era muchacho, entonces lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo” (Ose. 11:1). Dichas palabras se refieren a la ocasión en que Jehová hizo que su “hijo”, el pueblo de Israel, saliera de Egipto dirigido por Moisés, su siervo nombrado (Éxo. 4:22, 23; 12:29-37). No obstante, tienen un significado profético, pues también se refieren a un suceso que tendría lugar en el futuro: el regreso de Egipto de José y María con Jesús, después de la muerte del rey Herodes (Mat. 2:15, 19-23).
9. a) ¿Qué milagros realizaron Moisés y Jesús? b) ¿Qué otras similitudes hay entre ellos? (Véase el recuadro “Otras similitudes entre Moisés y Jesús”, en la página 26.)
9 Tanto Moisés como Jesús realizaron milagros, demostrando así que contaban con el apoyo de Jehová. Según las Escrituras, Moisés fue el primer ser humano que tuvo esta facultad (Éxo. 4:1-9). Y varios de sus milagros tuvieron que ver con el agua. Por ejemplo, con el poder de Jehová logró que las aguas del Nilo y de sus estanques se convirtieran en sangre, que el mar Rojo se dividiera en dos y que saliera agua de una roca en el desierto (Éxo. 7:19-21; 14:21; 17:5-7). Jesús también efectuó varios milagros relacionados con el agua. De hecho, su primer milagro consistió en convertir agua en vino durante una boda (Juan 2:1-11). Además, calmó el agitado mar de Galilea e incluso caminó sobre el agua (Mat. 8:23-27; 14:23-25). En el recuadro de la siguiente página se pueden ver otras similitudes entre Moisés y Jesús, el Moisés Mayor.
Jesús, el profeta
10. a) ¿Qué hacían los profetas? b) ¿Por qué puede decirse que Moisés era profeta?
10 La mayoría de la gente piensa que la única labor de los profetas era predecir el futuro, pero lo cierto es que ellos hacían mucho más que eso. Los profetas eran voceros inspirados por Jehová y proclamaban “las cosas magníficas de Dios” (Hech. 2:11, 16, 17). Además de anunciar lo que ocurriría en el futuro, revelaban diversos aspectos del propósito de Jehová y daban a conocer las sentencias divinas. Esa era la clase de profeta que fue Moisés. Él predijo cada una de las diez plagas que azotaron a Egipto. Entregó el pacto de la Ley a los israelitas en el monte Sinaí y les enseñó cuál era la voluntad de Dios. Con todo, surgiría un profeta mayor que él.
11. ¿Por qué diríamos que Jesús fue un profeta mayor que Moisés?
11 En el siglo primero antes de nuestra era, Zacarías, el padre de Juan el Bautista, actuó como profeta al hablar de su hijo y revelar lo que Dios le tenía preparado (Luc. 1:76). Juan el Bautista, por su parte, anunció la tan esperada llegada del profeta predicho por Moisés: Jesucristo (Juan 1:23-36). Jesús, por supuesto, también fue profeta, pues hizo muchas predicciones. Por ejemplo, habló de su propia muerte y predijo dónde, cómo y a manos de quién moriría (Mat. 20:17-19). Además, para sorpresa de quienes lo escuchaban, Jesús profetizó la destrucción de Jerusalén y de su templo (Mar. 13:1, 2). Y algunas de sus profecías se están cumpliendo en nuestro tiempo (Mat. 24:3-41).
12. a) ¿Cómo comenzó Jesús una obra de predicación que ha llegado a todo el mundo? b) ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús?
12 Además de predecir sucesos futuros, Jesús fue predicador y maestro. Predicó las buenas nuevas y habló del Reino de Dios con una determinación sin igual (Luc. 4:16-21, 43). Y su labor como maestro tampoco tiene comparación. Incluso hubo quienes dijeron de él: “Jamás ha hablado otro hombre así” (Juan 7:46). Fue un entusiasta predicador de las buenas nuevas del Reino y contagió ese entusiasmo a sus discípulos. Así comenzó una obra de predicación y enseñanza que ha llegado a todo el mundo y que continúa hasta nuestros días (Mat. 28:18-20; Hech. 5:42). Tan solo el año pasado, unos siete millones de cristianos dedicaron 1.500 millones de horas a predicar y a enseñar la Biblia a la gente. ¿Participa usted de todo corazón en esta obra?
13. ¿Qué nos ayudará a mantenernos despiertos?
13 Está claro que Jehová cumplió su promesa de levantar un profeta semejante a Moisés. ¿Qué piensa usted de eso? ¿No lo hace confiar aún más en las profecías que están por cumplirse? ¡Claro que sí! Si meditamos en el ejemplo del Moisés Mayor, nos mantendremos despiertos, seremos sabios y estaremos muy pendientes de lo que Dios está por hacer (1 Tes. 5:2, 6).
Cristo, nuestro Mediador
14. ¿Cómo llegó Moisés a ser mediador entre Jehová y los israelitas?
14 Tanto Moisés como Jesús fueron mediadores. La función del mediador consiste en actuar de intermediario o enlace entre dos partes. Cuando Jehová estableció el pacto de la Ley, utilizó a Moisés como mediador entre él y los israelitas. Si estos obedecían las leyes de Dios, él los vería como una propiedad muy especial, como su congregación (Éxo. 19:3-8). Ese pacto estuvo vigente desde el año 1513 antes de nuestra era hasta el siglo primero de nuestra era.
15. ¿Por qué decimos que Jesús es un mediador superior a Moisés?
15 En el año 33 de nuestra era, Jehová hizo un pacto con una nueva nación, “el Israel de Dios”, que llegó a convertirse en la congregación mundial de cristianos ungidos (Gál. 6:16). El pacto anterior —cuyo mediador era Moisés— incluía leyes escritas por Dios en tablas de piedra. No obstante, el nuevo pacto —cuyo mediador es Jesús— es muy superior, pues sus leyes han sido escritas por Dios en los corazones (léanse 1 Timoteo 2:5 y Hebreos 8:10). Ahora, “el Israel de Dios” es la propiedad especial de Dios, pues sí ha producido fruto, el fruto del Reino mesiánico (Mat. 21:43). Aunque los miembros de esta nación espiritual son quienes forman parte del nuevo pacto, no son los únicos beneficiarios: también hay incontables multitudes, incluidos millones de personas que ahora duermen en la muerte, que recibirán bendiciones eternas gracias a ese pacto inigualable.
Jesús, nuestro Libertador
16. a) ¿En qué ocasiones usó Jehová a Moisés para salvar a su pueblo? b) Según indica Éxodo 14:13, ¿a quién le deben la salvación los siervos de Dios?
16 La última noche que Israel pasó en Egipto, un ángel recibió la comisión de matar a todos los primogénitos que encontrara a su paso por el país, de modo que los hijos de los israelitas corrían grave peligro. Mediante Moisés, Jehová le informó a su pueblo que la única manera de salvarlos era tomando la sangre del cordero de Pascua y rociándola en el marco de la puerta de sus casas (Éxo. 12:1-13, 21-23). Los israelitas cumplieron estas instrucciones y salvaron a sus hijos. Después, cuando salieron del país, se vieron en graves aprietos, pues quedaron atrapados entre el mar Rojo y el ejército egipcio, que venía en su persecución. De nuevo, Jehová salvó a su pueblo mediante Moisés, quien milagrosamente partió en dos las aguas del mar (Éxo. 14:13, 21).
17, 18. ¿Por qué podemos decir que Jesús es un libertador más grande que Moisés?
17 Aunque estos actos de salvación fueron extraordinarios, no son nada comparados con el acto de liberación que Jehová realizó mediante su Hijo. Jesús es el medio por el cual los seres humanos obedientes han sido liberados de la esclavitud del pecado (Rom. 5:12, 18). Y esa “liberación [será] eterna” (Heb. 9:11, 12). De hecho, su propio nombre, Jesús, significa “Jehová Es Salvación”. Cristo, nuestro Salvador, no solo nos ha liberado del peso de los errores del pasado, sino que también ha abierto la puerta para que podamos disfrutar de un futuro mejor. Al liberarnos de la esclavitud del pecado, Jesús nos salva de la cólera divina y nos permite tener una amistad estrecha con Dios (Mat. 1:21).
18 La liberación del pecado se traducirá en liberación de la enfermedad y la muerte, que son el triste resultado del pecado. Para imaginarnos mejor lo que experimentaremos cuando llegue ese día que Dios ya ha fijado, piense en lo que sucedió cuando Jesús fue a la casa de un hombre llamado Jairo, cuya hija de 12 años acababa de morir. Él le aseguró a Jairo: “No temas, solo muestra fe, y ella será salva” (Luc. 8:41, 42, 49, 50). Y fiel a su palabra, resucitó a la niña. ¿Puede imaginarse la alegría que sintieron sus padres? Entonces también puede imaginar la infinita alegría que sentiremos cuando “todos los que están en las tumbas conmemorativas” escuchen la voz de Jesús y vuelvan a la vida (Juan 5:28, 29). No cabe duda: Jesús es nuestro Libertador y Salvador (léase Hechos 5:31; Tito 1:4; Rev. 7:10).
19, 20. a) ¿Cómo nos beneficia meditar en el papel que cumple Jesús, el Moisés Mayor? b) ¿De qué hablaremos en el próximo artículo?
19 Nosotros podemos ayudar a la gente a beneficiarse de los actos de liberación de Jesús; por eso participamos en la obra de predicación y enseñanza (Isa. 61:1-3). Meditemos en el papel que cumple Jesús, el Moisés Mayor, en el cumplimiento del propósito divino; así se fortalecerá nuestra confianza en que nos libertará cuando destruya a este mundo malvado (Mat. 25:31-34, 41, 46; Rev. 7:9, 14).
20 Jesús realizó actos extraordinarios que Moisés jamás hubiera podido realizar; por eso lo llamamos el Moisés Mayor. Sus profecías y su labor mediadora han beneficiado a toda la humanidad, y la liberación que hemos obtenido gracias a él no durará unos pocos años: será eterna. Ahora bien, hay otros siervos de Dios de la antigüedad que pueden enseñarnos mucho sobre él. El siguiente artículo explicará por qué podemos llamar a Jesús el David Mayor y el Salomón Mayor.
¿Podría explicarlo?
¿Por qué decimos que Jesús es...
• ... un profeta mayor que Moisés?
• ... un mediador mayor que Moisés?
• ... un libertador mayor que Moisés?
[Preguntas del estudio]
[Ilustración y recuadro de la página 26]
OTRAS SIMILITUDES ENTRE MOISÉS Y JESÚS
◻ Dejaron puestos importantes para servir a Jehová y a su pueblo (2 Cor. 8:9; Fili. 2:5-8; Heb. 11:24-26)
◻ Fueron ungidos o “cristos”, es decir, elegidos por Jehová (Mar. 14:61, 62; Juan 4:25, 26; Heb. 11:26)
◻ Se presentaron en el nombre de Jehová (Éxo. 3:13-16; Juan 5:43; 17:4, 6, 26)
◻ Fueron personas apacibles (Núm. 12:3; Mat. 11:28-30)
◻ Jehová alimentó a mucha gente mediante ambos (Éxo. 16:12; Juan 6:48-51)
◻ Fueron jueces y legisladores (Éxo. 18:13; Mal. 4:4; Juan 5:22, 23; 15:10)
◻ Tenían a su cargo la casa de Dios (Núm. 12:7; Heb. 3:2-6)
◻ Fueron testigos fieles de Jehová (Heb. 11:24-29; 12:1; Rev. 1:5)
◻ Cuando murieron, Jehová se encargó de que nadie hallara sus cuerpos (Deu. 34:5, 6; Luc. 24:1-3; Hech. 2:31; 1 Cor. 15:50; Jud. 9)