DE NUESTROS ARCHIVOS

Dieron lo mejor que tenían

Dieron lo mejor que tenían

 Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, en 1945, gran parte de Alemania estaba en ruinas. Las ciudades habían quedado destruidas, las escuelas estaban vacías y los hospitales estaban en tan mal estado que no se podían usar. Además, había bombas sin explotar por todas partes. Y, como escaseaba la comida, los precios eran muy altos. Por ejemplo, en el mercado negro, medio kilo (o una libra) de mantequilla costaba el equivalente al salario de seis semanas.

 Entre quienes sufrían aquellas condiciones tan duras, había cientos de testigos de Jehová que habían pasado años en prisiones y en campos de concentración debido a su fe. Cuando fueron liberados en 1945, solo tenían la ropa que llevaban puesta. Otros Testigos habían perdido sus pertenencias y sus propiedades y algunos pasaban tanta hambre que se desmayaban durante las reuniones de la congregación.

Testigos de otros países ayudan inmediatamente

 Los testigos de Jehová de otras partes del mundo actuaron rápidamente en vista de la gran necesidad de ropa y alimento. En Estados Unidos, los hermanos de la central mundial le pidieron a la sucursal de Suiza, en Berna, que ayudara a los hermanos de Alemania. Nathan Knorr, representante de la central mundial, viajó a Europa para coordinar y agilizar las labores de socorro.

Nathan Knorr dirigiéndose a los hermanos de Wiesbaden (Alemania) en 1947. Detrás de él se ve el texto del año en alemán: “Alaben a Jehová, todas las naciones”.

 Los Testigos de Suiza fueron muy generosos y donaron comida, ropa y dinero. Los artículos donados se mandaron primero a Berna, donde se organizaban y empacaban antes de enviarse a Alemania. Los Testigos de otros países, como Suecia, Canadá y Estados Unidos, también colaboraron con las labores de socorro, que beneficiaron no solo al pueblo de Jehová de Alemania, sino de muchos otros países de Europa y Asia que sufrieron los estragos de la guerra.

Resultados sorprendentes

 En pocos meses, la sucursal de Suiza donó café, leche, azúcar, cereales, fruta deshidratada, vegetales y carne y pescado en lata, además de donar dinero en efectivo.

 Los testigos de Jehová de Suiza también enviaron cinco toneladas de ropa, lo que incluía abrigos, vestidos de mujer y trajes de hombre. La Atalaya del 15 de mayo de 1946 dijo lo siguiente: “Los hermanos no habían dado lo peor, sino todo era de lo mejor. Habían hecho un verdadero sacrificio para ayudar a sus hermanos alemanes”.

 Los Testigos suizos también donaron unos 1.000 pares de zapatos, que se revisaron para ver si estaban en buen estado antes de mandarlos. Al recibir los artículos donados en Wiesbaden (Alemania), los hermanos se sorprendieron al ver la calidad y la variedad de lo que habían recibido. Un hermano escribió: “Estoy seguro de que ninguna tienda en Alemania tiene tanta ropa y zapatos y de tan buena calidad”.

 Se siguió mandando ayuda hasta agosto de 1948. En total, los Testigos suizos mandaron a sus hermanos alemanes 444 cajas de artículos de primera necesidad, que pesaban 25 toneladas. Como se mencionó antes, ellos no fueron los únicos que participaron en las labores de socorro, aunque sí fueron uno de los grupos más pequeños que ayudaron, pues en Suiza había solo 1.600 testigos de Jehová en aquel momento.

El verdadero amor cristiano

 Jesucristo dijo: “De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros” (Juan 13:34, 35). Fue el amor lo que motivó al pueblo de Jehová a no dar solo lo que les sobraba, sino lo mejor que tenían (2 Corintios 8:1-4). Una carta que llegó desde Zúrich (Suiza) mencionó que “un gran número de hermanos que apenas tenían las cosas básicas —pero que aún así querían ayudar— donaron sus tarjetas de racionamiento y dinero”.

 Los siervos de Jehová de Alemania se recuperaron rápidamente de los estragos de la guerra y de la persecución. Y, en parte, fue gracias a la ayuda generosa y bien organizada que recibieron de sus hermanos, quienes demostraron espíritu de sacrificio y lo que es el verdadero amor cristiano.

Testigos de Jehová en la sucursal de Berna (Suiza) clasificando la ropa donada para sus hermanos de Alemania.

Cargando cajas de artículos donados en un camión en la sucursal de Berna.

Un camión lleno de cajas en las que se lee: “Programa de socorro. Testigos de Jehová”.

Cargando cajas de artículos donados en un vagón de tren para enviarlas a Alemania.