“Por el consejo los planes mismos se establecen firmemente.” (Proverbios 20:18)
Todos necesitamos dinero para suministrar a nuestra familia las cosas básicas (Proverbios 30:8). Después de todo, “el dinero es para una protección” (Eclesiastés 7:12). A veces puede ser difícil hablar de la economía familiar, pero no permita que ese tema cause dificultades en su matrimonio (Efesios 4:32). Deberían confiar el uno en el otro y decidir juntos en qué gastarán el dinero.
1 HAGA BUENOS PLANES
LO QUE DICE LA BIBLIA: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?” (Lucas 14:28). Es esencial que acuerden juntos la manera como utilizarán sus fondos (Amós 3:3). Determinen qué necesitan comprar y cuánto pueden gastar (Proverbios 31:16). El hecho de que tengan suficiente dinero para adquirir algo no significa que deban hacerlo. Procuren no endeudarse, sino gastar solo dinero del que tienen (Proverbios 21:5; 22:7).
LO QUE PUEDE HACER:
Si les queda algo de dinero al finalizar el mes, decida con su pareja cómo lo emplearán
Si tienen un déficit, hagan planes específicos para reducir los gastos. Por ejemplo, pueden cocinar en casa en vez de salir a comer
2 SEA HONESTO Y REALISTA
LO QUE DICE LA BIBLIA: Sea honrado, “no solo a vista de Jehová, sino también a vista de los hombres” (2 Corintios 8:21). Dígale a su cónyuge la verdad sobre cuánto gana y cuánto gasta.
Consulte siempre con su pareja antes de tomar decisiones monetarias importantes (Proverbios 13:10). Mantener una buena comunicación sobre este tema les ayudará a conservar la paz en el matrimonio. Vea su sueldo como dinero de la familia, no solo suyo (1 Timoteo 5:8).
LO QUE PUEDE HACER:
Póngase de acuerdo con su pareja sobre cuánto puede gastar cada uno sin consultar al otro
No espere a que se presente un problema económico para hablar de dinero