La mayoría de los jóvenes no piensan en la posibilidad de tener que cuidar a sus padres, pues creen que les quedan muchos años de buena salud.

 Pero ¿qué harías si uno de tus padres se enfermara ahora? Mira lo que dicen estas dos jóvenes que pasaron por lo mismo.

•  El caso de Emmaline

•  El caso de Emily

 Mi madre tiene el síndrome de Ehlers-Danlos, una enfermedad muy dolorosa que afecta la piel, las articulaciones y los vasos sanguíneos.

 La enfermedad de mi madre es incurable, y su estado ha ido empeorando en los últimos diez años. Ha habido momentos en que los niveles de la sangre han sido tan bajos que ha estado a punto de morirse o en los que el dolor ha sido tan insoportable que hubiera preferido la muerte.

 Mi familia y yo somos testigos de Jehová. ¡Y nuestra congregación nos ha animado tanto! Por ejemplo, una chica de mi edad nos envió hace poco una tarjeta en la que nos decía cuánto nos quería y que podíamos contar con ella en cualquier momento. Es muy bonito tener amigos como ella.

 La Biblia también me ha ayudado muchísimo. Uno de mis textos favoritos es Salmo 34:18, que dice: “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón”. Y otro que me encanta es Hebreos 13:6, que dice: “Jehová es mi ayudante; no tendré miedo”.

 Este último texto bíblico es muy especial para mí. Mi mayor miedo es que muera mi madre. La quiero tanto... y doy gracias por cada día que la tengo a mi lado. Ese versículo me ayuda a ver el futuro con confianza, sin miedo a lo que venga.

 Pero hay algo más que me asusta. El síndrome de mamá es hereditario; ella lo heredó de mi abuela, y yo lo heredé de ella. Sí, yo también sufro de la misma enfermedad. Pero Hebreos 13:6 me asegura que Jehová me ayudará a hacerle frente a esto también.

 Por lo pronto, intento valorar lo que tengo ahora sin mirar al pasado ni preocuparme por el futuro. Si pienso en todo lo que mi madre ya no puede hacer, me deprimo. La Biblia dice que la difícil situación que tenemos que aguantar ahora es “momentánea”; no es nada en comparación con la esperanza de vivir para siempre y con buena salud (2 Corintios 4:17; Revelación [Apocalipsis] 21:1-4).

 Piensa en esto: ¿Qué ayuda a Emmaline a ser positiva? ¿Cómo puedes mantener una actitud positiva cuando tengas dificultades?

 Mi padre tuvo su primer episodio de depresión durante los últimos años de mi adolescencia. Fue como si un extraño hubiera tomado su lugar. Desde entonces, ha tenido que luchar con la tristeza, el miedo irracional y los ataques de ansiedad. Y ya lleva así quince años. No me puedo imaginar lo difícil que debe de ser para él verse arrastrado por la tristeza, sabiendo que no hay ninguna razón para sentirse así.

 Somos testigos de Jehová, y nuestra congregación ha sido de gran apoyo. Todos se han mostrado muy amables y comprensivos, y le han hecho sentir a mi padre que sigue siendo alguien valioso en la congregación. Ver cómo él aguanta esta prueba sin rendirse hace que lo quiera más que nunca.

 Echo de menos a mi papá de antes, aquel que no sufría de ansiedad ni dolor, que era feliz. Me duele mucho que tenga que batallar a diario con ese enemigo invisible que habita en su mente.

 Con todo, mi padre se esfuerza muchísimo por mantener un buen espíritu. Hace poco pasó por un período muy malo, pero hizo todo lo posible por leer la Biblia cada día, aunque solo fueran unos versículos. Eso le dio una fuerza tremenda. Añadir ese “pequeño” detalle a su rutina fue su salvación. Nunca me he sentido tan orgullosa de mi padre como en esos días.

 Me gustan mucho las palabras de Nehemías 8:10: “El gozo de Jehová es su plaza fuerte”. Eso es totalmente cierto. Ver sufrir a mi padre me rompe el corazón, pero el gozo que siento cuando estoy con la congregación, participando de lleno en sus actividades, me lo cura por completo. Y esa sensación de felicidad me dura todo el día. Mi padre me ha enseñado que sin importar cuál sea tu lucha, Jehová siempre está ahí para ayudarte.

 Piensa en esto: ¿Cómo ha apoyado Emily a su padre durante su enfermedad? ¿Cómo puedes ayudar a alguien que sufra de depresión?