ARTÍCULO DE ESTUDIO 48
“Tienen que ser santos”
“Sean santos en toda su conducta” (1 PED. 1:15).
CANCIÓN 40 ¿A quién servimos?
AVANCE *
1. ¿Qué consejo les dio el apóstol Pedro a sus hermanos cristianos, y por qué podría parecer imposible de seguir?
SEA que esperemos vivir en los cielos o en la Tierra, podemos beneficiarnos de analizar el consejo que el apóstol Pedro les dio a los cristianos ungidos del siglo primero. Escribió: “Al igual que el Santo que los llamó, sean santos en toda su conducta, porque está escrito: ‘Tienen que ser santos porque yo soy santo’” (1 Ped. 1:15, 16). ¿Qué nos enseñan estas palabras? Que sí podemos imitar a Jehová, el ejemplo supremo de santidad. Podemos y debemos ser santos en nuestra conducta, aunque parezca imposible debido a nuestra imperfección. El mismo apóstol Pedro se equivocó varias veces, pero su ejemplo nos demuestra que podemos ser santos.
2. ¿Qué preguntas responderemos en este artículo?
2 En este artículo, responderemos las siguientes preguntas: ¿qué es ser santo?, ¿qué nos enseña la Biblia sobre la santidad de Jehová?, ¿cómo podemos ser santos en nuestra conducta? y ¿qué relación hay entre ser santos y ser amigos de Jehová?
¿QUÉ ES SER SANTO?
3. ¿Qué se imaginan muchos cuando piensan en alguien santo, pero dónde podemos hallar la verdad?
3 Cuando piensan en alguien santo, muchos se imaginan a un personaje religioso de aspecto melancólico y triste, como los que se representan en algunas obras de arte. Pero nada más lejos de la realidad. La Biblia dice que Jehová, que es santo, es el “Dios feliz” (1 Tim. 1:11). También dice que el pueblo que lo adora es feliz (Sal. 144:15). Jesús condenó a los que llevaban túnicas largas y hacían lo que es correcto para que otros los vieran (Mat. 6:1; Mar. 12:38). Los cristianos sabemos qué es la santidad por lo que la Biblia nos dice. Y sabemos que nuestro Dios, que es santo y cariñoso, nunca nos diría que hiciéramos algo imposible de obedecer. Por tanto, si Jehová nos dice “Tienen que ser santos”, es porque podemos serlo. Claro, para ser santos en nuestra conducta, tenemos que entender qué es ser santo.
4. ¿Qué significan las palabras santo y santidad?
4 ¿Qué es ser santo? En la Biblia, las palabras santo y santidad se refieren básicamente a lo que es limpio o sagrado en sentido moral y religioso. Estos términos también pueden transmitir la idea de estar apartado o separado para servir a Dios. En otras palabras, seremos santos si estamos limpios en sentido moral, si adoramos a Jehová como él espera y si tenemos una estrecha relación con él. Nos impresiona pensar que nosotros, que somos tan imperfectos, podemos ser amigos de Jehová, que es absolutamente santo.
“SANTO, SANTO, SANTO ES JEHOVÁ”
5. ¿Qué nos enseñan de Jehová los ángeles fieles?
5 Jehová es puro y limpio en todos los sentidos. Esto fue lo que dijeron algunos serafines, que son ángeles que están cerca del trono de Jehová. Proclamaron: “Santo, santo, santo es Jehová de los ejércitos” (Is. 6:3). Claro, para tener una relación tan estrecha con Dios, ellos mismos deben ser santos, y lo son. Por eso, cuando un ángel de Jehová venía a la Tierra, su sola presencia podía volver santo el lugar donde estaba. Esto es lo que ocurrió cuando Moisés se acercó a la zarza ardiente (Éx. 3:2-5; Jos. 5:15).
6, 7. a) Según Éxodo 15:1, 11, ¿cómo destacó Moisés que Dios es santo? b) ¿Qué les recordaba a los israelitas que Dios es santo? (Vea el dibujo de la portada).
6 Después de que Moisés llevó a los israelitas a través del mar Rojo, destacó que su Dios, Jehová, es santo (lea Éxodo 15:1, 11). La conducta de los que adoraban a los dioses de Egipto no era santa en lo más mínimo. Y lo mismo puede decirse de los que adoraban a los dioses de Canaán, que sacrificaban a niños y practicaban actos sexuales depravados para sus dioses (Lev. 18:3, 4, 21-24; Deut. 18:9, 10). Pero Jehová es muy diferente a esos dioses falsos, pues nunca nos pide que hagamos nada que nos rebaje. Él es totalmente santo. Esto quedaba claro por las palabras inscritas en una placa de oro que el sumo sacerdote llevaba en el turbante. Decían: “La santidad le pertenece a Jehová” (Éx. 28:36-38).
7 Lo que decía aquella placa le dejaba claro a cualquier persona que la veía que Jehová es santo en grado supremo. Pero ¿y si un israelita no veía la placa porque no podía acercarse al sumo sacerdote? ¿Tendría alguna manera de saber que Jehová es santo? Claro que sí. Todos los israelitas podían escucharlo cuando se leía la Ley delante de los hombres, las mujeres y los niños (Deut. 31:9-12). Si hubiéramos estado ahí, habríamos escuchado estas palabras: “Yo soy Jehová su Dios, […] y ustedes tienen que ser santos porque yo soy santo” y “ustedes tienen que ser santos porque yo, Jehová, soy santo” (Lev. 11:44, 45; 20:7, 26).
8. ¿Qué nos enseñan las palabras de Levítico 19:2 y 1 Pedro 1:14-16?
8 Centrémonos en unas palabras que se leían a toda la nación de Israel y que encontramos en Levítico 19:2. Jehová le dijo a Moisés: “Habla con todo el pueblo de Israel y diles: ‘Tienen que ser santos porque yo, Jehová su Dios, soy santo[’]”. Puede que el apóstol Pedro haya citado estas palabras cuando les dijo a sus compañeros cristianos: “Sean santos” (lea 1 Pedro 1:14-16). Es cierto que ahora no estamos bajo la Ley de Moisés, pero lo que Pedro escribió confirma lo que aprendemos en Levítico 19:2: que Jehová es santo y que los que lo aman deben esforzarse por serlo. Esto nos aplica a todos, sea que esperemos vivir en los cielos o en un paraíso en la Tierra (1 Ped. 1:4; 2 Ped. 3:13).
“SEAN SANTOS EN TODA SU CONDUCTA”
9. ¿Por qué es bueno que analicemos el capítulo 19 de Levítico?
9 Como queremos agradar a nuestro Dios, deseamos saber cómo podemos ser santos como él. Para que podamos lograrlo, Jehová nos da buenos consejos. Encontramos algunos de ellos en el capítulo 19 de Levítico. El especialista en hebreo Marcus Kalisch escribió: “Este extraordinario capítulo es quizás el más completo, el más variado y, en algunos aspectos, la sección más importante de Levítico o incluso del Pentateuco”. Veamos algunos versículos de este capítulo que tienen valiosas lecciones sobre varios asuntos de la vida diaria. Al repasarlos, recordemos que, antes de darnos estas lecciones, el capítulo 19 empieza diciendo “Tienen que ser santos”.
10, 11. ¿Qué aspecto de la conducta santa se destaca en Levítico 19:3, y cómo debemos ver ese mandato?
10 Después de decirles a los israelitas que debían ser santos, Jehová añadió: “Cada uno de ustedes debe respetar a su madre y a su padre […]. Yo soy Jehová su Dios” (Lev. 19:2, 3).
11 Está claro que debemos obedecer el mandato divino de honrar a nuestros padres. Recordemos que, en cierta ocasión, un hombre le preguntó a Jesús: “¿Qué cosas buenas tengo que hacer para conseguir la vida eterna?”. Y parte de la respuesta de Jesús fue que el hombre debía honrar a su padre y a su madre (Mat. 19:16-19). Jesús hasta denunció a los fariseos y a los escribas porque se las arreglaban para no cumplir aquel mandato divino. Por eso, les dijo que así habían “anulado la palabra de Dios” (Mat. 15:3-6). La “palabra de Dios” incluía el quinto de los Diez Mandamientos y lo que leemos en Levítico 19:3 (Éx. 20:12). De nuevo, recordemos que el mandato de Levítico 19:3 de respetar a los padres viene justo después de las palabras “Tienen que ser santos porque yo, Jehová su Dios, soy santo”.
12. ¿Qué podríamos preguntarnos, de acuerdo con el mandato de Levítico 19:3?
12 Cada cristiano podría preguntarse: “¿Estoy cumpliendo bien el mandato divino de honrar a mis padres?”. Si vemos que no hemos hecho todo lo que debíamos en el pasado, pongámonos la meta de mejorar. Es cierto que no es posible cambiar el pasado, pero de ahora en adelante podemos esforzarnos por hacer más cosas con nuestros padres y por ellos. Quizás podamos dedicarles más tiempo. ¿Podemos ofrecerles más apoyo material, espiritual o emocional? Si lo hacemos, estaremos obedeciendo el mandato de Levítico 19:3.
13. a) ¿Qué otro consejo encontramos en Levítico 19:3? b) ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús que narra el relato de Lucas 4:16-18?
13 Levítico 19:3 nos enseña otra lección sobre la santidad. Allí decía que había que respetar el sábado. Como los cristianos no estamos bajo la Ley, no es necesario que guardemos un día de descanso semanal. Pero podemos aprender mucho de lo que los israelitas hacían ese día y de las bendiciones que recibían por guardarlo. Debían dedicar el sábado a descansar de sus labores diarias y a adorar a Jehová. * Por eso, Jesús iba ese día a la sinagoga y leía de la Palabra de Dios (Éx. 31:12-15; lea Lucas 4:16-18). El mandato divino que encontramos en Levítico 19:3 de respetar los sábados debería motivarnos a sacar tiempo de nuestras actividades diarias para darles más atención a los asuntos espirituales. ¿Nos parece que necesitamos mejorar en este aspecto? Si dedicamos tiempo con regularidad a los asuntos espirituales, nuestra amistad con Jehová se hará cada vez más fuerte. Y eso es fundamental para ser santos.
FORTALEZCAMOS NUESTRA RELACIÓN CON JEHOVÁ
14. ¿Qué verdad esencial se destaca en todo el capítulo 19 de Levítico?
14 El capítulo 19 de Levítico menciona en repetidas ocasiones una verdad esencial que nos ayudará a seguir siendo santos. El versículo 4 termina diciendo: “Yo soy Jehová su Dios”. Estas palabras u otras parecidas se encuentran 16 veces en este capítulo. Esto nos recuerda el primero de los Diez Mandamientos, que dice: “Yo soy Jehová tu Dios [...]. No tengas otros dioses aparte de mí” (Éx. 20:2, 3). Todo cristiano que desee ser santo debe asegurarse de que nada ni nadie sea más importante que su amistad con Dios. Y, como nos llamamos testigos de Jehová, estamos decididos a no hacer nada que manche su santo nombre (Lev. 19:12; Is. 57:15).
15. ¿A qué nos deben impulsar los versículos de Levítico 19 que hablan de los sacrificios?
15 Los israelitas demostraban que aceptaban a Jehová como su Dios obedeciendo sus leyes. Levítico 18:4 dice: “Cumplan mis decisiones judiciales, y anden según mis estatutos y obedézcanlos. Yo soy Jehová su Dios”. El capítulo 19 incluye algunos de estos estatutos que él dio a la nación de Israel. Por ejemplo, los versículos 5 a 8, 21 y 22 hablan de los sacrificios de animales. Estos debían hacerse de una manera que no profanara “una cosa santa de Jehová”. Leer estos versículos debe impulsarnos a querer agradar a Jehová y ofrecerle sacrificios de alabanza que sean aceptables para él, como nos anima a hacer Hebreos 13:15.
16. ¿Qué principio de Levítico 19 nos recuerda que los que sirven a Dios son diferentes de las demás personas?
16 Para ser santos, debemos estar dispuestos a que se note que somos diferentes. Esto no es fácil, pues a veces los compañeros de escuela, de trabajo, familiares que no son creyentes y otros nos pueden presionar para que hagamos cosas que interfieran en nuestro servicio a Jehová. Cuando lo hacen, tenemos que tomar una decisión importante. ¿Qué nos ayudará a elegir bien? Veamos un principio interesante que se encuentra en Levítico 19:19, que en parte dice: “No [...] se pongan una prenda de vestir hecha con dos tipos de hilo mezclados”. Esta ley hacía que se notara que Israel era diferente de las naciones que lo rodeaban. Hoy día, no tiene nada de malo que llevemos ropa que mezcle por ejemplo algodón y poliéster, o lana y rayón. Pero sí estaría mal que nos pareciéramos a la gente que cree y practica cosas que están en contra de lo que enseña la Biblia, no importa si son compañeros de escuela, de trabajo o familiares. Claro, sentimos cariño natural por nuestros familiares y les mostramos amor a las personas que nos rodean. Pero, cuando tenemos que tomar decisiones importantes, estamos dispuestos a que se note que los siervos de Jehová somos diferentes. Recordemos que, si queremos ser santos, es imprescindible que estemos separados para Dios (2 Cor. 6:14-16; 1 Ped. 4:3, 4).
17, 18. ¿Qué valiosa lección nos enseña Levítico 19:23-25?
17 La frase “Yo soy Jehová su Dios” debió haber ayudado a los israelitas a ver su amistad con Jehová como lo más importante. Veamos una forma como podían hacerlo según Levítico 19:23-25 (léalo). Pensemos en lo que estas palabras significaron para los israelitas después de que entraron en la Tierra Prometida. Si alguien sembraba un árbol frutal, no podía comer de su fruto durante tres años. En el cuarto año, el producto se reservaba para usarlo en el santuario de Dios. Era solo a partir del quinto año que el dueño podía comer su fruto. Esta ley debió haber ayudado a los israelitas a comprender que sus necesidades no iban en primer lugar. Debían confiar en que Jehová les proveería lo necesario y darle prioridad a su servicio. Él se encargaría de que no les faltara el alimento. Y Dios los animó a hacer donaciones generosas al santuario, que era el centro de su adoración.
18 La ley de Levítico 19:23-25 nos recuerda las palabras que Jesús dijo en el Sermón del Monte: “Dejen de angustiarse […] por lo que van a comer y beber”. Y añadió: “Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas”. Dios nos dará lo necesario, tal como hace con las aves (Mat. 6:25, 26, 32). Confiamos en que Jehová nos cuidará. Además, ayudamos a los necesitados con discreción y estamos pendientes de contribuir a cubrir los gastos de la congregación. Jehová se fija en nuestros actos de generosidad y nos los pagará (Mat. 6:2-4). Si somos generosos, demostraremos que hemos entendido las lecciones de Levítico 19:23-25.
19. ¿Cómo le ha beneficiado el análisis de esta porción de Levítico?
19 El análisis que hemos hecho de varios versículos del capítulo 19 de Levítico nos ha enseñado varias cosas que podemos hacer para ser santos como Jehová. Cuando seguimos su ejemplo, demostramos que nos esforzamos por ser santos en toda nuestra conducta (1 Ped. 1:15). Muchas personas que no sirven a Jehová se han fijado en nuestra buena conducta. Algunos incluso se han sentido impulsados a dar gloria a Jehová (1 Ped. 2:12). Ahora bien, el capítulo 19 de Levítico tiene muchas más lecciones para nosotros. El siguiente artículo analizará más versículos y nos ayudará a ver otros campos de nuestra vida en los que podemos ser santos, como dijo el apóstol Pedro.
CANCIÓN 136 Que Jehová te bendiga
^ párr. 5 Los siervos de Jehová lo amamos y deseamos agradarlo. Él es santo y espera que nosotros seamos santos. ¿De verdad podemos serlo los seres humanos imperfectos? Sí. Para ayudarnos a ver cómo podemos ser santos en toda nuestra conducta, analicemos los consejos que el apóstol Pedro les ofreció a sus hermanos cristianos y las instrucciones que Jehová le dio a la nación de Israel.
^ párr. 13 Hallará más información sobre el sábado y las lecciones que aprendemos de él en el artículo “‘Hay un tiempo determinado’ para trabajar y para descansar”, de La Atalaya de diciembre de 2019.
^ párr. 57 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Un hijo adulto pasa un rato con sus padres, los visita acompañado de su esposa y su hija, y se esfuerza por mantener el contacto con ellos.
^ párr. 59 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: Un israelita que ha plantado unos árboles observa su fruto.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)