15 DE NOVIEMBRE DE 2021
RUSIA

Los ejemplos de fe del pasado fortalecen a los hermanos rusos de la actualidad

Los ejemplos de fe del pasado fortalecen a los hermanos rusos de la actualidad

Los hermanos Oleg Danílov y Vladímir Yermoláiev hijo son solo dos de los muchos testigos de Jehová de Rusia que siguen siendo leales a Jehová a pesar de la persecución. Estos dos hermanos valientes dicen que los ejemplos de fe y valor de sus familiares en el pasado los fortalecen espiritualmente.

OLEG DANÍLOV

Los abuelos de Oleg, Fiódor y Yekaterina Ríguel, se hicieron testigos de Jehová en 1958. Cuando el Gobierno persiguió a los Testigos, las autoridades rusas registraron la casa de los Ríguel, confiscaron su propiedad y multaron a Fiódor. Él no se dejó intimidar, sino que siguió ayudando a su familia a adorar a Jehová.

Fiódor y Yekaterina tuvieron dos hijos, Alfred y Ella (la madre de Oleg). Ellos se enfrentaron a burlas y persecución cuando eran niños, y también se mantuvieron leales. Más tarde, cuando Alfred se negó con valor a hacer el servicio militar, tuvo que pasar tres años en prisión.

Como le pasó a su tío Alfred, Oleg Danílov está cumpliendo una condena de tres años de prisión por su fe. Lleva encarcelado desde marzo de 2021, separado de su esposa, Natalia, y de sus dos hijos, Ylia y Nikita. Esta familia confía en que Jehová los ayudará a aguantar, igual que ayudó a los abuelos de Oleg y a su tío.

Oleg Danílov y su esposa Natalia con sus hijos, Nikita (a la izquierda) e Ylia (a la derecha).

Oleg cuenta: “A menudo pienso en que mis familiares y otros hermanos de la Unión Soviética fueron capaces de aguantar y seguir siendo felices”. Y añadió: “Para mí, esto es una muestra clara del poder del espíritu de Jehová. Estoy convencido de que mi familia y yo también seremos capaces de aguantar sin dejar de ser felices”.

VLADÍMIR YERMOLÁIEV HIJO

Vladímir Yermoláiev hijo con su esposa, Valeria.

Ana Yermoláieva, la abuela de Vladímir hijo, conoció la verdad en 1953 en un pueblo llamado Serebrovo, en la región de Irkutsk. Fue la primera persona del pueblo que se bautizó como testigo de Jehová. Ana tuvo mucha oposición por parte de sus vecinos e incluso de su madre, que no volvió a hablarle nunca más.

Cuando las autoridades se enteraron de que Ana estaba predicando, la acusaron de ser un peligro para su hijo, Vladímir padre, y la amenazaron con quitárselo.

Los hermanos de la congregación de Ana escribieron una carta en la que confirmaban que ella era una buena madre. Uno de los hermanos llevó la carta a Moscú y se la hizo llegar al que entonces era el líder de la Unión Soviética, Nikita Kruschov. Sorprendentemente, Kruschov ordenó que se investigara el asunto. Se retiró la acusación contra Ana, y al final no le quitaron a su hijo.

Ana también tenía una hija, que se llamaba Nadeshda. En 1970, la hospitalizaron con un dolor de estómago muy fuerte. Los médicos decidieron operarla antes de estar seguros de lo que tenía. Durante la operación insistieron en que necesitaba una transfusión de sangre. Pero ni la madre ni la hija aceptaban esa opción, porque no querían desobedecer a Dios. Los doctores no les hicieron caso y le pusieron una trasfusión a Nadeshda que era incompatible con su sangre. Tristemente, murió poco después. Para ocultar el error, las autoridades locales acusaron a Ana falsamente en un periódico muy conocido. Dijeron que había “sacrificado a su hija”.

El esposo de Ana, Valentín, reaccionó de manera inesperada ante aquella tragedia. Él le había permitido a Ana enseñarle los principios de la Biblia a sus hijos, pero aún no había aceptado la verdad. Cuando vio el apoyo tan grande que le dieron los hermanos a Ana en esos momentos tan difíciles, se puso a estudiar la Biblia y se hizo testigo de Jehová.

Vladímir Yermoláiev padre con su esposa, Liubov.

Ana y Valentín siguieron educando a su hijo, Vladímir padre, según los principios de la Biblia. Ya de adulto, se casó con una hermana leal llamada Liubov. Vladímir y Liubov también le enseñaron a su hijo, Vladímir, a valorar las cosas espirituales.

En febrero de 2020, las autoridades irrumpieron en la casa de Vladímir hijo y de su esposa, Valeria. Vladímir fue arrestado, lo tuvieron detenido y después lo pusieron en arresto domiciliario durante casi dos meses. Está acusado de organizar actividades de una organización ilegal. Actualmente está a la espera de la decisión del tribunal. Si lo declaran culpable, podría pasar en prisión hasta 15 años. En vez de centrarse en lo que pueda pasar, Vladímir piensa en el buen ejemplo de lealtad que le pusieron sus padres y sus abuelos.

“Es un honor sufrir por causa del nombre de Dios”, dice Vladímir hijo. “Mis padres y mis abuelos se enfrentaron a pruebas muy difíciles, y se mantuvieron leales. Así que yo también puedo”.

Al igual que Oleg y Vladímir hijo, muchos Testigos de Rusia valoran el buen ejemplo de lealtad que les pusieron sus familiares en el pasado. Es bueno que todos reflexionemos en el ejemplo de quienes aguantaron en el pasado y en el de quienes están aguantando persecución hoy día, y que imitemos su fe (Hebreos 13:7).