JOSÉ quiere saber si sus 10 hermanos mayores todavía son viles y faltos de bondad. Por eso dice: ‘Ustedes son espías. Han venido a averiguar dónde es débil nuestro país.’
‘No, no somos eso,’ dicen ellos. ‘Somos hombres honrados. Todos somos hermanos. Éramos 12. Pero un hermano ya no es, y el más joven está en casa con nuestro padre.’
José finge que no les cree. Hace que el hermano llamado Simeón quede en prisión, y deja que los otros lleven alimento y se vayan a su hogar. Pero les dice: ‘Cuando vuelvan, tienen que traerme al hermano más joven con ustedes.’
Cuando regresan a su hogar en Canaán, los hermanos le dicen a su padre Jacob todo lo que ha pasado. Jacob está muy triste. ‘José ya no es,’ clama, ‘y ahora Simeón no es. No dejaré que se lleven a mi hijo más joven, Benjamín.’ Pero cuando se les va acabando el alimento, Jacob tiene que dejar que se lleven a Benjamín a Egipto para que puedan conseguir más alimento.
Ahora José ve venir a sus hermanos. Se alegra mucho de ver a su hermano más joven, Benjamín. Claro, ninguno de ellos sabe que este hombre importante es José. José ahora hace algo para probar a sus 10 medio hermanos.
Hace que sus siervos llenen de alimento todos los sacos de ellos. Pero sin decírselo, también hace que sus siervos metan su copa especial de plata en el saco de Benjamín. Después que todos se van y están a alguna distancia en el camino, José envía a sus siervos tras ellos. Cuando los alcanzan, los siervos dicen: ‘¿Por qué han robado la copa de plata de nuestro amo?’
‘No hemos robado su copa,’ dicen todos los hermanos. ‘Si encuentran que uno de nosotros la tiene, que maten a ése.’
Por eso los siervos buscan en todos los sacos, y encuentran la copa en el saco de Benjamín, tal como ves aquí. Los siervos dicen: ‘Los demás pueden irse, pero Benjamín tiene que venir con nosotros.’ ¿Qué harán ahora los 10 medio hermanos?
Todos vuelven con Benjamín a la casa de José. José dice a sus hermanos: ‘Todos pueden irse a su hogar, pero Benjamín tiene que quedarse aquí como esclavo mío.’
Ahora Judá habla, y dice: ‘Si yo vuelvo allá sin el muchacho, mi padre morirá, porque lo ama mucho. Por eso, por favor, déjame aquí como esclavo, pero deja ir al muchacho.’
José puede ver que sus hermanos han cambiado. Ya no son viles ni faltos de bondad. Veamos qué hace José ahora.