Sirvamos a Jehová sin distraernos
“María [...] se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra. Marta [...] estaba distraída atendiendo a muchos quehaceres.” (LUC. 10:39, 40)
CANCIONES 40 Y 55
1, 2. a) ¿Por qué le tenía cariño Jesús a Marta? b) ¿Cómo sabemos que Marta no era perfecta?
¿QUÉ es lo primero que le viene a la mente cuando piensa en Marta, la hermana de Lázaro y María? Marta fue una de las mujeres con las que Jesús hizo amistad. Otra de ellas fue la hermana de Marta. Y, por supuesto, Jesús sentía cariño por su propia madre (Juan 11:5; 19:25-27). ¿Qué clase de mujer era Marta?
2 Jesús le tenía cariño a Marta no solo porque era hospitalaria y trabajadora, sino porque era una mujer espiritual. Ella creía todo lo que Jesús decía y estaba convencida de que era el Mesías (Juan 11:21-27). Claro, como todo ser humano, tenía sus defectos. En una ocasión en la que Jesús había ido a comer a su casa, Marta se atrevió a pedirle que corrigiera una situación que le parecía injusta. “Señor —le dijo—, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender las cosas? Dile, por lo tanto, que me ayude.” (Ver Lucas 10:38-42.) Este relato nos enseña una importante lección. Veamos cuál es.
MARTA SE DISTRAJO
3, 4. a) ¿Por qué dijo Jesús que María escogió “la buena porción”? b) ¿Qué lección aprendió Marta? (Vea la ilustración del principio.)
3 Para agradecer a Marta y a María su invitación, Jesús comenzó a enseñarles valiosas verdades. María aprovechó esa oportunidad única, “se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra”. Si Marta hubiera hecho lo mismo, Jesús de seguro la habría felicitado por su buena decisión.
4 Pero estaba demasiado atareada tratando de hacer que Jesús disfrutara su estancia. Entre otras cosas, se puso a preparar una comida especial. Eso no solo la distrajo, sino que la puso muy nerviosa, y acabó enfadándose con María. Jesús se dio cuenta de que Marta quería hacer demasiado, así que le dijo con bondad: “Marta, Marta, estás inquieta y turbada en cuanto a muchas cosas”; además le dio a entender que bastaba con cocinar un solo plato. Luego defendió a su hermana diciendo: “María escogió la buena porción, y no le será quitada”. Es probable que con el tiempo María olvidara lo que comió en aquella ocasión; lo que de seguro nunca olvidó fueron las palabras de felicitación que recibió de Jesús y las cosas que aprendió por haberle prestado toda su atención. Más de 60 años después, el apóstol Juan escribió: “Jesús amaba a Marta y a su hermana” (Juan 11:5). Estas palabras inspiradas nos hacen pensar que Marta escuchó el consejo de Jesús y siguió esforzándose por servir fielmente a Jehová el resto de su vida.
5. a) ¿Por qué es más fácil que nunca distraerse? b) ¿Qué pregunta debemos hacernos?
5 Hoy día es mucho más fácil distraerse que en la época de Marta. Hace más de 60 años, un hombre de negocios dijo a un grupo de estudiantes de Estados Unidos que nunca antes habían existido tantos medios de comunicación: revistas a todo color, la radio, el cine, la televisión... Luego añadió que todos los días parecía inventarse una nueva distracción. Según él, su generación vivía en la era de las distracciones. La Atalaya del 1 de abril de 1959 dijo lo siguiente: “Las distracciones probablemente aumentarán a medida que este mundo se acerque a su destrucción”. ¡Qué ciertas han resultado ser estas palabras! En vista de la situación, ¿cómo podemos concentrarnos en servir a Jehová sin distraernos, igual que hizo María?
USEMOS EL MUNDO, PERO NO AL MÁXIMO
6. ¿Cómo ha hecho el pueblo de Jehová buen uso de la tecnología?
6 La organización siempre ha hecho buen uso de la tecnología de este mundo a fin de promover los intereses del Reino. Un ejemplo es el “Foto-Drama de la Creación”, que se presentó en la época de la Primera Guerra Mundial. Se trataba de una proyección a color que combinaba películas con diapositivas y sonido. La proyección concluía describiendo el pacífico Reinado de Mil Años de Jesús, y millones de personas de todo el mundo recibieron consuelo al verla. Tiempo después, usamos la radio para transmitir el mensaje del Reino a millones de personas de todo el planeta. Y hoy día usamos dispositivos electrónicos e Internet para llevar las buenas nuevas hasta los rincones más apartados.
7. a) ¿Por qué es peligroso usar al máximo lo que ofrece el mundo? b) ¿De qué debemos tener cuidado? (Vea la nota.)
7 Ahora bien, la Biblia nos advierte que es peligroso usar al máximo lo que el mundo ofrece (ver 1 Corintios 7:29-31). Es fácil perder el tiempo en pasatiempos que no son necesariamente malos, como leer libros y revistas, ver la televisión, viajar, ir a pasear a centros comerciales o tener lo último y lo más caro. Otras cosas que pueden consumirnos horas y horas, y hasta convertirse en una obsesión, son las redes sociales, enviar y reenviar mensajes y correos, y estar siempre pendiente de los eventos deportivos y las últimas noticias (Ecl. 3:1, 6). * Si no controlamos el tiempo que les dedicamos a estas actividades, podemos descuidar lo más importante: nuestro servicio a Jehová (ver Efesios 5:15-17).
8. ¿Por qué debemos seguir el consejo de no amar las cosas que están en el mundo?
8 El Diablo ha diseñado este mundo para distraernos de lo que realmente vale la pena. Los cristianos del siglo primero lo comprobaron y nosotros también (2 Tim. 4:10). Por eso, no debemos amar “las cosas que están en el mundo”. Si nos esforzamos por poner en práctica este consejo bíblico, no nos distraeremos y podremos concentrarnos en hacer crecer nuestro amor por el Padre. Así será más fácil obedecerlo y conservar su amistad para siempre (1 Juan 2:15-17).
MANTENGAMOS EL OJO BIEN ENFOCADO
9. a) ¿Qué dijo Jesús sobre el ojo simbólico? b) ¿Qué hizo para poner el ejemplo?
9 Marta no fue la única a la que Jesús aconsejó que evitara las distracciones. Al resto de sus discípulos también les dijo que debían mantener el ojo “sencillo”, es decir, la mirada enfocada solo en el Reino (ver Mateo 6:22, 33). Y él mismo puso el ejemplo: no tenía ni casa ni tierras que demandaran su atención. Tenía muy pocas posesiones (Luc. 9:58; 19:33-35).
10. ¿Qué hizo Jesús al principio de su ministerio?
10 Durante el ministerio de Jesús sucedieron muchas cosas que pudieron haberlo distraído, pero él no lo permitió. Por ejemplo, poco después de comenzar su ministerio, predicó e hizo varios milagros en Capernaum. Lógicamente, la gente le suplicó que se quedara. ¿Cómo respondió a esta petición tan halagadora? Les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado” (Luc. 4:42-44). Y eso fue precisamente lo que hizo: trabajó muy duro y recorrió Palestina de norte a sur y de este a oeste enseñando a la gente. Claro, aunque era perfecto, tenía las mismas necesidades y limitaciones que cualquier otro ser humano. Por eso de vez en cuando tenía que parar a descansar (Luc. 8:23; Juan 4:6).
11. a) ¿Qué dijo Jesús cuando un hombre le pidió que interviniera en un problema familiar? b) ¿Qué advertencia dio Jesús?
11 En otra ocasión, mientras Jesús estaba enseñando a sus discípulos cómo hacer frente a la persecución, un hombre lo interrumpió para pedirle: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia”. En vez de meterse en esa discusión familiar, Jesús le contestó: “¿Quién me nombró juez o repartidor sobre ustedes?” (Luc. 12:13-15). Entonces continuó enseñando a sus oyentes y les advirtió que no se dejaran distraer por el deseo de tener cosas materiales.
12, 13. a) ¿Por qué querían conocer a Jesús unos judíos de origen griego? b) ¿Cómo respondió Jesús a esa petición?
12 La última semana antes de su muerte, Jesús estuvo bajo mucha presión (Mat. 26:38; Juan 12:27). Estaba a punto de ser sometido a un juicio humillante y sufrir una muerte muy dolorosa. Por si fuera poco, tenía muchísimo que hacer. Veamos, por ejemplo, lo que hizo el domingo 9 de nisán del año 33. Como había predicho la Biblia, Jesús entró a Jerusalén montado en un burro mientras la gente lo aclamaba con estas palabras: “¡Bendito es El que viene como Rey en el nombre de Jehová!” (Luc. 19:38). Al día siguiente entró en el templo y echó con valor a los vendedores que estaban abusando de sus hermanos judíos al cobrarles precios excesivos (Luc. 19:45, 46).
13 En Jerusalén había algunos judíos de origen griego que habían ido a celebrar la Pascua. Impresionados por los milagros de Jesús, le pidieron a Felipe que les permitiera conocerlo. No obstante, Jesús estaba concentrado en cosas demasiado importantes para dejarse distraer. No le interesaba ganarse el apoyo de la gente para que lo defendiera de sus enemigos, que estaban a punto de matarlo. Por eso, después de recordarles a Andrés y a Felipe que estaba a punto de morir, les dijo: “El que tiene afecto a su alma la destruye, pero el que odia su alma en este mundo la resguardará para vida eterna”. En vez de tratar de satisfacer la curiosidad de aquellos judíos griegos, les aconsejó que siguieran su ejemplo de abnegación y les prometió: “Si alguien quiere ministrarme, el Padre lo honrará”. De seguro, Felipe llevó de vuelta esta animadora respuesta (Juan 12:20-26).
14. ¿Cómo sabemos que Jesús era un hombre equilibrado?
14 Es cierto que Jesús llevó a cabo su misión de predicar las buenas nuevas sin distraerse. Pero eso no significa que solo pensara en el trabajo. La Biblia dice que aceptó por lo menos una invitación a una boda y hasta contribuyó a la alegría de la ocasión convirtiendo agua en vino (Juan 2:2, 6-10). También aceptó varias invitaciones a comer con amigos cercanos y personas interesadas en escuchar su mensaje (Luc. 5:29; Juan 12:2). Y más importante aún, tenía la costumbre de sacar tiempo de su horario tan ocupado para orar, meditar y descansar (Mat. 14:23; Mar. 1:35; 6:31, 32).
QUITÉMONOS TODO PESO DE ENCIMA
15. a) ¿Qué consejo dio el apóstol Pablo? b) ¿Por qué fue Pablo un buen ejemplo?
15 El apóstol Pablo dijo que los cristianos son como corredores que participan en una carrera de larga distancia. Por eso aconsejó: “Quitémonos nosotros también todo peso” (ver Hebreos 12:1). Pablo practicaba lo que enseñaba: aunque tenía un futuro brillante en la religión judía y pudo haberse hecho rico y famoso, lo dejó todo por servir a Jehová. Se concentró en “las cosas más importantes” y dedicó su vida a viajar por Siria, Asia menor, Macedonia y Judea predicando las buenas nuevas. Su vista estaba enfocada en el premio que tenía reservado en los cielos, como les dijo a los filipenses: “Olvidando las cosas que quedan atrás, y extendiéndome hacia adelante a las cosas más allá, prosigo hacia la meta” (Filip. 1:10; 3:8, 13, 14). Además, como estaba soltero, Pablo pudo “atender constantemente al Señor sin distracción” (1 Cor. 7:32-35).
16, 17. a) Seamos solteros o casados, ¿cómo podemos seguir el ejemplo de Pablo? b) ¿Qué hicieron Mark y Claire?
16 Igual que Pablo, algunos siervos de Jehová han decidido quedarse solteros para poder dedicar más tiempo al Reino, pues por lo general los solteros tienen menos responsabilidades familiares que los casados (Mat. 19:11, 12). Pero sean cuales sean nuestras circunstancias, todos debemos quitarnos de encima cualquier peso y distracción que nos impida servir a Dios de toda alma. Quizás eso exija cambiar hábitos que consumen demasiado tiempo.
17 Veamos el caso de Mark y Claire, un matrimonio de Gales. Ambos se hicieron precursores cuando terminaron sus estudios y continuaron siéndolo después de casarse. Mark comenta: “Mi esposa y yo vivíamos en una casa de tres habitaciones y teníamos empleos de media jornada. Sin embargo, decidimos dejarlo todo para colaborar en el programa de construcción internacional”. Aunque a veces han tenido muy poco dinero, Jehová siempre los ha cuidado. Durante los últimos 20 años han viajado por toda África construyendo Salones del Reino. Claire continúa: “No hay nada que nos produzca tanta satisfacción como pasar todo el día trabajando para Jehová. Hemos hecho muchos amigos y nunca nos ha faltado nada. Las cosas a las que hemos tenido que renunciar no son nada en comparación con la felicidad de haber dedicado nuestras vidas a servir a Jehová”. Muchos siervos de tiempo completo opinan lo mismo. *
18. ¿Qué preguntas es probable que tengamos que hacernos?
18 ¿Qué hay de usted? ¿Siente que ya no apoya el Reino con el mismo entusiasmo de antes? ¿Será que se ha dejado distraer? En ese caso, trate de mejorar sus hábitos de lectura y estudio de la Biblia. ¿Quiere saber cómo? El siguiente artículo se lo dirá.
^ Vea el artículo “El ingenuo cree todo lo que le dicen”.
^ También puede leer la historia de Hadyn y Melody Sanderson en el artículo “No basta con saber lo que es correcto: hay que hacerlo”, de La Atalaya del 1 marzo 2006. Hadyn y Melody dejaron un próspero negocio en Australia para comenzar el servicio de tiempo completo. Descubra lo que pasó cuando se quedaron sin dinero mientras eran misioneros en la India.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)