Del 13 al 27 de abril de 2024, los testigos de Jehová de Zimbabue participaron en una campaña especial para llevarles las buenas noticias del Reino a las personas que hablan chitonga de Zimbabue. En este país, hay casi 300.000 personas que hablan este idioma. Muchas de ellas viven en granjas en las zonas rurales del distrito de Binga, al noroeste del país. Llegar a todas estas personas es muy difícil, ya que solo hay unos 300 Testigos de habla chitonga de Zimbabue, distribuidos en ocho congregaciones.
Durante la campaña, se obtuvieron muy buenos resultados. En una congregación, 77 personas interesadas en la verdad asistieron a la primera reunión que se celebró durante la campaña. Y el siguiente fin de semana asistieron 126. En total, se comenzaron 2.000 cursos bíblicos.
Un día, los hermanos se acercaron a una casa, saludaron a una mujer y sus hijos, y le preguntaron si podían hablar con el cabeza de familia. Cuando llegó el esposo, les dijo a los hermanos que él era el jefe de la aldea, el líder local, y les agradeció que hubieran pedido hablar con él directamente, ya que eso era una muestra de respeto. Muy emocionado, fue a buscar su Biblia en chitonga de Zimbabue. Los hermanos comenzaron un curso bíblico con él e hicieron planes para continuar con el curso otro día. Además, el hombre les dio permiso para predicar en las demás casas de la aldea.
Dos hermanos que estaban predicando en un pueblo conocieron a un hombre que se identificó como testigo de Jehová. El hombre les explicó que, en 1993, los Testigos le habían predicado a su padre y que este había empezado a estudiar la Biblia. Pero, como su familia se mudó varias veces, perdieron el contacto con los Testigos. Los hermanos querían conocer a su padre, así que al día siguiente caminaron una hora y media para visitar la granja donde vivía. El padre los recibió entusiasmado y les dijo que él y su esposa le habían pedido a Dios ese mismo día que enviara a los Testigos. Toda la familia aceptó un curso de la Biblia y asistió a la reunión de entre semana. Y hasta llevaron con ellos a un vecino.
Una hermana llamada Alicia invitó a una mujer mayor a una reunión de congregación, y ella aceptó encantada. Cuando Alicia fue a buscarla para llevarla a la reunión, la mujer la estaba esperando con una amiga a la que había invitado. Después de la reunión, la señora mayor le dijo a Alicia: “No hay duda de que Dios está con ustedes. Me recibieron con tanto amor y cariño que tengo muchas ganas de seguir viniendo”.
Compartimos la alegría de nuestros hermanos de Zimbabue por los buenos resultados obtenidos en esta campaña especial. Nos recuerda que nuestros esfuerzos por sembrar la semilla del Reino por todos los rincones de la Tierra seguirán dando fruto (Eclesiastés 11:6).