ARTÍCULO ESTUDIÁYPAJ 24
Ckam atinqui taripayta espirituales metasniyqui
«Ama sackenáysh tían ʼruayta alli casckanta, imaraycu tiempu captin cosechasajcu si mana saicucúysh» (GÁL. 6:9).
CANCIÚN 84 Servimos donde se nos necesite
AVANCE a
1. ¿Ima dificultares apiycu suj meta taripáypaj?
¿SE HA puesto alguna meta espiritual que le haya costado alcanzar? b Si es así, no es el único que ha tenido esa lucha. Por ejemplo, Philip quería orar más a menudo y hacer oraciones más profundas, pero se le hacía difícil encontrar momentos para hablar con Jehová. Erika se propuso llegar a tiempo a las reuniones para predicar. Pero aun así llegaba tarde a casi todas. Tomáš intentó varias veces leer la Biblia completa. Dice: “Es que no disfrutaba leyendo la Biblia. Hice tres intentos, pero no conseguía pasar de Levítico”.
2. ¿Imaraycu mana desanimacunaycu tían si apiycu suj meta ima mana ateraycu lograyta?
2 Si usted está tratando de alcanzar una meta pero no lo logra, no se desanime. Se necesita tiempo y esfuerzo para alcanzar hasta las metas más pequeñas. El hecho de que no se haya rendido muestra que valora mucho su amistad con Jehová y quiere darle lo mejor. Jehová eso lo ve, y no le pide lo imposible (Sal. 103:14; Miq. 6:8). Así que usted tiene que asegurarse de que su meta sea realista, que sea algo que realmente pueda conseguir. Si está seguro de que su meta es razonable, ¿qué puede hacer para cumplirla? Veamos algunas sugerencias.
ANCHA IMPORTANTE CAN MOTIVASCKAS TIAYTA
3. ¿Imaraycu ancha importante can motivasckas tiayta?
3 Para alcanzar las metas espirituales, es muy importante que estemos motivados. ¿Por qué? Porque, si estamos decididos a lograr lo que nos hemos propuesto, nos esforzaremos al máximo. La motivación es como el viento que empuja un velero. Si el viento sigue soplando, es probable que el velero llegue a su destino. Y, si sopla con fuerza, es posible que hasta llegue antes de lo esperado. De manera parecida, cuanto más motivados estemos, más probable es que alcancemos nuestras metas. Un hermano de El Salvador llamado David dice: “Cuando te sientes motivado, te esfuerzas más. Haces todo lo posible para que nada te impida cumplir tu objetivo”. Entonces, ¿qué lo ayudará a estar más motivado?
4. ¿Imát atiycu mañayta Jehovát? (Filipenses 2:13; dibuju ckáay).
4 Pídale a Jehová que lo ayude a estar más motivado. Mediante su espíritu, Jehová puede darle la motivación que necesita para alcanzar su meta (lea Filipenses 2:13). A veces nos fijamos un objetivo porque sabemos que es nuestro deber, y no hay nada de malo en eso. Pero quizás en el fondo no tengamos el deseo de hacerlo. Eso es lo que le pasó a Norina, una hermana de Uganda. Ella se había propuesto dirigir un curso bíblico, pero no estaba tan motivada porque sentía que no era buena maestra. ¿Qué la ayudó? Ella cuenta: “Empecé a pedirle a Jehová todos los días que me ayudara a tener más ganas de darle clases de la Biblia a alguien. Y también puse de mi parte, pues me esforcé por ser mejor maestra. Después de unos meses, noté que estaba más motivada. Ese mismo año, comencé dos cursos bíblicos”.
5. ¿Imáp meditanáysh tían astaan motivasckas tianáyshpaj?
5 Medite en lo que Jehová ha hecho por usted (Sal. 143:5). El apóstol Pablo meditó en la bondad inmerecida que Jehová le había mostrado, y eso lo impulsó a servirle con toda el alma (1 Cor. 15:9, 10; 1 Tim. 1:12-14). De manera parecida, cuanto más reflexione en lo que Jehová ha hecho por usted, más motivado se sentirá para alcanzar su meta (Sal. 116:12). Fíjese en lo que ayudó a una hermana de Honduras a hacerse precursora regular. Ella dice: “Me puse a pensar en cuánto me ama Jehová. Me trajo a su pueblo, me cuida y me protege. Al meditar en esas cosas, llegué a amar más a Jehová, y mi deseo de ser precursora se hizo más fuerte”.
6. ¿Ima sujcuna imasti yanapáaj ʼríysh astaan motivasckas tianáyshpaj?
6 Céntrese en las ventajas de alcanzar su meta. Volvamos al ejemplo de Erika, mencionada en el párrafo 1. ¿Qué la ayudó a ser puntual? Ella dice: “Me di cuenta de que, al llegar tarde para la predicación, me estaba perdiendo muchas cosas. Pero, si llegaba con tiempo, podría saludar a los hermanos y hablar con ellos. Además, podría escuchar sugerencias prácticas que me ayudarían a mejorar y a disfrutar más del ministerio”. Como Erika se centró en las ventajas de ser puntual, consiguió su objetivo. ¿En qué ventajas puede centrarse usted? Si la meta que se ha puesto tiene que ver con la lectura de la Biblia o la oración, piense en cómo se fortalecerá su amistad con Jehová (Sal. 145:18, 19). Si lo que quiere es cultivar una cualidad cristiana, céntrese en cómo lo ayudará a llevarse mejor con otros (Col. 3:14). ¿Qué más puede hacer? Ponga por escrito todas las razones por las que desea alcanzar esa meta y repáselas de vez en cuando. Tomáš, mencionado también al principio, dice: “Si veo que tengo muchas razones para alcanzar una meta, es menos probable que me dé por vencido”.
7. ¿Imát ʼruarancu Julio huarminuan objetivun taripáypaj?
7 Júntese con personas que lo animen (Prov. 13:20). Julio y su esposa querían mudarse a un lugar de necesidad. Él cuenta lo que los ayudó a lograrlo: “Buscamos amigos que nos apoyaran y hablábamos con ellos de nuestros planes. Como muchos de ellos ya habían alcanzado metas parecidas, podían darnos buenos consejos. También nos preguntaban cómo iban los preparativos y, cuando lo necesitábamos, nos animaban a seguir adelante”.
ÁICAP MANA MOTIVASCKAS SENTICÚYSH
8. ¿Imát sucedeyta atinman si esforsacúysh aicapllát motivasckas senticúysh? (Dibuju ckáay).
8 Siendo sinceros, todos tenemos días en los que no nos sentimos muy motivados. ¿Significa eso que debemos renunciar a nuestra meta? No. Volvamos al ejemplo del viento y el velero. Aunque el viento puede empujar el velero hacia su destino, lo cierto es que no siempre sopla con la misma fuerza; y algunos días ni siquiera hay viento. ¿Quiere decir eso que el marinero no puede seguir avanzando? No necesariamente. Por ejemplo, algunos veleros cuentan con un motor, y otros tienen remos. Así que el marinero puede usarlos para seguir su viaje. De manera parecida, habrá días en los que estemos más motivados que en otros. Y a veces no tendremos ganas de esforzarnos. Por eso, si solo dependiera de nuestra motivación, quizás nunca llegaríamos a ningún lado. Pero, tal como el marinero encuentra la manera de seguir adelante cuando no hay viento, nosotros también podemos seguir esforzándonos por alcanzar nuestra meta incluso cuando nos falta motivación. Claro, esto requiere esfuerzo, pero vale la pena. Antes de analizar lo que nos ayudará en esa situación, contestemos una pregunta que algunos podrían hacerse.
9. ¿Alli tían esforsacunayshta suj meta taripáypaj si mana munáysh chá ʼruayta?
9 Jehová quiere que le sirvamos con alegría y de corazón (Sal. 100:2; 2 Cor. 9:7). Entonces, ¿por qué esforzarnos por alcanzar una meta espiritual si en el fondo no tenemos ganas de hacerlo? Pensemos en el ejemplo del apóstol Pablo. Él dijo: “Disciplino estrictamente mi cuerpo y lo hago mi esclavo” (1 Cor. 9:25-27, nota). Pablo se obligó a hacer lo que Jehová esperaba de él incluso cuando no se sentía muy motivado. ¿Estaba Jehová contento con el servicio de Pablo? Por supuesto que sí. Y lo recompensó por su duro trabajo (2 Tim. 4:7, 8).
10. ¿Mayckan cancu ventajas si esforsacúysh taripáypaj suj meta áicap mana motivasckas senticúysh?
10 Jehová también se pone contento cuando ve que nos esforzamos por alcanzar una meta incluso si no estamos motivados. ¿Por qué? Porque lo hacemos por amor a él aunque no siempre nos guste la actividad que nos propusimos hacer. Jehová bendijo a Pablo y también nos bendecirá a nosotros si nos esforzamos (Sal. 126:5). Y, al ver que Jehová bendice nuestros esfuerzos, tal vez empecemos a sentirnos más motivados. Una hermana de Polonia que se llama Lucyna cuenta: “A veces no quiero ir a predicar, sobre todo cuando estoy cansada. Pero la felicidad que siento al volver a casa no tiene precio; es un gran regalo”. Veamos ahora lo que podemos hacer cuando estamos desmotivados.
11. ¿Imaina Jehová yanapaáysh astaan controlacunáyshpaj quiquin nockaycuta?
11 Pídale a Jehová que lo ayude a tener autocontrol. La persona que tiene autocontrol sabe controlar sus sentimientos y sus acciones. Esta cualidad no solo nos frena de hacer cosas malas. La otra cara de la moneda es que nos impulsa a hacer lo que está bien, especialmente cuando nos resulta difícil o no estamos motivados. Recordemos que el autocontrol es parte del fruto del espíritu. Así que, si le pedimos a Jehová su espíritu santo, podremos cultivar esta cualidad tan importante (Luc. 11:13; Gál. 5:22, 23). David, mencionado en el párrafo 3, se propuso ser más constante en su estudio personal. Para él, la oración fue muy importante. Dice: “Le pedí a Jehová que me ayudara a tener autocontrol. Y él me ayudó. Comencé un buen programa de estudio personal, y sigo con él”.
12. ¿Imaina yanapaáysh Eclesiastés 11:4 taripanáyshpaj metasniycu espirituales?
12 No espere a tener las circunstancias perfectas. En este mundo es muy poco probable que las tengamos. Si esperamos de brazos cruzados a que lleguen, tal vez nunca alcancemos nuestra meta (lea Eclesiastés 11:4). Un hermano llamado Dayniel lo dice así: “Las circunstancias perfectas no existen. Pero, cuando das el primer paso, creas las mejores circunstancias posibles”. Paul, un hermano de Uganda, da otra razón para no dejar las metas para después: “Cuando te pones en marcha a pesar de que las circunstancias son difíciles, le das a Jehová algo que bendecir” (Mal. 3:10).
13. ¿Mayckan cancu ventajas taripaymanta suj meta utulamanta utulát?
13 Vaya de menos a más. Puede que a veces nos falte motivación porque nuestra meta nos parece demasiado grande. Si ese es su caso, ¿por qué no convierte la meta grande en varias pequeñas? Por ejemplo, si lo que quiere es desarrollar una cualidad, ¿qué tal si intenta mostrarla con cosas pequeñas? Si lo que busca es leer la Biblia entera, ¿por qué no programa periodos más cortos de lectura? A Tomáš, mencionado al principio de este artículo, se le hacía cuesta arriba leer la Biblia en un año, tal como se había propuesto. Él dice: “Me di cuenta de que leerla toda en un año era demasiado para mí. Así que decidí volver a empezar, pero esta vez a un ritmo que yo pudiera seguir. Leería unos cuantos párrafos al día y meditaría en lo que iba aprendiendo. Cada vez disfrutaba más de la lectura”. Como Tomáš se sentía más contento, empezó a dedicarle más tiempo a la lectura de la Biblia. Y acabó leyéndola entera. c
OBSTÁCULOS APIPTINCUNA AMA DESANIMACUYCHU
14. ¿Ima obstáculos atiyshman enfrentayta?
14 La triste realidad es que, aunque tengamos toda la motivación del mundo, pueden surgir obstáculos en nuestro camino. Por ejemplo, un “suceso imprevisto” podría quitarnos el tiempo que necesitamos para dedicárselo a nuestra meta (Ecl. 9:11). También podríamos tener un problema que nos desanime y nos robe las fuerzas (Prov. 24:10). Además, como somos imperfectos, cometemos errores que tal vez nos alejen de nuestra meta (Rom. 7:23). O quizás lo único que ocurre es que estamos cansados (Mat. 26:43). ¿Qué puede ayudarnos a seguir adelante o a superar un mal día?
15. ¿Imaraycu mana rendicúysh obstáculos apiptiycu? (Salmo 145:14).
15 Recuerde que un paso atrás no es una derrota. Según lo que dice la Biblia, es probable que pasemos por muchos problemas. Pero también nos dice que, con la ayuda de Jehová, podemos seguir adelante y cumplir nuestra meta (lea Salmo 145:14). Philip, mencionado en el primer párrafo, lo ve así: “Para mí, lo importante no es cuántas veces te caes, sino cuántas veces te levantas y sigues”. Volvamos al ejemplo de David. Él dice: “Cuando las cosas se complican o tengo un mal día, no veo esas situaciones como obstáculos. Para mí, son oportunidades de decirle a Jehová cuánto lo amo”. Así es, cuando seguimos adelante a pesar de los problemas, le demostramos a Jehová que queremos complacerlo. ¿Se imagina la gran sonrisa de Jehová al verlo luchar por alcanzar su meta?
16. ¿Imát atincu yachachiayshta obstáculos?
16 Vea los obstáculos como oportunidades para aprender. Analice la situación y pregúntese: “¿Qué podría cambiar para que ningún obstáculo me vuelva a detener?” (Prov. 27:12). Por otro lado, si no hemos podido alcanzar nuestra meta a pesar de los intentos, ¿no será que lo que hay que cambiar es la meta? Para saber si ese es su caso, piense si lo que se propuso es realmente razonable para usted. d Jehová no va a pensar que usted ha fracasado por no alcanzar una meta que estaba fuera de su alcance (2 Cor. 8:12).
17. ¿Imaraycu mana ckonckanáysh tían na lograsckaycuta?
17 Tenga presente lo que ya ha logrado. La Biblia dice que “Dios no es injusto y no se olvida de las obras de ustedes” (Heb. 6:10). Así que no las olvide usted tampoco. Piense en las metas que ya ha alcanzado, como hacerse amigo de Jehová, predicar o bautizarse. Los objetivos espirituales que cumplió en el pasado demuestran que puede seguir progresando y lograr lo que se ha propuesto ahora (Filip. 3:16).
18. ¿Imát ʼruanayqui tían taripasckayquipi metayquiman? (Dibuju ckáay).
18 Con la ayuda de Jehová, usted puede alcanzar su meta, tal como el marinero que llega a su destino y se siente feliz. Además, muchos marineros disfrutan del trayecto. Usted también puede disfrutar mientras avanza hacia su meta si se fija en cómo Jehová lo ayuda y lo bendice a lo largo del camino (2 Cor. 4:7). Si no se rinde, le esperan bendiciones aún más grandes (Gál. 6:9).
CANCIÚN 126 Siempre fuertes, fieles y firmes
a Muchas veces, la organización de Jehová nos anima a ponernos metas espirituales. Pero ¿qué podemos hacer si ya nos hemos fijado una meta y nos está costando alcanzarla? Este artículo nos dará algunas sugerencias que nos ayudarán a lograr lo que nos hemos propuesto.
b IDEA IMPORTANTE: Las metas espirituales son objetivos que nos esforzamos por alcanzar para servir más a Jehová y hacerlo feliz. Por ejemplo, podemos proponernos cultivar una cualidad cristiana o mejorar en alguna faceta de nuestra adoración, como la lectura de la Biblia, el estudio personal o la predicación.
d Encontrará más información en el artículo “Las expectativas realistas contribuyen a nuestra felicidad”, de La Atalaya del 15 de julio de 2008.