ARTÍCULO 22
Mostremos gratitud por los tesoros que no se ven
“Mantenemos la vista fija en las cosas que no se ven [...]. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 COR. 4:18).
CANCIÓN 22 “Jehová es mi Pastor”
AVANCE *
1. ¿Qué dijo Jesús sobre los tesoros celestiales?
¿HAY tesoros que no se ven? Sí; de hecho, los tesoros más valiosos son invisibles. En el Sermón del Monte, Jesús habló de tesoros celestiales que son muy muy superiores a los bienes materiales. Y añadió: “Donde esté tu tesoro, ahí también estará tu corazón” (Mat. 6:19-21). Nuestro corazón nos impulsará a buscar las cosas que consideramos tesoros o que valoramos muchísimo. Acumulamos “tesoros en el cielo” cuando nos hacemos un buen nombre ante Dios y conseguimos su aprobación. Tal como Jesús explicó, nada ni nadie puede destruir o robar estos tesoros.
2. a) ¿A qué nos anima Pablo en 2 Corintios 4:17, 18? b) ¿Qué analizaremos en este artículo?
2 El apóstol Pablo nos anima a mantener “la vista fija en las cosas que no se ven” (lea 2 Corintios 4:17, 18). Entre las cosas o los tesoros que no se ven están las bendiciones que recibiremos en el nuevo mundo que Dios ha prometido. En este artículo analizaremos cuatro tesoros invisibles de los que ya disfrutamos hoy: la amistad con Dios, la oración, la ayuda del espíritu santo y el apoyo que Jehová, Jesús y los ángeles nos dan en el ministerio. Además, veremos cómo mostrar gratitud por estos tesoros que no se ven.
LA AMISTAD CON JEHOVÁ
3. ¿Cuál es el tesoro invisible más valioso, y qué lo hace posible?
3 El tesoro invisible de más valor es la amistad con Jehová (Sal. 25:14). Pero ¿cómo puede Dios ser amigo de humanos imperfectos y seguir siendo completamente santo? Porque el sacrificio de Jesús “quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Incluso antes de que Jesús muriera, Jehová sabía que su Hijo sería fiel hasta el final y que así salvaría a la humanidad. Por eso Dios pudo ofrecerles su amistad a humanos que vivieron antes de la muerte de Cristo (Rom. 3:25).
4. Mencione algunos amigos de Dios que vivieron antes de la muerte de Jesús.
4 Hablemos de algunos amigos de Dios que vivieron antes de la muerte de Jesús. Abrahán tuvo una fe extraordinaria. Cuando ya habían pasado más de mil años de su muerte, Jehová lo llamó “mi amigo” (Is. 41:8). Así que ni la muerte puede separar a Jehová de sus buenos amigos. De hecho, Abrahán sigue vivo en la memoria de Jehová (Luc. 20:37, 38). Otro buen ejemplo es Job. En una ocasión en que los ángeles estaban reunidos en el cielo, Jehová expresó su confianza en Job. Hablando de él, dijo: “Es un hombre íntegro y recto que teme a Dios y evita todo lo malo” (Job 1:6-8). ¿Y qué opinaba de Daniel, quien le sirvió fielmente unos ochenta años en un país donde la gente adoraba otros dioses? Cuando Daniel ya era muy mayor, los ángeles le aseguraron tres veces que él era alguien “muy valioso” para Dios (Dan. 9:23; 10:11, 19). Estamos seguros de que Jehová espera con ansias el día en que resucitará a sus queridos amigos (Job 14:15).
5. ¿Qué pasos hay que dar para tener “una estrecha amistad” con Jehová?
5 Hoy en día, millones de humanos imperfectos tienen una bonita amistad con Jehová. Muchos hombres, mujeres y niños de todo el mundo están demostrando con su conducta que quieren ser amigos de Dios. La Biblia dice que Jehová “tiene una estrecha amistad” con las personas rectas (Prov. 3:32). Pueden disfrutar de esta amistad porque tienen fe en el sacrificio de Jesús. Gracias al rescate, Jehová nos concede el honor de dedicarnos a él y bautizarnos. Cuando damos estos importantes pasos, nos unimos a los millones de cristianos dedicados y bautizados que ya disfrutan de “una estrecha amistad” con la persona más grande del universo.
6. ¿Cómo podemos demostrar gratitud por la amistad con Dios?
6 ¿Cómo podemos demostrar gratitud por la amistad con Dios? Imitando a Abrahán y Job. Ellos se mantuvieron fieles a Dios por más de cien años. Nosotros debemos hacer lo mismo, sin importar cuánto tiempo llevemos sirviendo a Jehová en este viejo sistema. También debemos imitar a Daniel y valorar nuestra amistad con Jehová más que nuestra propia vida (Dan. 6:7, 10, 16, 22). Con la ayuda de Jehová, podemos aguantar cualquier prueba y conservar nuestra estrecha amistad con él (Filip. 4:13).
EL REGALO DE LA ORACIÓN
7. a) Según Proverbios 15:8, ¿cómo ve Jehová nuestras oraciones? b) ¿Cómo las responde?
7 Otro tesoro invisible es la oración. A los buenos amigos les gusta intercambiar ideas y expresarse sus sentimientos. Lo mismo ocurre con nuestra amistad con Jehová. Él nos habla mediante su Palabra, y en ella nos da a conocer sus pensamientos y sentimientos. Y nosotros nos comunicamos con él mediante la oración. Al orar, le podemos contar nuestros pensamientos y sentimientos más profundos. Para Jehová, escuchar nuestras oraciones es un placer (lea Proverbios 15:8). Él es un amigo que nos quiere, y por eso, además de escuchar las oraciones, las responde. A veces recibimos la respuesta rápidamente. Pero otras veces tenemos que seguir orando. Sea como sea, podemos estar seguros de que él nos responderá en el momento oportuno y de la mejor manera. Claro, puede que su respuesta no sea la que esperamos. Por ejemplo, en lugar de librarnos de una prueba, tal vez nos dé la sabiduría y las fuerzas necesarias para aguantarla (1 Cor. 10:13).
8. ¿Cómo podemos mostrar gratitud por el regalo de la oración?
8 ¿Cómo podemos mostrar gratitud por el valioso regalo de la oración? Por ejemplo, siguiendo este consejo de Dios: “Oren constantemente” (1 Tes. 5:17). Jehová no nos obliga a orar. Más bien, respeta nuestra libertad de elección y nos pide: “Perseveren en la oración” (Rom. 12:12). Así que podemos demostrarle nuestra gratitud orando muchas veces durante el día. Por supuesto, cuando oremos, que no se nos olvide darle las gracias y alabarlo (Sal. 145:2, 3).
9. a) ¿Cómo ve la oración un hermano llamado Chris? b) ¿Cómo ve usted la oración?
9 Cuanto más tiempo llevemos sirviendo a Jehová y viendo cómo responde nuestras oraciones, más aprecio debemos sentir por la oración. Fijémonos en lo que dijo Chris, un hermano que ha estado sirviendo a tiempo completo por cuarenta y siete años: “Me encanta levantarme temprano y pasar un rato orándole tranquilamente a Jehová. Es maravilloso hablar con él mientras los primeros rayos del sol se reflejan en las gotas de rocío. Cuando hago esto, me nace darle las gracias a Jehová por todos sus regalos, sin olvidarme del honor de orar. Y al final del día, después de hacer una oración, da gusto irse a dormir con la conciencia tranquila”.
EL REGALO DEL ESPÍRITU SANTO
10. ¿Por qué debemos valorar mucho el espíritu santo de Dios?
10 Otro tesoro invisible que debemos valorar mucho es la fuerza activa de Dios. Jesús nos animó a pedir espíritu santo con insistencia (Luc. 11:9, 13). Jehová utiliza el espíritu santo para darnos “el poder que va más allá de lo normal” (2 Cor. 4:7; Hech. 1:8). Con la ayuda de su espíritu, podemos aguantar cualquier prueba.
11. ¿Cómo nos puede ayudar el espíritu santo?
11 El espíritu santo nos ayuda a cumplir bien con las responsabilidades que recibimos en nuestro servicio a Dios. Puede potenciar nuestros talentos y habilidades. En realidad, sabemos que los buenos resultados que conseguimos sirviendo a Jehová no se deben a nuestros esfuerzos, sino a la ayuda de su espíritu.
12. De acuerdo con Salmo 139:23, 24, ¿qué podemos pedir en oración?
12 Otra manera de demostrar que valoramos el espíritu santo es pidiéndole a Jehová que nos ayude a detectar cualquier pensamiento o deseo incorrecto que haya en nuestro corazón (lea Salmo 139:23, 24). En respuesta a nuestras oraciones, Jehová puede hacernos ver mediante su espíritu si hay algo que debamos corregir. Y, si eso ocurre, pidámosle que el espíritu santo nos dé fuerzas para luchar contra ese mal pensamiento o deseo. Así demostraremos que no queremos hacer nada que impida que Jehová siga ayudándonos con su espíritu (Efes. 4:30).
13. ¿Cómo podemos sentir más gratitud por el espíritu santo?
13 Podemos sentir más gratitud por el espíritu santo si reflexionamos en lo que está logrando en la actualidad. Antes de subir al cielo, Jesús les dijo a sus discípulos: “Recibirán poder cuando el espíritu santo venga sobre ustedes. Y serán mis testigos [...] hasta la parte más lejana de la tierra” (Hech. 1:8). Estas palabras se han cumplido de una forma extraordinaria. Con el apoyo del espíritu santo, más de ocho millones y medio de personas de todos los rincones del planeta han decidido servir a Jehová. Además, estamos en un paraíso espiritual, ya que el espíritu santo nos ayuda a cultivar hermosas cualidades que son parte del “fruto del espíritu”, como el amor, la felicidad, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fe, la apacibilidad y el autocontrol (Gál. 5:22, 23). Sin duda, el espíritu santo es un regalo de gran valor.
EL APOYO QUE RECIBIMOS DESDE EL CIELO EN EL MINISTERIO
14. ¿Qué apoyo invisible recibimos cuando participamos en el ministerio?
14 Tenemos otro tesoro que no se ve: colaborar con Jehová y la parte celestial de su organización (2 Cor. 6:1). Contamos con su apoyo cada vez que participamos en la obra de hacer discípulos. Hablando de él mismo y de otros evangelizadores, Pablo dijo: “Somos colaboradores de Dios” (1 Cor. 3:9). Cuando participamos en el ministerio cristiano, también colaboramos con Jesús. Recordemos que, después de ordenarles a sus seguidores que hicieran “discípulos de gente de todas las naciones”, Jesús les dijo: “Estaré con ustedes” (Mat. 28:19, 20). ¿Y qué hay de los ángeles? Agradecemos muchísimo que los ángeles nos guíen cuando vamos anunciando “buenas noticias eternas [...] a los que viven en la tierra” (Apoc. 14:6).
15. ¿Qué relato bíblico ilustra el importante papel de Jehová en nuestro ministerio?
15 ¿Qué se está logrando con semejante apoyo? Cuando sembramos el mensaje del Reino, algunas semillas caen en corazones receptivos y brotan (Mat. 13:18, 23). ¿Quién hace que estas semillas broten y den fruto? Jesús explicó que nadie puede llegar a ser su discípulo a menos que “el Padre [...] lo traiga” (Juan 6:44). En la Biblia encontramos un relato que lo ilustra. En una ocasión, Pablo les predicó a unas mujeres que estaban a las afueras de la ciudad de Filipos. Fijémonos en lo que dice la Biblia sobre una de ellas, llamada Lidia: “Jehová le abrió el corazón por completo para que prestara atención a las cosas que Pablo estaba diciendo” (Hech. 16:13-15). Así como hizo con Lidia, Jehová ha traído a millones de personas a su pueblo.
16. ¿Quién debe llevarse el mérito cuando nos va bien en el ministerio?
16 ¿Quién debe llevarse el mérito cuando nos va bien en el ministerio? Pablo contestó esta pregunta cuando escribió las siguientes palabras sobre la congregación de Corinto: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer, así que ni el que planta ni el que riega son algo, sino Dios, que lo hace crecer” (1 Cor. 3:6, 7). Siempre que tengamos éxito en el ministerio, debemos darle todo el mérito a Jehová, tal como hizo Pablo.
17. ¿Cómo podemos mostrar que agradecemos el honor de colaborar con Dios, Cristo y los ángeles?
17 ¿Cómo podemos mostrar que agradecemos el honor de colaborar con Dios, Cristo y los ángeles? Buscando oportunidades para hablar de las buenas noticias con tantas personas como sea posible. Y esto lo podemos hacer de distintas maneras, por ejemplo, predicando “públicamente y de casa en casa” (Hech. 20:20). A muchos hermanos les encanta predicar informalmente. Cuando se encuentran con alguien que no conocen, lo saludan con amabilidad y tratan de empezar una conversación. Si la persona está dispuesta a hablar, presentan con tacto el mensaje del Reino.
18, 19. a) ¿Cómo regamos las semillas de la verdad? b) ¿Cómo ayudó Jehová a un estudiante de la Biblia llamado Raphalalani?
18 Como “colaboradores de Dios”, no solo debemos plantar las semillas de la verdad, sino también regarlas. Cuando a una persona le interesa el mensaje, queremos hacer todo lo posible por cultivar su interés o pedirle a alguien que se ponga en contacto con ella para comenzar un curso bíblico. Cuando un estudiante está progresando para convertirse en un discípulo, nos alegra ver cómo Jehová va influyendo en su mente y corazón.
19 Veamos el caso de Raphalalani, un curandero de Sudáfrica. Le encantaba todo lo que estaba aprendiendo en sus clases de la Biblia. Pero se le presentó un gran obstáculo cuando leyó lo que la Palabra de Dios enseña sobre comunicarse con los antepasados (Deut. 18:10-12). Poco a poco, permitió que Dios fuera moldeando su forma de pensar. Y, con el tiempo, dejó de ser hechicero, aunque era así como se ganaba la vida. Ahora, con 60 años, dice: “Estoy muy agradecido a los testigos de Jehová porque me ayudaron de muchas maneras, como a encontrar un trabajo. Pero, sobre todo, tengo que darle las gracias a Jehová, que me ayudó a limpiar mi vida, y ahora puedo participar en el ministerio como un Testigo bautizado”.
20. ¿Qué estamos decididos a hacer?
20 En este artículo hemos hablado de cuatro tesoros que no se ven. El más valioso de todos es que Jehová sea nuestro mejor amigo. Gracias a este gran honor, podemos disfrutar de otros tesoros invisibles: dirigirnos a él en oración, experimentar la ayuda de su espíritu santo y recibir apoyo desde el cielo en el ministerio. Estamos decididos a valorar cada vez más estos tesoros que no se ven. Y nunca dejaremos de darle gracias a Jehová por ser un amigo tan maravilloso.
CANCIÓN 19 Dios promete un Paraíso
^ párr. 5 El artículo anterior analizó algunos regalos de Dios que se pueden ver. Este artículo se centrará en algunos regalos o tesoros que no se ven y en cómo mostrar que los agradecemos. Y nos ayudará a sentirnos más agradecidos a Jehová, quien nos da todas estas cosas valiosas.
^ párr. 58 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: 1) Una hermana medita en su amistad con Jehová mientras disfruta de la creación.
^ párr. 60 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: 2) La misma hermana le pide fuerzas a Jehová para predicar informalmente.
^ párr. 62 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: 3) El espíritu santo le da valor a la hermana para hablar del mensaje del Reino informalmente.
^ párr. 64 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: 4) La hermana estudia la Biblia con la mujer a quien le predicó informalmente. Con el apoyo de los ángeles, participa en la obra de predicar y hacer discípulos.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)