ARTÍCULO DE ESTUDIO 18

El amor y la justicia en la congregación cristiana

El amor y la justicia en la congregación cristiana

“Sigan llevando las cargas los unos de los otros, y así cumplan la ley del Cristo” (GÁL. 6:2).

CANCIÓN 112 Jehová, nuestro gran Dios

AVANCE *

1. ¿De qué dos cosas estamos seguros?

JEHOVÁ ama a quienes le sirven. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará. Además, ama la justicia (Sal. 33:5). Así que estamos seguros de dos cosas. Primero, que le duele que sus siervos sufran injusticias. Y, segundo, que se encargará de hacer justicia. En el primer artículo de esta serie, * vimos que la Ley que Dios le dio a la nación de Israel se basaba en el amor y fomentaba la justicia para todos, incluso para los desfavorecidos (Deut. 10:18). Esta Ley revela el profundo interés que Jehová siente por quienes lo adoran.

2. ¿Qué preguntas responderemos?

2 La Ley de Moisés terminó en el año 33, cuando se formó la congregación cristiana. ¿Significa eso que los cristianos no contarían con una ley basada en el amor y que fomentara la justicia? Por supuesto que no. Los cristianos tenían una nueva ley. En este artículo, primero veremos cuál es esa nueva ley y después responderemos las siguientes preguntas: ¿Por qué decimos que esta ley se basa en el amor? ¿Por qué puede decirse que fomenta la justicia? Y, bajo esta ley, ¿cómo deben tratar a los demás quienes tienen autoridad?

QUÉ ES “LA LEY DEL CRISTO”

3. ¿Qué incluye “la ley del Cristo” mencionada en Gálatas 6:2?

3 (Lea Gálatas 6:2). Los cristianos están bajo “la ley del Cristo”. Jesús no puso por escrito un código legal para sus discípulos, pero sí les dio instrucciones, mandatos y principios que debían seguir. “La ley del Cristo” incluye todo lo que Jesús enseñó. Para comprenderla mejor, respondamos algunas preguntas sobre ella.

4, 5. a) ¿Cómo enseñó Jesús? b) ¿Cuándo enseñó?

4 ¿Cómo enseñó Jesús a las personas? Primero, con sus palabras. Estas tenían fuerza porque enseñaban la verdad sobre Dios, el verdadero propósito de la vida y que el Reino de Dios es la única solución para el sufrimiento de la humanidad (Luc. 24:19). Jesús también enseñó con el ejemplo. Su forma de vivir les puso el modelo a sus discípulos (Juan 13:15).

5 ¿Cuándo enseñó Jesús? Durante su ministerio en la Tierra (Mat. 4:23). También enseñó a sus seguidores poco después de haber resucitado. Por ejemplo, se apareció a un grupo de ellos, quizás a más de quinientos, y les dio el mandato de hacer discípulos (Mat. 28:19, 20; 1 Cor. 15:6). En su papel de Cabeza de la congregación, siguió enseñando a sus seguidores después de regresar al cielo. Por ejemplo, hacia el año 96, dio ánimo y consejos a los cristianos ungidos mediante el apóstol Juan (Col. 1:18; Rev. 1:1).

6, 7. a) ¿Dónde quedó registrado lo que Jesús enseñó? b) ¿Qué debemos hacer para obedecer la ley del Cristo?

6 ¿Dónde quedó registrado lo que Jesús enseñó? Los cuatro Evangelios narran muchas de las cosas que él hizo y dijo en la Tierra. El resto de las Escrituras Griegas Cristianas nos ayudan a comprender mejor la manera de pensar de Jesús, pues sus escritores fueron inspirados por el espíritu santo y tenían “la mente de Cristo” (1 Cor. 2:16).

7 Lecciones: Las enseñanzas de Jesús son útiles en todo aspecto de la vida. Por eso, la ley del Cristo influye en lo que hacemos en la casa, en el trabajo o la escuela, y en la congregación. Aprendemos de esta ley leyendo las Escrituras Griegas y reflexionando en ellas. La obedecemos poniendo en práctica las instrucciones, los mandatos y los principios que hallamos en esta porción de la Biblia. Al seguir la ley del Cristo, en realidad obedecemos a nuestro amoroso Dios, Jehová, de quien proviene todo lo que enseñó Jesús (Juan 8:28).

UNA LEY BASADA EN EL AMOR

8. ¿Cuál es el fundamento de la ley del Cristo?

8 Quienes viven en una casa que está bien hecha y que tiene cimientos sólidos se sienten seguros. Lo mismo les sucede a quienes obedecen una buena ley que tiene un fundamento sólido. Pues bien, la ley del Cristo tiene el mejor fundamento posible: el amor. ¿Por qué lo decimos?

Cuando tratamos a otros con amor, estamos obedeciendo “la ley del Cristo”. (Vea los párrafos 9 a 14). *

9, 10. a) ¿Qué ejemplos prueban que Jesús hizo las cosas por amor? b) ¿Cómo podemos imitar su ejemplo?

9 Primero, porque Jesús hizo todas las cosas por amor. Lo que lo motivó a enseñar a las muchedumbres, sanar a los enfermos, alimentar a los hambrientos y resucitar a los muertos fue la compasión, que es una manifestación del amor (Mat. 14:14; 15:32-38; Mar. 6:34; Luc. 7:11-15). Es cierto que todas estas actividades consumían gran parte de su tiempo y energías. Pero con gusto puso en primer lugar las necesidades de otros. Y, por encima de todo, demostró su inmenso amor sacrificando su vida por los demás (Juan 15:13).

10 Lecciones: Podemos imitar el ejemplo de Jesús poniendo en primer lugar las necesidades de los demás. También, cultivando compasión por las personas del territorio. Cuando esa compasión nos motiva a predicar y enseñar a otros, estamos obedeciendo la ley del Cristo.

11, 12. a) ¿Por qué sabemos que Jehová se interesa mucho por nosotros? b) ¿Cómo podemos copiar el amor de Jehová?

11 Segundo, porque Jesús dio a conocer el amor de su Padre. Durante su ministerio, mostró lo mucho que Jehová se interesa por sus siervos. Por ejemplo, enseñó que cada uno de nosotros es valioso para nuestro Padre celestial (Mat. 10:31). Además, reveló que Jehová anhela que las ovejas perdidas se arrepientan y vuelvan a la congregación para recibirlas con los brazos abiertos (Luc. 15:7, 10). Y dijo que Dios demostró el amor que nos tiene dando la vida de su Hijo para rescatarnos (Juan 3:16).

12 Lecciones: ¿Cómo podemos copiar el amor de Jehová? (Efes. 5:1, 2). Pensando que nuestros hermanos son muy valiosos y recibiendo con alegría a las ovejas perdidas que vuelven a Jehová (Sal. 119:176). Demostramos que amamos a los hermanos dando de nosotros, como por ejemplo, ayudándolos en momentos de necesidad (1 Juan 3:17). Cuando tratamos a otros con amor, estamos obedeciendo la ley del Cristo.

13, 14. a) ¿Qué mandamiento de Jesús se registra en Juan 13:34, 35, y por qué es nuevo? b) ¿Cómo obedecemos el nuevo mandamiento?

13 Tercero, porque Jesús mandó a sus seguidores que mostraran un amor sacrificado (lea Juan 13:34, 35). Este mandamiento es nuevo porque no estaba incluido en la Ley que Dios le dio a Israel. Jesús dijo que debemos amar a nuestros hermanos como él nos amó. Debemos amarlos incluso más que a nosotros mismos, amarlos hasta el punto de estar dispuestos a dar nuestra vida por ellos, tal como hizo Jesús. Y para eso hace falta un amor sacrificado. *

14 Lecciones: ¿Cómo obedecemos el nuevo mandamiento? En pocas palabras, sacrificándonos por nuestros hermanos. No solo estamos dispuestos a hacer el mayor sacrificio de todos, es decir, dar la vida por ellos. También estamos dispuestos a hacer sacrificios más pequeños. Por ejemplo, podemos desviarnos de nuestra ruta para llevar a un hermano mayor a las reuniones, renunciar a algo que nos gusta para agradar a un compañero cristiano o tomar vacaciones para ayudar en labores de socorro. Haciendo cosas como estas obedecemos la ley del Cristo y contribuimos a que la congregación sea un lugar donde todos se sientan seguros.

UNA LEY QUE FOMENTA LA JUSTICIA

15-17. a) ¿Cómo pusieron de manifiesto las acciones de Jesús su sentido de la justicia? b) ¿Cómo podemos copiar el ejemplo de Jesús?

15 En la Biblia, la justicia se refiere básicamente a hacer lo que Dios dice que está bien y hacerlo de manera imparcial. ¿Por qué decimos que la ley del Cristo fomenta la justicia?

Jesús fue respetuoso y amable con las mujeres, incluso con aquellas a quienes otros despreciaban. (Vea el párrafo 16). *

16 Primero, veamos cómo pusieron de manifiesto las acciones de Jesús su sentido de la justicia. En aquella época, los líderes religiosos judíos odiaban a las personas de otras naciones, despreciaban a la gente común y no respetaban a las mujeres. En cambio, Jesús trató a todos de manera justa e imparcial. No rechazó a las personas de otras naciones que mostraron fe en él (Mat. 8:5-10, 13). Predicó sin prejuicios a todo el mundo, a ricos y pobres por igual (Mat. 11:5; Luc. 19:2, 9). Nunca despreció a las mujeres ni las trató con dureza. Al contrario, fue respetuoso y amable con ellas, incluso con aquellas a quienes otros despreciaban (Luc. 7:37-39, 44-50).

17 Lecciones: Podemos copiar el ejemplo de Jesús siendo imparciales y predicando a todos los que nos escuchen, sin importar sus antecedentes sociales o religiosos. Los varones cristianos lo imitan cuando tratan a las mujeres con respeto. Al actuar así obedecemos la ley del Cristo.

18, 19. ¿Qué enseñó Jesús sobre la justicia, y qué lecciones aprendemos de ello?

18 Segundo, veamos lo que Jesús dijo sobre la justicia. Enseñó a sus discípulos principios que los ayudarían a tratar a otros de manera justa. Pensemos, por ejemplo, en la Regla de Oro (Mat. 7:12). Puesto que todos queremos que se nos trate con justicia, es así como debemos tratar a otros. ¿Cuál puede que sea el resultado? Que ellos se sientan motivados a tratarnos con justicia a nosotros. Pero ¿y si hemos sido víctimas de una injusticia? Jesús también enseñó a sus seguidores a confiar en que Jehová se encargará de que se haga justicia a quienes “claman a él día y noche” (Luc. 18:6, 7). Estas palabras son, en realidad, una promesa: nuestro justo Dios conoce muy bien las dificultades que tenemos en estos últimos días y se encargará de que se nos haga justicia cuando él lo considere oportuno (2 Tes. 1:6).

19 Lecciones: Si seguimos los principios que Jesús enseñó, trataremos a los demás de forma justa. Y, si hemos sufrido una injusticia en el mundo de Satanás, nos consuela saber que Jehová se encargará de que se nos haga justicia.

CÓMO DEBEN TRATAR A LOS DEMÁS QUIENES TIENEN AUTORIDAD

20, 21. a) ¿Cómo deben tratar a los demás quienes tienen autoridad? b) ¿Cómo demuestran amor sacrificado los esposos? c) ¿Cómo deben tratar los padres a sus hijos?

20 Como hemos visto, la ley del Cristo se basa en el amor. Por tanto, bajo esta ley, quienes tienen autoridad deben tratar a los demás con dignidad y cariño. Tienen que recordar que Cristo espera que demostremos amor en todo lo que hacemos.

21 En la familia. Los esposos deben amar a sus esposas “tal como el Cristo también amó a la congregación” (Efes. 5:25, 28, 29). Imitan su amor sacrificado poniendo las necesidades y deseos de sus esposas antes que los suyos. A algunos hombres se les hace difícil mostrar esta clase de amor, quizás porque se criaron en una familia en la que no se mostraba cariño y no se trababa a los demás con justicia. Aunque les resulte difícil abandonar sus costumbres, tienen que cambiar a fin de obedecer la ley del Cristo. Los esposos que demuestran amor sacrificado consiguen el respeto de sus esposas. Y los padres que aman de verdad a sus hijos nunca les harán daño con sus palabras o acciones (Efes. 4:31). Al contrario, les expresarán su cariño y aprobación de maneras que los hagan sentir seguros. De esta forma, se ganarán el amor y la confianza de sus hijos.

22. Según 1 Pedro 5:1-3, ¿quién es el dueño de las ovejas, y cómo se las debe tratar?

22 En la congregación. Los ancianos deben recordar que las ovejas no son suyas (Juan 10:16; lea 1 Pedro 5:1-3). Las expresiones “el rebaño de Dios” y “la herencia de Dios” les recuerdan que son de Jehová. Y él quiere que se las trate con cariño y ternura (1 Tes. 2:7, 8). Los ancianos que cuidan así a las ovejas consiguen la aprobación de Jehová y el amor y respeto de sus hermanos.

23, 24. a) ¿Cuál es la función de los ancianos cuando se cometen pecados graves en la congregación? b) En estos casos, ¿qué cuestiones analizan los ancianos?

23 Bajo la Ley que Dios le dio a Israel, los jueces y ancianos atendían los asuntos espirituales y también los casos civiles y los delitos. En cambio, bajo la ley del Cristo, la función de los ancianos es diferente. Cuando se comete un pecado grave en la congregación, ellos solo se encargan de los aspectos espirituales de la situación. Reconocen que Dios les ha dado a las autoridades de este mundo la responsabilidad de juzgar los casos civiles y los delitos. Por eso, ellas tienen la autoridad para imponer multas o penas de cárcel (Rom. 13:1-4).

24 Entonces, ¿cómo actúan los ancianos cuando se comete un pecado grave? Utilizan la Biblia para analizar los asuntos y tomar decisiones. Tienen presente que la ley del Cristo se basa en el amor. Esta cualidad los motiva a analizar qué debe hacerse para ayudar a cualquier persona de la congregación que haya sido víctima de un pecado. Y el amor los mueve a examinar si el pecador está arrepentido y si se le puede ayudar a recuperar su amistad con Dios.

25. ¿Qué analizará el siguiente artículo?

25 Sin duda, nos sentimos muy agradecidos de estar bajo la ley del Cristo. Cuando todos nos esforzamos por obedecerla, contribuimos a que la congregación sea un lugar donde todos se sientan queridos, valorados y seguros. Pero vivimos en un mundo en el que los hombres malvados van “de mal en peor” (2 Tim. 3:13). Así que no debemos bajar la guardia. ¿Cómo puede reflejar la congregación la justicia de Dios cuando se tiene que ocupar de casos de abuso de menores? El artículo siguiente responderá esta pregunta.

CANCIÓN 109 Alabemos al Primogénito de Jehová

^ párr. 5 Este artículo y los dos siguientes son parte de una serie que analiza por qué podemos estar seguros de que Jehová es un Dios de amor y justicia. Él desea que se trate a sus siervos con justicia y consuela a quienes han sufrido injusticias en este mundo malvado.

^ párr. 1 Vea el artículo “El amor y la justicia en el antiguo Israel”, de La Atalaya de febrero de 2019.

^ párr. 13 IDEA IMPORTANTE: El amor sacrificado nos motiva a poner las necesidades y los deseos de los demás por encima de los nuestros. Estamos dispuestos a renunciar a ciertas cosas o privarnos de ellas por el bien de otros.

^ párr. 61 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Jesús ve a una viuda que ha perdido a su único hijo. Movido por la compasión, resucita al joven.

^ párr. 63 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Jesús está comiendo en casa de un fariseo llamado Simón. Una mujer, que tal vez es prostituta, acaba de lavar los pies de Jesús con sus lágrimas, se los ha secado con su cabello y los ha untado con aceite. Simón mira con desprecio a la mujer, pero Jesús la defiende.