Los adversarios de Jesús lo acusaron de hacerse igual a Dios (Juan 5:18; 10:30-33). Sin embargo, él nunca dio a entender que era el Dios todopoderoso. Más bien dijo: “El Padre es mayor que yo” (Juan 14:28).
Los primeros cristianos tampoco creían que Jesús era el Dios todopoderoso. El apóstol Pablo, por ejemplo, escribió que después de resucitar a Jesús, “Dios lo ensalzó a un puesto superior”. Es evidente que Pablo no creía que Jesús era el Todopoderoso. De lo contrario, ¿qué sentido tendría decir que Dios lo ensalzó a un puesto superior? (Filipenses 2:9.)