“Nos vemos en el Paraíso”

“Nos vemos en el Paraíso”

“Estarás conmigo en el Paraíso” (LUC. 23:43).

CANCIONES: 19, 134

1, 2. ¿En qué piensan algunas personas cuando oyen la palabra paraíso?

FUE un momento muy emotivo. La asamblea de Seúl (Corea) acababa de terminar y muchos hermanos coreanos rodearon a los representantes de otros países que salían del estadio. Mientras se despedían agitando las manos, se decían unos a otros: “Nos vemos en el Paraíso”. ¿A qué se referían?

2 Hoy día, la palabra paraíso puede traer a la mente de las personas imágenes diferentes. Algunos dicen que es una fantasía. Otros piensan en cualquier lugar hermoso, agradable y placentero, como una pradera cubierta de preciosas flores silvestres. Incluso alguien hambriento tal vez diga que está en el paraíso cuando se sienta a comer en un banquete. Ahora bien, para los cristianos verdaderos, ¿qué es el Paraíso? ¿Es algo que esperamos que venga en el futuro?

3. ¿Dónde se menciona el Paraíso por primera vez en la Biblia?

3 La Biblia habla tanto de un Paraíso pasado como de uno futuro. De hecho, el concepto de un paraíso aparece en la Palabra de Dios desde el mismo principio. En la versión católica Scío de San Miguel, que se tradujo del latín, Génesis 2:8 dice: “Había plantado el Señor Dios un paraíso de deleite desde el principio: en el que puso al hombre, que había formado” (cursivas nuestras). En el hebreo original, este versículo dice literalmente “el jardín de Edén”. La palabra Edén significa “Placer” o “Deleite”, un nombre muy adecuado para aquel lugar. Había comida abundante, hermosos paisajes y paz entre los hombres y los animales (Gén. 1:29-31).

4. ¿Por qué podemos llamar paraíso al jardín de Edén?

4 Cuando el texto hebreo se tradujo al griego, la palabra hebrea para jardín se tradujo usando el término griego parádeisos. Cierta enciclopedia dice que, cuando un griego escuchaba esta palabra, se imaginaba un parque amplio y hermoso protegido de todo mal, con árboles impresionantes que producían diversos frutos, así como arroyos de agua cristalina en cuyas riberas cubiertas de hierba pastaban grandes rebaños de antílopes y ovejas (Cyclopaedia, de M’Clintock y Strong; compare con Génesis 2:15, 16). Esto nos ayuda a entender por qué podemos llamar paraíso al jardín de Edén.

5, 6. a) ¿Por qué se perdió el Paraíso? b) ¿Qué pregunta puede que se haga alguien?

5 Dios puso a Adán y Eva en un jardín como ese, pero después los expulsó porque le desobedecieron. Así, tanto ellos como sus descendientes perdieron el Paraíso (Gén. 3:23, 24). Ese hermoso lugar quedó deshabitado hasta que desapareció, al parecer en el Diluvio.

6 Puede que alguien se pregunte si alguna vez volverá a existir el Paraíso en la Tierra. ¿Qué demuestran las pruebas? ¿Tenemos motivos válidos para esperar vivir en el Paraíso con nuestros seres queridos? ¿Sabríamos explicar por qué estamos seguros de que el Paraíso vendrá?

PRUEBAS DE QUE HABRÁ UN PARAÍSO

7, 8. a) ¿Qué le prometió Jehová a Abrahán? b) ¿En qué debió pensar Abrahán cuando Dios le hizo esa promesa?

7 El lugar más lógico para buscar respuestas es la Biblia, el libro que inspiró el Creador del Paraíso original. Por ejemplo, en ella se indica que Jehová le dijo a Abrahán que multiplicaría su descendencia “como los granos de arena que hay en la orilla del mar”. Además, le hizo esta importante promesa: “Mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz” (Gén. 22:17, 18). Tiempo después, Dios les repitió esa promesa a su hijo y a su nieto (lea Génesis 26:4; 28:14).

8 Nada en la Biblia indica que Abrahán creyera que los seres humanos recibirán una recompensa en un paraíso celestial. Así pues, cuando Dios le dijo que “todas las naciones de la tierra” se bendecirían, lo más razonable es que pensara en la Tierra. ¿Qué otras pruebas bíblicas apoyan la idea de un futuro paraíso terrestre?

9, 10. ¿Qué otras promesas dan motivos para creer que habrá un paraíso en el futuro?

9 David, que era descendiente de Abrahán, habló de un tiempo futuro en el que ya no existirían las personas malas (Sal. 37:1, 2, 10). Dijo que “los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”. También predijo por inspiración divina: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Sal. 37:11, 29; 2 Sam. 23:2). ¿Qué efecto tuvieron estas promesas en quienes deseaban hacer la voluntad de Dios? Les dio motivos para creer que con el tiempo habrá un paraíso semejante al jardín de Edén, pues solo los justos vivirán en la Tierra.

10 Con el tiempo, la mayoría de los israelitas que afirmaban adorar a Dios le dieron la espalda. Por eso, Jehová permitió que los babilonios los conquistaran, asolaran el país y se llevaran a muchos al exilio (2 Crón. 36:15-21; Jer. 4:22-27). Pero los profetas de Dios predijeron que setenta años después los israelitas volverían a su tierra. Estas profecías se cumplieron entonces, pero también tienen que ver con nosotros. Analicemos algunas de ellas y veamos su relación con el futuro Paraíso terrestre.

11. a) ¿Qué cumplimiento tuvo Isaías 11:6-9? b) ¿Qué pregunta queda por contestar?

11 (Lea Isaías 11:6-9). Dios predijo mediante Isaías que habría paz en la tierra a la que regresarían los israelitas y que estos no tendrían que temer ataques de animales ni de personas violentas. Tanto niños como mayores estarían a salvo. ¿Verdad que eso nos hace pensar en las condiciones de vida del jardín de Edén? (Is. 51:3). Esa parte de la profecía se cumplió en aquella época. Pero la profecía también aseguraba que la tierra —es decir, toda la tierra, no solo la nación de Israel— estaría “llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar”. ¿Cuándo se cumplirían esas palabras?

12. a) ¿Qué bendiciones recibieron los que regresaron de Babilonia? b) ¿Qué indica que Isaías 35:5-10 tiene un cumplimiento futuro?

12 (Lea Isaías 35:5-10). Isaías enfatizó que los que regresaran de Babilonia no se sentirían amenazados por seres humanos ni por animales. La tierra produciría mucho fruto gracias a un abundante suministro de agua, tal como sucedía en el jardín de Edén (Gén. 2:10-14; Jer. 31:12). ¿Sería este el único cumplimiento de la profecía? Fijémonos en que esta dice también que los ciegos, los cojos y los sordos serían curados milagrosamente. Pero esto no les sucedió a los israelitas, lo que indica que esas curaciones ocurrirían en el futuro.

13, 14. ¿Cómo vieron cumplirse Isaías 65:21-23 los israelitas que volvieron de Babilonia, pero qué parte de esa profecía queda por cumplirse? (Vea el dibujo del principio).

13 (Lea Isaías 65:21-23). Cuando los judíos regresaron, no encontraron casas cómodas ni campos y viñedos cultivados. Pero eso cambiaría con la bendición de Dios. Sin duda, para ellos fue un placer construir las casas en las que vivirían, cultivar los campos y comer su delicioso fruto.

14 Notemos que, según esta profecía, nuestros días serán “como los días de un árbol”. Algunos árboles viven miles de años. Los hombres necesitaríamos una salud extraordinaria para vivir tanto tiempo. Una vida tan larga en las condiciones predichas por Isaías podría parecer un sueño. Pero no lo es. Esta profecía se cumplirá.

¿Cómo se cumplirá la promesa de Jesús sobre el Paraíso? (Vea los párrafos 15 y 16).

15. ¿Cuáles son algunas promesas que encontramos en el libro de Isaías?

15 Pensemos en cómo todas estas promesas indican que en el futuro habrá un paraíso. Dios bendecirá a personas de toda la Tierra. Nadie sufrirá ataques de animales o personas violentas. Los ciegos, los sordos y los cojos serán curados. La gente construirá sus propias casas y cultivará alimentos ricos y saludables. Las personas vivirán más años que los árboles. Así es: en la Biblia encontramos pruebas de que ese es el futuro que nos espera. Ahora bien, ¿qué responderíamos si alguien nos dijera que estamos yendo más allá de lo que realmente dicen esas profecías? ¿Por qué podemos creer que habrá un paraíso en la Tierra? El hombre más importante de la historia nos da una poderosa razón.

ESTAREMOS EN EL PARAÍSO

16, 17. ¿En qué ocasión habló Jesús del Paraíso?

16 Jesús fue condenado a morir en un madero a pesar de ser inocente. A cada lado tenía un malhechor judío. Uno de ellos, que reconocía que Jesús era rey, le hizo esta petición antes de morir: “Acuérdate de mí cuando entres en tu reino” (Luc. 23:39-42). La respuesta de Jesús, que se encuentra en Lucas 23:43, tiene que ver con el futuro de todos nosotros. Hay opiniones diferentes sobre cómo debe puntuarse ese versículo. Algunos biblistas modernos ponen una coma o dos puntos antes de la palabra “hoy”, de modo que el texto dice así: “En verdad te digo: hoy conmigo estarás en el paraíso”. Pero ¿fue eso lo que quiso decir Jesús?

17 En muchos idiomas modernos, se emplean los signos de puntuación para aclarar el significado de las oraciones. Sin embargo, en los manuscritos griegos más antiguos, no encontramos puntuación en todos los casos. Por eso, hay dudas sobre qué quiso decir Jesús: ¿en verdad te digo: hoy conmigo estarás en el paraíso?, o ¿en verdad te digo hoy: conmigo estarás en el paraíso? Los traductores lo escriben de una u otra manera según lo que crean que quiso decir Jesús. Y así lo encontramos en diferentes versiones de la Biblia.

18, 19. ¿Qué razonamiento nos ayuda a entender lo que quiso decir Jesús?

18 No obstante, recordemos dos cosas que Jesús les había dicho antes a sus seguidores: “El Hijo del hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches” y: “El Hijo del hombre está destinado a ser traicionado en manos de los hombres, y lo matarán, y al tercer día será levantado” (Mat. 12:40; 16:21; 17:22, 23; Mar. 10:34). El apóstol Pedro confirmó que así sucedió (Hech. 10:39, 40). Por lo tanto, Jesús no fue a ningún paraíso el día en que él y el malhechor murieron. De hecho, pasó varios días en “el Hades”, hasta que Jehová lo resucitó (Hech. 2:31, 32).

19 Como vemos, Jesús introdujo su promesa al malhechor con las palabras “en verdad te digo hoy”. Esa forma de expresarse era habitual ya en tiempos de Moisés. Por ejemplo, en cierta ocasión dijo: “Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón” (Deut. 6:6; 7:11; 8:1, 19; 30:15).

20. ¿Qué comentario apoya nuestra forma de entender las palabras de Jesús?

20 Un traductor bíblico de Oriente Medio explicó sobre la respuesta de Jesús: “En este texto, el énfasis está en la palabra ‘hoy’, y debe decir ‘en verdad te digo hoy: estarás conmigo en el paraíso’. La promesa se hizo ese día y se cumpliría con posterioridad. Esta es una característica de la forma de hablar oriental que implica que la promesa se hizo cierto día y se cumpliría sin ninguna duda”. En línea con esta explicación, una versión siríaca del siglo quinto traduce así la respuesta de Jesús: “De cierto te digo hoy que conmigo tú estarás en el Jardín de Edén”. Sin duda, esta promesa nos anima a todos.

21. ¿Para qué no se había escogido al malhechor, y por qué lo sabemos?

21 Aquel malhechor no había sido escogido para ir al cielo. Él no sabía que Jesús había hecho un pacto con sus apóstoles fieles para que reinaran con él en el cielo (Luc. 22:29). Además, ni siquiera estaba bautizado (Juan 3:3-6, 12). Por ello, entendemos que Jesús le estaba hablando de un paraíso terrestre. Por otro lado, el apóstol Pablo contó años después que un hombre tuvo una visión en la que fue “arrebatado al paraíso” (2 Cor. 12:1-4). A diferencia del malhechor, Pablo y los demás apóstoles sí fueron seleccionados para ir al cielo y gobernar con Jesús. No obstante, Pablo se refería a algo que estaba por venir: un “paraíso” futuro. ¿Tendría este relación con la Tierra? ¿Podremos nosotros vivir allí?

QUÉ PODEMOS ESPERAR

22, 23. ¿Qué podemos esperar?

22 Recordemos que David predijo que llegará el día en que “los justos mismos poseerán la tierra” (Sal. 37:29; 2 Ped. 3:13). Se refería al tiempo en que los habitantes de la Tierra obedecerían las normas justas de Dios. Isaías 65:22 dice: “Como los días de un árbol serán los días de mi pueblo”. Esto quiere decir que los seres humanos vivirán miles de años. ¿De verdad podemos esperar que eso ocurra? Sí, pues Revelación 21:1-4 indica que la muerte ya no existirá en el nuevo mundo, donde Dios bendecirá a sus siervos fieles.

23 La idea está clara. El Paraíso original se perdió, pero no para siempre. Dios prometió que los habitantes de la Tierra conseguirán una bendición. Y David dijo por inspiración divina que los mansos y los justos heredarán la Tierra y vivirán en ella para siempre. Por otro lado, las profecías de Isaías nos hacen esperar con entusiasmo las maravillosas condiciones que existirán cuando se cumpla la promesa de Jesús al malhechor. Usted puede vivir en ese Paraíso. Cuando llegue ese día, ocurrirá lo que dijeron los hermanos de la asamblea de Corea: “Nos vemos en el Paraíso”.