No. Dios no está en contra de que un hombre y una mujer de razas distintas se casen. La Biblia declara: “Para Dios todos somos iguales. Dios no discrimina a nadie por la raza” (Hechos 10:​34, 35, La Palabra de Dios para Todos, 2005).

 Analicemos otros principios bíblicos que tienen que ver con este asunto.

 Todos los seres humanos procedemos de Adán y su esposa, Eva. La Biblia dice que Dios “hizo de un solo hombre toda nación de hombres” (Hechos 17:26). Además, cuando Eva fue creada, se dijo que llegaría a ser “la madre de todo el que viviera” (Génesis 3:20). Así que todos, sin importar la raza, formamos una familia. Ahora bien, ¿qué pueden hacer quienes viven donde las distinciones raciales y sociales son muy marcadas?

 Aunque Dios no tiene nada en contra de los matrimonios interraciales, muchas personas sí (Isaías 55:​8, 9). Quien esté pensando en casarse con alguien de otra raza haría bien en hablar con su futuro cónyuge acerca de lo siguiente:

•   ¿Cómo harán frente a los prejuicios de sus familiares o de la comunidad?

•   ¿Cómo prepararán a sus hijos para enfrentarse al prejuicio?

 Los que “consultan juntos” dichos asuntos tienen más probabilidades de disfrutar de un matrimonio feliz (Proverbios 13:10; 21:5).