TEMA DE PORTADA | CUANDO AZOTA LA DESGRACIA

La pérdida de un ser querido

La pérdida de un ser querido

 Ronaldo, que vive en Brasil, sobrevivió a un accidente automovilístico en el que murieron cinco miembros de su familia, entre ellos sus padres. “Pasé dos meses en el hospital sin saber que habían muerto en el choque”, recuerda.

 “Cuando me lo dijeron, no podía creerlo. ‘No puede ser que todos hayan muerto’, pensé. Pero cuando me di cuenta de que era cierto, el mundo se me vino encima. Nunca había experimentado un dolor así. Mi vida ya no tenía sentido sin ellos. Durante meses lloré todos los días. Me culpaba por haber dejado que otro condujera el auto. Si hubiera conducido yo, tal vez seguirían vivos.

 ”Ya han pasado dieciséis años desde el accidente, y mi vida ha vuelto a la normalidad. Pero la muerte de mis familiares dejó un vacío en mi corazón que todavía no he podido llenar.”

CÓMO HACER FRENTE A LA DESGRACIA

 Llore su pérdida. La Biblia dice que hay un tiempo para llorar (Eclesiastés 3:1, 4). Ronaldo dice: “Cada vez que me daban ganas de llorar, lloraba. Contener las lágrimas no servía de nada; al contrario, cuando lloraba, sentía alivio”. Claro está, no todos demuestran sus sentimientos de la misma forma. Si usted no es el tipo de persona que demuestra su dolor a los demás, eso no quiere decir que esté reprimiendo sus emociones o que debería obligarse a llorar.

 No se aísle (Proverbios 18:1). “No me dejé llevar por el deseo de estar solo —comenta Ronaldo—. Recibía amablemente a quienes me visitaban. También hablaba de mis sentimientos con mi esposa y mis amigos íntimos.”

 Quédese tranquilo si alguien le dice algo que lo lastima, por ejemplo, expresiones como “Es mejor así”. Ronaldo recuerda: “Había quienes me decían cosas para tratar de consolarme y terminaban haciendo lo contrario”. En vez de darle vueltas a ese tipo de comentarios, siga este consejo bíblico: “No des tu corazón a todas las palabras que hable la gente” (Eclesiastés 7:21).

 Aprenda la verdad sobre el estado de los muertos. Ronaldo comenta: “La Biblia dice en Eclesiastés 9:5 que los muertos no están sufriendo, y saber esto me tranquiliza. La Biblia también dice que habrá una resurrección, que los muertos volverán a vivir. Por eso, pienso en mis familiares que murieron como si estuvieran de viaje” (Hechos 24:15).

 ¿Lo sabía? La Biblia promete que llegará el día en que Dios “se tragará a la muerte para siempre” (Isaías 25:8). a