LOS JÓVENES PREGUNTAN

¿Por qué mis padres nunca me dejan divertirme?

¿Por qué mis padres nunca me dejan divertirme?

 Tus amigos te invitan a una fiesta este fin de semana, les preguntas a tus padres y su respuesta es clara: “No”. Bueno, tampoco te sorprende, es lo mismo que te dijeron la última vez.

En este artículo, veremos lo siguiente:

 ¿Por qué siempre me dicen que no?

 Si te parece que tus padres siempre te dicen que no, tal vez pienses que no quieren que te diviertas.

 Así se sintió una adolescente llamada Marie cuando tuvo su primer teléfono: “Mi papá me puso un montón de normas. Qué aplicaciones podía descargar, con quién podía hablar, hasta qué hora podía hacerlo... Pero mis amigos podían hacer lo que quisieran”.

 Piensa en esto: ¿Será que el padre de Marie no quería que ella se divirtiera, o es que le preocupaban otras cosas?

El límite de velocidad restringe un poco tu libertad, pero te protege de sufrir daños. Lo mismo pasa con las reglas que ponen los padres.

 Intenta esto: Imagínate que eres el padre y tienes un hijo adolescente que acaba de conseguir su primer teléfono. ¿Qué cosas malas crees que le podrían pasar? ¿Qué normas le pondrías para protegerlo? ¿Qué le responderías si te dijera que nunca dejas que se divierta?

 “Papá siempre me decía: ‘Ponte en mis zapatos’. Eso me obligaba a fijarme no solo en las normas que me ponía, sino también en por qué me las ponía. Si tuviera hijos, creo que esperaría de ellos lo mismo que papá espera de mí” (Tanya).

 ¿Qué hago para que me digan que sí?

 No hagas esto: Poner mala cara, quejarte o discutir.

 “Gritar no sirve de nada, y te agotará emocionalmente... a ti y también a tus padres. Si discutes, ellos pensarán que eres un inmaduro y que no deberían darte más libertad” (Richard).

 Mejor intenta esto: Resiste el impulso de responderles enseguida. Trata de ver la situación desde su punto de vista. ¿Es de verdad que no confían en ti? ¿O podría ser que no les guste el ambiente en el que vas a meterte o la gente con la que estarás? Habla del tema con calma para saber por qué piensan así.

 “Detrás de cada regla casi siempre hay buenas intenciones. No es que mis padres no quieran que me divierta; quieren que me divierta, pero de la mejor manera: sin meterme en problemas” (Ivy).

 Texto bíblico clave: “El insensato da rienda suelta a todas sus emociones, pero el sabio las tiene bajo control y mantiene la calma” (Proverbios 29:11).

 No hagas esto: Hacer cosas a espaldas de tus padres.

 “Trataba de saltarme las normas que papá me había puesto para usar el teléfono. Buscaba la forma de escribirles a mis amigos tarde en la noche o de descargar aplicaciones que papá me había prohibido. Pero al final siempre me descubría, y me ponía más normas porque, claro, ya no confiaba en mí. Saltarse las normas siempre es mala idea” (Marie).

 Mejor intenta esto: Demuéstrales a tus padres que puedes colaborar con ellos obedeciendo sus normas, y así te ganarás su confianza.

 “Ten paciencia. Puede que tus padres tarden un poco en cambiar una regla. Pero, si obedeces las que ya te han puesto, seguro que querrán darte más libertad” (Melinda).

 Texto bíblico clave: “Sean obedientes a sus padres en todo” (Colosenses 3:20).

 No hagas esto: Presionar a tus padres, quizás diciéndoles lo que a otros chicos de tu edad sí les dejan hacer.

 “Insistir e insistir no va a hacer que las cosas mejoren ni que tú consigas lo que quieres” (Natalie).

 Mejor intenta esto: Habla del tema con tus padres. El ejercicio “Hablemos de las normas” puede ayudarte.

 “Los padres quieren ver que sus hijos tienen sentido común. Por eso, cuando hablo con mis padres sobre las normas, uso argumentos lógicos en vez de dejarme llevar por las emociones. He notado que me va mejor cuando lo hago así” (Joseph).

 Texto bíblico clave: “Honra a tu padre y a tu madre” (Efesios 6:2).