Jehová recompensa a quienes lo buscan con todo el corazón

Jehová recompensa a quienes lo buscan con todo el corazón

“El que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente” (HEB. 11:6).

CANCIONES 85 Y 134

1, 2. a) ¿Qué relación hay entre la fe y el amor? b) ¿Qué preguntas responderemos?

AMAMOS a Jehová “porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Como nos quiere mucho, ha tomado la iniciativa y ha bendecido a los que le son leales. Mientras más amamos a Dios, más fuerte se hace nuestra fe, no solo en que él existe, sino en que no deja de recompensar a quienes lo aman (lea Hebreos 11:6).

2 Una de las características principales de la personalidad y de la forma de actuar de Jehová es que premia a sus siervos. A menos que estemos firmemente convencidos de que recompensa a los que lo buscan de todo corazón, nuestra fe estará incompleta, porque “fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan” (Heb. 11:1). En efecto, tener fe implica estar seguros de que recibiremos las bendiciones prometidas por Dios. Ahora bien, ¿cómo nos beneficia esperar una recompensa? ¿Cómo ha premiado Jehová a sus siervos, tanto en el pasado como en el presente? Veamos.

JEHOVÁ PROMETE BENDECIR A SUS SIERVOS

3. ¿Qué promesa encontramos en Malaquías 3:10?

3 Jehová se ha comprometido a recompensar a sus siervos fieles, y nos pide que nos esforcemos por obtener su bendición. En Malaquías 3:10 leemos: “Pruébenme, por favor [...] —ha dicho Jehová de los ejércitos—, a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vacío sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia”. Cuando aceptamos su generosa oferta, demostramos nuestra profunda gratitud.

4. ¿Por qué podemos confiar en lo que Jesús aseguró en Mateo 6:33?

4 Jesús aseguró a sus discípulos que Dios les daría lo necesario si el Reino era lo primero para ellos (lea Mateo 6:33). Esta promesa se cumplirá sin falta porque Jehová siempre ha sido fiel a su palabra. Jesús sabía que las promesas de Dios nunca fallan (Is. 55:11). Si demostramos una fe absoluta en Jehová, también podemos confiar en que mantendrá la siguiente promesa: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé” (Heb. 13:5). Como podemos ver, hay una relación entre estas palabras inspiradas y lo que Jesús dijo sobre buscar primero el Reino y la justicia de Dios.

Jesús prometió a sus discípulos que sus sacrificios serían recompensados. (Vea el párrafo 5).

5. ¿Por qué fortalece la fe la respuesta de Jesús a Pedro?

5 Una vez, el apóstol Pedro le preguntó a Jesús: “Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?” (Mat. 19:27). En lugar de corregirlo por esta pregunta, Jesús les dijo a los discípulos que sus sacrificios serían recompensados. Los apóstoles fieles y otros cristianos reinarán con él en el cielo. Pero los siervos de Dios también reciben recompensas hoy. Jesús dijo: “Todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre, recibirá muchas veces más, y heredará la vida eterna” (Mat. 19:29). Sus discípulos recibirían bendiciones mucho mayores que sus sacrificios. ¿No son los padres, madres, hermanos, hermanas e hijos espirituales mucho más valiosos que cualquier cosa a la que renunciemos por el Reino?

“COMO ANCLA DEL ALMA”

6. ¿Qué efecto tiene en nosotros la promesa de Jehová de premiar a sus siervos?

6 La promesa de que Jehová premiará a sus siervos fieles nos sostiene durante las pruebas de lealtad. Además de las bendiciones espirituales que disfrutamos, estamos deseando recibir bendiciones aún mayores en el futuro (1 Tim. 4:8). Estar plenamente convencidos de que Jehová “llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente” nos ayudará a tener una fe sólida (Heb. 11:6).

7. ¿Cómo actúa la esperanza igual que un ancla?

7 Jesús dijo en el Sermón del Monte: “Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes” (Mat. 5:12). No solo saltan de alegría los que recibirán su recompensa en el cielo, sino también los que esperan vivir en el Paraíso en la Tierra (Sal. 37:11; Luc. 18:30). En ambos casos, la esperanza es “como ancla del alma, tanto segura como firme” (Heb. 6:17-20). El ancla les da estabilidad a los barcos en las tormentas. Igualmente, tener una esperanza sólida nos ayuda a mantener la estabilidad emocional, mental y espiritual. Nos da las fuerzas para aguantar las dificultades.

8. ¿En qué sentido tiene la esperanza el poder de reducir la ansiedad?

8 La esperanza que nos da la Biblia tiene el poder de reducir la ansiedad. Las promesas de Dios son como un bálsamo que calma nuestro corazón angustiado. ¡Cuánto nos consuela saber que Jehová nos sustentará si arrojamos sobre él nuestra carga! (Sal. 55:22). Podemos confiar en que hará “más que sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos” (Efes. 3:20). Fijémonos en que no dice abundantemente ni sobreabundantemente, sino “más que sobreabundantemente”.

9. ¿Por qué podemos confiar en que Jehová nos bendecirá?

9 Para recibir la recompensa, necesitamos ejercer completa fe en Jehová y obedecer sus mandamientos. Moisés le dijo a Israel: “Jehová sin falta te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da como herencia para tomar posesión de ella, solo que sin falta escuches la voz de Jehová tu Dios para tener cuidado de poner por obra todo este mandamiento que te estoy mandando hoy. Porque Jehová tu Dios verdaderamente te bendecirá tal como te ha prometido” (Deut. 15:4-6). ¿Confiamos plenamente en que Dios nos bendecirá si continuamos sirviéndole con fidelidad? Sin duda, tenemos buenas razones para ello.

JEHOVÁ LOS RECOMPENSÓ

10, 11. ¿Cómo recompensó Jehová a José?

10 La Biblia, que se escribió para nuestro beneficio, contiene muchos relatos de cómo Dios recompensó a sus siervos fieles (Rom. 15:4). Un caso sobresaliente es el de José. Acabó en una cárcel de Egipto porque sus hermanos tramaron hacerle daño y la esposa de su amo lo acusó falsamente. ¿Lo había abandonado su Dios? Claro que no. “Jehová continuó con José y siguió extendiéndole bondad amorosa [...] Jehová estaba con José, y lo que él efectuaba, Jehová hacía que tuviera éxito” (Gén. 39:21-23). Durante todo aquel período de dificultad, José confió con paciencia en Dios.

11 Años después, Faraón sacó a este humilde esclavo de la prisión y lo hizo el hombre más poderoso de Egipto, solo por debajo de él (Gén. 41:1, 37-43). José llamó al primero de sus dos hijos “Manasés, porque, decía él: ‘Dios me ha hecho olvidar todas mis desgracias y toda la casa de mi padre’. Y al segundo lo llamó por nombre Efraín, porque, decía él: ‘Dios me ha hecho fructífero en la tierra de mi miseria’” (Gén. 41:51, 52). Debido a que se mantuvo leal a Dios, recibió bendiciones que resultaron en conservar la vida de los israelitas y de los egipcios. El punto es que José reconoció que Jehová lo había recompensado (Gén. 45:5-9).

12. ¿Qué ayudó a Jesús a ser fiel cuando pasó por pruebas?

12 Jesucristo también fue obediente a Dios cuando su fe se puso a prueba, y fue recompensado por ello. ¿Qué lo ayudó? La Biblia responde: “Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza” (Heb. 12:2). Sin duda, a Jesús le alegró poder santificar el nombre de Dios. Además, tuvo la aprobación de su Padre y muchos privilegios maravillosos. La Biblia dice que “se ha sentado a la diestra del trono de Dios”. Y en otro lugar leemos que “Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre” (Filip. 2:9).

JEHOVÁ NO OLVIDA LO QUE HACEMOS

13, 14. ¿Cómo ve Jehová lo que hacemos por él?

13 Podemos tener la seguridad de que Jehová valora todo lo que hacemos por servirle y comprende nuestras inseguridades. Se compadece de nosotros si nos agobian los problemas económicos o si no podemos hacer tanto como quisiéramos en su servicio por culpa de la salud física o emocional. Y podemos confiar plenamente en que Jehová recuerda con cariño lo que hacen sus siervos por mantenerse fieles (lea Hebreos 6:10, 11).

14 Tengamos en cuenta también que podemos acudir al “Oidor de la oración” seguros de que se interesará por lo que nos preocupa (Sal. 65:2). “El Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo” nos dará toda la ayuda emocional y espiritual que necesitemos, quizás a través de nuestros hermanos cristianos (2 Cor. 1:3). Y recordemos que mostrar compasión a otros es algo que agrada mucho a Jehová. “El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato” (Prov. 19:17; Mat. 6:3, 4). Por lo tanto, Jehová considera que le hacemos un préstamo cuando ayudamos desinteresadamente a quien tiene problemas, y promete premiar nuestra generosidad.

RECOMPENSAS AHORA Y PARA SIEMPRE

15. ¿Qué premios anhela recibir usted? (Vea el dibujo del principio).

15 A los cristianos ungidos los sustenta la esperanza de recibir “la corona de la justicia, que el Señor, el justo juez” les dará “como galardón en aquel día” (2 Tim. 4:7, 8). Pero si Dios nos ha dado una esperanza diferente, tampoco salimos perdiendo. Millones de las “otras ovejas” de Jesús están deseando recibir el premio de la vida eterna en el Paraíso en la Tierra. Entonces, “hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz” (Juan 10:16; Sal. 37:11).

16. ¿Qué consuelo encontramos en 1 Juan 3:19, 20?

16 A veces, podríamos sentir que no estamos haciendo suficiente en el servicio a Dios o preguntarnos si él estará contento con lo que hacemos. Tal vez hasta dudemos que merezcamos algún tipo de recompensa. Pero no olvidemos jamás que “Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas” (lea 1 Juan 3:19, 20). Él premia todo lo que hacemos en su servicio motivados por fe y amor, no importa lo insignificante que nos parezca nuestro sacrificio (Mar. 12:41-44).

17. ¿Qué recompensas tenemos ahora?

17 Jehová está bendiciendo a su pueblo incluso en estos oscuros últimos días del malvado sistema de Satanás. Dios hace que sus siervos experimenten una prosperidad sin precedentes en el paraíso espiritual en el que viven (Is. 54:13). Como prometió Jesús, su Padre nos recompensa ahora al dejarnos formar parte de una cariñosa familia internacional de hermanos espirituales (Mar. 10:29, 30). Además, los que buscan a Dios con todo el corazón reciben bendiciones sin igual: paz interior, satisfacción y felicidad (Filip. 4:4-7).

18, 19. ¿Cómo ven los siervos de Jehová las recompensas que reciben?

18 En todo el mundo, los siervos de Jehová pueden hablar de las maravillosas bendiciones que reciben de él. Por ejemplo, Bianca, de Alemania, dice: “No tengo palabras para darle las gracias a Jehová por todo lo que me ha ayudado con mis problemas y por estar a mi lado todos los días. El mundo es caótico y sombrío. Sin embargo, me siento segura en los brazos de Jehová cuando colaboro con él. Por cada sacrificio que hago para servirle, él me da cien bendiciones”.

19 Paula, de Canadá, tiene 70 años y sufre muchas limitaciones porque tiene espina bífida. Cuenta: “Una movilidad reducida no implica necesariamente hacer menos en el ministerio. Por ejemplo, predico por teléfono y de manera informal. Para animarme, tengo un cuaderno donde apunto textos bíblicos e ideas de nuestras publicaciones, que repaso de vez en cuando. Lo llamo ‘Mi cuaderno de supervivencia’. El desánimo no dura mucho si nos centramos en las promesas de Jehová. Él siempre está listo para ayudarnos, sin importar las circunstancias”. Nuestra situación quizás sea muy distinta de la de Bianca o Paula. Pero probablemente podemos recordar cómo nos ha recompensado Jehová a nosotros y a nuestros conocidos. Sin duda, nos beneficia mucho meditar en cómo nos premia ahora y en cómo lo hará en el futuro.

20. ¿De qué podemos estar seguros si seguimos sirviendo a Jehová de toda alma?

20 No olvidemos nunca que Dios recompensará generosamente nuestras oraciones sinceras. Podemos estar seguros de que, después de hacer la voluntad de Dios, recibiremos el cumplimiento de su promesa (Heb. 10:35, 36). Por lo tanto, sigamos fortaleciendo nuestra fe y sirviendo de toda alma a Jehová. Podemos hacerlo, seguros de que él nos recompensará (lea Colosenses 3:23, 24).