CONVERSACIONES CON UN TESTIGO DE JEHOVÁ
¿Cuándo comenzó a gobernar el Reino de Dios? (Primera parte)
Para ver el desarrollo de una típica conversación con un testigo de Jehová, imaginémonos que un Testigo de nombre Julio visita a un señor llamado Ernesto.
SIGAN BUSCANDO EL CONOCIMIENTO
Julio: De verdad que disfruto mucho las conversaciones que hemos tenido sobre la Biblia, Ernesto. * ¿Recuerda que la vez pasada me preguntó algo sobre el Reino de Dios? Me dijo que quería saber por qué los testigos de Jehová enseñamos que comenzó a gobernar en 1914.
Ernesto: Sí, eso fue lo que leí en una de sus revistas, que el Reino de Dios comenzó a gobernar en 1914, y me surgió una duda. Ustedes dicen que todas sus creencias se basan en la Biblia.
Julio: Así es, todas.
Ernesto: Pero yo he leído la Biblia completa y no recuerdo haber visto en ningún lado ese año. Así que fui a Internet y busqué “1914” en una Biblia en línea, y no me salió ni un solo resultado.
Julio: Pues lo quiero felicitar por dos cosas. Primero, porque ha leído la Biblia completa. Se nota que la valora mucho.
Ernesto: Sí, para mí es el mejor libro que existe.
Julio: Totalmente de acuerdo. Y segundo, por usarla para tratar de encontrar la respuesta a sus dudas. Hizo exactamente lo que la Biblia nos dice que hagamos: que sigamos buscando conocimiento. * ¡Qué bueno que se esfuerza tanto!
Ernesto: Gracias, Julio. Es que quiero seguir aprendiendo. De hecho, me puse a investigar un poco más y encontré algo sobre 1914 en el libro que hemos estado leyendo. Algo de un árbol gigante que cortaron y que luego volvió a crecer... O algo así.
Julio: Ah, sí, claro. Es la profecía del capítulo 4 de Daniel. Habla de un sueño que tuvo Nabucodonosor, el rey de Babilonia.
Ernesto: Exacto, esa misma. La leí varias veces, pero francamente sigo sin entender qué tiene que ver con el Reino de Dios o con 1914.
Julio: No se extrañe. Ni siquiera el escritor de esas palabras inspiradas, el profeta Daniel, entendió qué querían decir.
Ernesto: ¿De verdad?
Julio: Sí. Mire lo que escribió aquí en Daniel 12:8: “Oí, pero no pude entender”.
Ernesto: Vaya, así que no soy el único. Ya no me siento tan mal.
Julio: ¿Y sabe por qué le pasó eso a Daniel? Porque todavía no era el momento indicado por Dios para que se entendieran esas palabras. Pero eso ya cambió. Ahora podemos entender las profecías que él puso por escrito.
Ernesto: ¿Ah, sí?
Julio: Sí, justo el versículo siguiente lo explica, el versículo 9. Mire lo que dice: “Las palabras quedan secretas y selladas hasta el tiempo del fin”. Como puede ver, esta profecía solo se podría entender en el tiempo del fin. Y todas las pruebas demuestran que estamos viviendo en ese tiempo. Lo veremos más adelante en el libro que estamos leyendo. *
Ernesto: ¿Podría explicarme la profecía?
Julio: Lo intentaré.
EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR
Julio: Primero vamos a ver brevemente lo que soñó el rey Nabucodonosor, y luego hablamos del significado. ¿Le parece?
Ernesto: Me parece perfecto.
Julio: Nabucodonosor soñó con un árbol gigante que llegaba hasta el cielo. En el sueño escuchó a un mensajero de Dios ordenar que cortaran el árbol. Lo único que quedó fue la raíz y la base. Luego pasó un período de “siete tiempos” y el árbol volvió a crecer. * Esta profecía se cumplió inicialmente en Nabucodonosor mismo. Él era un rey muy poderoso; era como el árbol que llegaba hasta el cielo. Pero en cierto sentido también a él lo cortaron y lo dejaron derribado durante “siete tiempos”. ¿Recuerda qué significa eso?
Ernesto: Mmm... No, no me acuerdo.
Julio: La Biblia dice que se volvió loco, y parece que estuvo así siete años, o sea, “siete tiempos”. Lógicamente tuvo que dejar de ser rey. Sin embargo, una vez que terminó ese período, recuperó la razón y volvió al trono. *
Ernesto: Muy bien, voy entendiendo. Pero ¿qué tiene que ver todo eso con el Reino de Dios y 1914?
Julio: Bueno, la clave está en que la profecía se ha cumplido dos veces. La primera fue cuando se interrumpió el gobierno de Nabucodonosor. Y la segunda fue cuando se interrumpió el gobierno de Dios. Ese segundo cumplimiento es el que tiene que ver con el Reino de Dios.
Ernesto: ¿Y cómo sabe que hubo un segundo cumplimiento?
Julio: Para empezar, porque la misma profecía nos da algunas pistas. Daniel 4:17 dice que la profecía se dio para que la gente supiera “que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da”. ¿Notó la frase “el reino de la humanidad”?
Ernesto: Sí, aquí dice que “el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad”.
Julio:¿Y quién cree que sea “el Altísimo”?
Ernesto: Pues Dios, ¿no?
Julio: Exacto. Esa frase demuestra que la profecía no solo tiene que ver con Nabucodonosor. También tiene que ver con el “reino de la humanidad”, es decir, el gobierno que Dios tiene sobre la humanidad. Si analizamos el contexto de la profecía, verá con más claridad lo lógica que es.
Ernesto: Bien, lo escucho.
EL TEMA PRINCIPAL DEL LIBRO DE DANIEL
Julio: El libro de Daniel tiene un tema que se repite vez tras vez: la entrada en funciones del Reino de Dios con Jesucristo a la cabeza. ¿Qué le parece si vemos un ejemplo? Está dos capítulos atrás, en Daniel 2:44. Léalo usted, por favor.
Ernesto: Sí. Dice: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”.
Julio: Muy bien. ¿Diría que este versículo está hablando del Reino de Dios?
Ernesto: Mmm... No estoy seguro.
Julio: El versículo dice que este reino durará “hasta tiempos indefinidos”; en otras palabras, para siempre. ¿Quién aparte de Dios podría tener un reino que durara tanto tiempo?
Ernesto: Pues nadie.
Julio: Obviamente. Vamos a buscar otra profecía que habla sobre el Reino de Dios. Está en Daniel 7:13, 14 y menciona a una persona que llegaría a ser rey. Mire lo que dice: “A él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas”. En estos versículos hay algo de lo que ya hablamos antes.
Ernesto: Sí, se vuelve a hablar de un reino.
Julio: Precisamente. Y no de cualquier reino. Si se fija, dice que tiene autoridad sobre todos los “pueblos, grupos nacionales y lenguajes”. En otras palabras, gobierna sobre toda la Tierra.
Ernesto: No lo había notado, pero tiene razón. Ahí lo dice.
Julio: Y mire de nuevo lo que dice aquí: “Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas”. ¿Verdad que este versículo se parece mucho al de Daniel 2:44, que acabamos de leer?
Ernesto: Sí, bastante.
Julio: Muy bien, vamos a hacer un repaso de lo que hemos hablado hasta ahora. La profecía del capítulo 4 de Daniel tiene el propósito de informar a la gente que “el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad”. Esto demuestra que la profecía se cumple en alguien superior a Nabucodonosor. Además, por todo el libro de Daniel encontramos profecías que hablan de lo mismo: el momento en el que el Reino de Dios comenzará a funcionar con Jesucristo a la cabeza. Todo esto indica que la profecía del capítulo 4 de Daniel habla sobre el Reino de Dios, ¿no le parece?
Ernesto: Sí, está claro. Pero sigo sin entender qué tiene que ver con 1914.
PASAN SIETE TIEMPOS
Julio: Bueno, volvamos al rey Nabucodonosor. Dijimos que en el primer cumplimiento de la profecía, él es el árbol. Su reinado fue interrumpido cuando se cortó el árbol y pasaron siete tiempos sobre él. Nabucodonosor se volvió loco, pero pasado ese tiempo recobró la razón y recuperó su trono. En el segundo cumplimiento, el gobierno de Dios fue interrumpido, aunque en este caso no fue por algo malo que Dios hubiera hecho.
Ernesto: ¿Cómo? No entiendo.
Julio: Verá, en tiempos bíblicos se decía que los reyes de Israel se sentaban en “el trono de Jehová”. * Eso quiere decir que eran representantes de Dios. Su gobierno representaba el gobierno de él. Sin embargo, con el tiempo, la mayoría de ellos le dieron la espalda y el pueblo en general los apoyó en su rebelión. Debido a ello, permitió que Babilonia conquistara Israel en el año 607 antes de nuestra era. En esa fecha dejó de haber reyes que representaran a Jehová en Jerusalén, la capital del reino. Por decirlo así, el gobierno de Dios fue interrumpido. ¿Vamos bien hasta ahora?
Ernesto: Sí, lo voy siguiendo.
Julio: Los siete tiempos comenzaron a contar en el 607 antes de nuestra era. Ese fue el período durante el cual quedó interrumpido el gobierno de Dios. Y una vez que terminó ese período, Dios nombró a un nuevo rey como su representante, pero esta vez en el cielo. Las otras profecías que leímos en Daniel también se cumplieron al final de ese período. La pregunta que surge ahora es: ¿cuándo terminaron los siete tiempos? Si logramos encontrar esa respuesta, sabremos cuándo comenzó a funcionar el Reino de Dios.
Ernesto: Déjeme adivinar, fue en 1914.
Julio: Así es, Ernesto, acertó.
Ernesto: Pero ¿cómo se sabe que fue ese año?
Julio: Bueno, cuando Jesús vino a la Tierra, dijo que los siete tiempos todavía no habían terminado. * Así que estamos hablando de un período muy, muy largo. Los siete tiempos comenzaron varios siglos antes de Jesús y continuaron muchos siglos después de que él regresara al cielo. Además, recuerde que dijimos que las profecías de Daniel no se entenderían sino hasta “el tiempo del fin”. * Curiosamente, a finales del siglo XIX, un grupo de estudiantes sinceros de la Biblia sintieron el impulso de investigar a fondo esta y otras profecías. Poco a poco fueron comprendiendo que los siete tiempos terminarían en 1914. Lo que ha ocurrido en el mundo desde entonces confirma que en ese año comenzó a funcionar en el cielo el Reino de Dios y que empezó un período llamado el tiempo del fin, o los últimos días de este mundo. Tengo que admitir que es mucha información para digerir de golpe, Ernesto.
Ernesto: ¡Uf, sí! Voy a tener que repasarla para entenderla bien.
Julio: Es comprensible. A mí me tomó un buen tiempo entenderla. Pero espero que nuestra conversación por lo menos le haya ayudado a ver que todo lo que los testigos de Jehová decimos sobre el Reino de Dios se basa en la Biblia.
Ernesto: Claro que sí. Siempre me ha impresionado la confianza tan grande que tienen en la Biblia.
Julio: Y veo que a usted le gustaría tener esa misma confianza. Como le digo, es mucha información para digerir de golpe y de seguro tiene preguntas. Por ejemplo, hemos dicho que los siete tiempos comenzaron en el 607 antes de nuestra era y que están directamente relacionados con el Reino de Dios. Pero ¿por qué decimos que terminaron en 1914? *
Ernesto: Sí, esa es mi gran duda.
Julio: La misma Biblia nos ayuda a calcular la duración de los siete tiempos. ¿Le gustaría que habláramos de eso la próxima vez? *
Ernesto: Muy bien. Lo espero.
¿Hay algún tema bíblico que le gustaría conocer mejor? ¿Quisiera saber más sobre las creencias de los testigos de Jehová? Hable con uno de ellos. Con gusto contestarán sus preguntas.
^ Los testigos de Jehová ofrecen cursos gratuitos a domicilio en los que se estudia la Biblia por temas.
^ Vea el capítulo 9 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado por los testigos de Jehová.
^ En su profecía sobre los últimos días, Jesús dijo que Jerusalén sería pisoteada por las naciones hasta que se cumplieran “los tiempos señalados de las naciones”. Jerusalén representaba al gobierno de Dios (Lucas 21:24). De modo que para el tiempo de Jesús, el gobierno de Dios estaba fuera de funciones y continuó así hasta el inicio de los últimos días.
^ Vea el apéndice titulado “1914: año importante en las profecías bíblicas” del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?
^ El siguiente artículo de esta serie analizará los versículos bíblicos que explican cuánto duran los siete tiempos.
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