Unas 1.500 ciudades de Brasil no tienen ninguna congregación de los testigos de Jehová. Algunas de estas ciudades están en lugares aislados y muchos de sus habitantes nunca han hablado con un Testigo. Por eso, la sucursal de Brasil se había propuesto organizar una campaña especial para que se predicara en esas ciudades entre septiembre y diciembre de 2020. Pero, debido a las restricciones del COVID-19, la campaña se llevó a cabo por carta. Participaron publicadores de 3.000 congregaciones.

Los publicadores buscaron información en internet sobre la ciudad que les habían asignado para adaptar sus cartas a las circunstancias de la gente del lugar. Por ejemplo, una precursora que les escribió a los habitantes de una ciudad del estado de Tocantins descubrió que la región había sufrido recientemente incendios forestales. Así que basó sus cartas en Apocalipsis 21:5 y explicó que Jehová hará “nuevas todas las cosas” y solucionará los problemas medioambientales. Unos días después, una mujer le envió a la precursora un mensaje de audio diciendo que le había encantado saber que Dios “puede cambiar las cosas”. Además, solicitó más información.

La campaña fue todo un éxito, como bien lo ilustra el mensaje de texto que recibió una hermana. Decía: “No tengo palabras para describir la forma en que Dios la usó para llegar a mí. ¡Gracias! Me ha hecho volver a creer que Dios me ama y cuida de mi familia y de mí. Me siento como si me hubieran dado un abrazo. Aunque no la conozco, usted es la respuesta a mis oraciones. ¡Gracias de corazón!”.

Un anciano de la congregación Itamarati, que está en Petrópolis (Río de Janeiro), comentó cómo se sintieron los hermanos que participaron en la campaña: “Nos sentimos como precursores especiales yendo a un territorio aislado. Esta ha sido una oportunidad única para muchos hermanos. Normalmente no podríamos hacerlo debido a nuestras circunstancias y responsabilidades familiares”.

No hay duda de que Jehová bendijo esta campaña. Es un gran honor contribuir a que se prediquen las buenas noticias “en toda la creación que está bajo el cielo” (Colosenses 1:23).