Jeremías 38:1-28

  • Arrojan a Jeremías en una cisterna (1-6)

  • Ébed-Mélec salva a Jeremías (7-13)

  • Jeremías le suplica a Sedequías que se rinda (14-28)

38  Sefatías hijo de Matán, Guedalías hijo de Pasjur, Jucal+ hijo de Selemías y Pasjur+ hijo de Malkiya oyeron estas palabras que Jeremías le estaba diciendo a todo el pueblo:  “Esto es lo que dice Jehová: ‘El que se quede en esta ciudad morirá por la espada, el hambre y la peste.*+ Pero el que se rinda* ante los caldeos seguirá viviendo; su propia vida será su botín de guerra* y él vivirá’.+  Esto es lo que dice Jehová: ‘Esta ciudad sin falta será entregada en manos del ejército del rey de Babilonia, y él la conquistará’”.+  Los príncipes le dijeron al rey: “Por favor, haz que maten a este hombre,+ porque con las cosas que dice está desmoralizando a* los soldados que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo. Porque este hombre no quiere la paz para este pueblo, sino la calamidad”.  El rey Sedequías dijo: “Miren, ahí lo tienen, está en sus manos, porque el rey no puede hacer nada para detenerlos a ustedes”.  Así que agarraron a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna de Malkiya, el hijo del rey, en el Patio de la Guardia;+ lo bajaron con sogas. En la cisterna no había agua, solo fango, y Jeremías empezó a hundirse en el fango.  Ébed-Mélec+ el etíope, un eunuco* de la casa* del rey, se enteró de que habían metido a Jeremías en la cisterna. El rey estaba sentado en la Puerta de Benjamín,+  así que Ébed-Mélec salió de la casa del rey y le dijo:  “¡Oh, mi señor el rey, lo que esos hombres le han hecho al profeta Jeremías es muy cruel! Lo han arrojado a la cisterna, y allí se va a morir de hambre, porque ya no queda pan en la ciudad”.+ 10  Entonces el rey le ordenó a Ébed-Mélec el etíope: “Llévate de aquí a 30 hombres y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes de que se muera”. 11  Así que Ébed-Mélec se llevó a los hombres y fue a la casa del rey, a un lugar debajo de la cámara del tesoro,+ y se llevaron de allí algunos trapos viejos y pedazos de tela gastada, y se los bajaron con sogas a Jeremías en la cisterna. 12  Entonces Ébed-Mélec el etíope le dijo a Jeremías: “Por favor, ponte los trapos y los pedazos de tela entre las axilas y las sogas”. Jeremías lo hizo, 13  y ellos lo fueron subiendo con las sogas y lo sacaron de la cisterna. Y Jeremías se quedó en el Patio de la Guardia.+ 14  El rey Sedequías mandó traer al profeta Jeremías a la tercera entrada, que está en la casa de Jehová, y el rey le dijo a Jeremías: “Tengo que preguntarte algo. No me ocultes nada”. 15  Jeremías entonces le dijo a Sedequías: “Si te lo digo, seguro que me vas a matar. Y, si te doy un consejo, no me vas a escuchar”. 16  Así que Sedequías le juró a Jeremías a escondidas: “Tan cierto como que vive Jehová, quien nos ha dado esta vida,* yo no te voy a matar ni te voy a entregar a estos hombres que quieren quitarte la vida”.* 17  Jeremías entonces le dijo a Sedequías: “Esto es lo que dice Jehová, el Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Si te rindes* ante los príncipes del rey de Babilonia, tú seguirás con vida, esta ciudad no será quemada con fuego, y tú y los de tu casa no morirán.+ 18  Pero, si no te rindes ante los príncipes del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada en manos de los caldeos, ellos la quemarán con fuego+ y tú no escaparás de sus manos’”.+ 19  Entonces el rey Sedequías le dijo a Jeremías: “Les tengo miedo a los judíos que se han pasado al bando de los caldeos. Porque, si me entregan en sus manos, ellos tal vez me traten con crueldad”. 20  Pero Jeremías dijo: “No serás entregado en sus manos. Por favor, obedece la voz de Jehová y haz lo que te estoy diciendo; así te irá bien y seguirás viviendo. 21  Pero, si te niegas a rendirte, Jehová me ha revelado que pasará esto: 22  ¡mira!, sacarán a todas las mujeres que quedan en la casa del rey de Judá y se las llevarán a los príncipes del rey de Babilonia,+ y ellas irán diciendo: ‘Los hombres en los que confiabas* te han engañado y te han vencido.+ Han hecho que tus pies se hundan en el fango. Ahora se han dado la vuelta en retirada’. 23  Y a todas tus esposas y tus hijos los entregarán a los caldeos. Y tú no podrás escapar de sus manos, sino que el rey de Babilonia+ te capturará, y por tu culpa quemarán con fuego esta ciudad”.+ 24  Luego Sedequías le dijo a Jeremías: “No le digas nada de esto a nadie, para que no mueras. 25  Y, si los príncipes se enteran de que hablé contigo y vienen a decirte ‘Por favor, cuéntanos lo que le dijiste al rey. No nos ocultes nada y no te mataremos.+ ¿Y qué te dijo el rey a ti?’, 26  entonces tienes que responderles ‘Estaba pidiéndole al rey que no me enviara de vuelta a la casa de Jehonatán a morir allí’”.+ 27  Tiempo después, todos los príncipes vinieron a ver a Jeremías y lo interrogaron. Él les dijo todo lo que el rey le había mandado decir. Así que ellos no le preguntaron nada más, porque ninguno había escuchado la conversación. 28  Jeremías permaneció en el Patio de la Guardia+ hasta el día en que conquistaron Jerusalén; él todavía estaba allí cuando Jerusalén fue conquistada.+

Notas

O “enfermedad”.
Lit. “salga”.
O “escapará con su vida (alma)”.
Lit. “debilita las manos de”.
O “funcionario de la corte”.
O “del palacio”.
O “nos ha hecho esta alma”.
O “buscan tu alma”.
Lit. “sales”.
Lit. “Los hombres de tu paz”.