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Habla con alguien. Diles a tus padres lo triste y confundido que te sientes. Tal vez cuando te expliquen lo que pasa, te sientas más tranquilo.
En el caso de que ellos no puedan ayudarte en ese momento, busca a alguien maduro con quien te sientas cómodo y cuéntale lo que te está pasando (Proverbios 17:17).
No olvides que también puedes contarle lo que te pasa a tu Padre celestial, el “Oidor de la oración” (Salmo 65:2). A él le importas mucho, así que no temas abrirle tu corazón (1 Pedro 5:7).
No te quedes resentido. “Mis padres fueron muy egoístas —afirma Daniel, que tenía siete años cuando sus padres se separaron—. No pensaron en ningún momento en nosotros ni en cómo nos afectaría su separación.”
¿Qué consecuencias puede tener para Daniel enojarse y quedarse resentido? (Clave: lee Proverbios 29:22.)
Aunque esté muy dolido, ¿por qué le conviene a Daniel perdonar a sus padres? (Clave: lee Efesios 4:31, 32.)
No te portes mal para castigar a tus padres. “Estaba triste y deprimido tras el divorcio de mis padres —cuenta Denny—. Comencé a tener problemas en la escuela y perdí un año. Me convertí en el gracioso de la clase. Además, me peleaba con todo el mundo.”
¿Qué crees que intentaba lograr Denny haciéndose el gracioso en clase?
¿Cómo crees que podría ayudar a chicos como Denny el principio de Gálatas 6:7?
Las heridas emocionales requieren tiempo para sanar. Ya verás que, según las cosas vayan cayendo en su sitio, irás sintiéndote mejor.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Ayudan los Testigos a las parejas con problemas? Si un Testigo quiere divorciarse, ¿tiene que contar con el visto bueno de los ancianos de la congregación?
LOS JÓVENES PREGUNTAN
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