CAPÍTULO 14
Envejeciendo juntos
1. ¿Qué cambios nos ocurren cuando envejecemos?
CUANDO nos hacemos mayores, experimentamos muchos cambios. La debilidad física erosiona nuestro vigor. Una mirada al espejo pone de manifiesto nuevas arrugas y la decoloración gradual del cabello, si no la pérdida de este. La memoria puede empezar a fallarnos. Se inician nuevas relaciones cuando los hijos se casan, y de nuevo cuando llegan los nietos. Para algunos, la jubilación significa un cambio en la rutina cotidiana.
2. ¿Cómo hallaron satisfacción en la vejez los hombres piadosos de tiempos bíblicos?
2 Lo cierto es que hacerse mayor puede suponer una prueba difícil. (Eclesiastés 12:1-8.) En cualquier caso, tomemos como ejemplo a los siervos de Dios de la antigüedad. Aunque finalmente murieron, estos hombres y mujeres se hicieron sabios y entendidos, lo que les reportó una gran satisfacción en su edad avanzada. (Génesis 25:8; 35:29; Job 12:12; 42:17.) ¿Cómo lograron conservar la felicidad al hacerse mayores? Sin duda, viviendo en armonía con los principios que hoy hallamos en la Biblia. (Salmo 119:105; 2 Timoteo 3:16, 17.)
3. ¿Qué aconsejó Pablo a los hombres y mujeres mayores?
3 El apóstol Pablo incluyó en su carta a Tito consejo sano para los que estaban envejeciendo: “Que los hombres de edad sean moderados en los hábitos, serios, de juicio sano, saludables en fe, en amor, en aguante. Igualmente, que las mujeres de edad sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, ni esclavizadas a mucho vino, maestras de lo que es bueno”. (Tito 2:2, 3.) Prestar atención a estas palabras puede ayudarnos a afrontar los retos que presenta la edad avanzada.
ADAPTÉMONOS A LA VIDA INDEPENDIENTE DE NUESTROS HIJOS
4, 5. ¿Cómo reaccionan muchos padres cuando los hijos se van de casa, y cómo se adaptan algunos a la nueva situación?
4 El cambio de papeles requiere capacidad de adaptación. Esto es especialmente cierto cuando los hijos adultos dejan el hogar y se casan. Para muchos padres, este es el primer aviso de que están haciéndose mayores. Aunque les alegra que sus hijos alcancen la edad adulta, los padres a menudo se preguntan si han hecho todo lo posible a fin de prepararlos para la vida independiente. Y es posible que los echen de menos en casa.
5 Es comprensible que los padres sigan preocupándose por el bienestar de sus hijos aunque estos ya no vivan con ellos. “Me sentiría feliz solo con oír de ellos a menudo para saber que están bien”, dijo una madre. Y un padre cuenta: “Cuando nuestra hija se marchó de casa, lo pasamos muy mal. Dejó un gran vacío en nuestro hogar, pues siempre habíamos hecho todas las cosas juntos”. ¿Cómo han superado estos padres la ausencia de sus hijos? En muchos casos, ocupándose de ayudar a otras personas.
6. ¿Qué ayuda a mantener la relación familiar en su debida perspectiva?
6 Cuando los hijos se casan, el papel de los padres cambia. Génesis 2:24 dice: “El hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne”. El reconocimiento de los principios divinos de la jefatura y el orden ayuda a los padres a mantener la relación familiar en su debida perspectiva. (1 Corintios 11:3; 14:33, 40.)
7. ¿Qué excelente actitud tuvo un padre cuando sus hijas se marcharon de casa para casarse?
7 Cuando las dos hijas de un matrimonio se casaron y se fueron de casa, los padres sintieron un vacío en su vida. Al principio, el esposo no se sentía cómodo con sus yernos. Pero cuando reflexionó sobre el principio de la jefatura, aceptó que los esposos de sus hijas habían llegado a ser los responsables de sus respectivos hogares. Por lo tanto, cuando sus hijas le pedían consejo, les preguntaba cuál era el parecer de sus maridos, y entonces intentaba apoyar en lo posible el criterio de estos. Sus yernos lo ven ahora como un amigo y reciben con gusto sus consejos.
8, 9. ¿Cómo se han adaptado algunos padres a la vida independiente de sus hijos mayores?
8 ¿Y si los recién casados, sin incurrir en ningún comportamiento antibíblico, no hacen lo que en opinión de los padres es mejor? “Siempre los ayudamos a ver el criterio de Jehová —explica una pareja que tiene hijos casados—, pero si no concordamos con su decisión, la aceptamos y les damos nuestro apoyo y ánimo.”
9 En ciertos países asiáticos, a algunas madres les resulta particularmente difícil aceptar la independencia de sus hijos varones. Sin embargo, si respetan el orden y la jefatura cristianos, la fricción con las nueras se minimiza. Una cristiana dice que la marcha de sus hijos de casa “le ha dado muchos motivos de satisfacción”. Por una parte, le encanta ver cómo administran su nuevo hogar, y por otra, ha aligerado la carga física y emocional que ella y su esposo tienen que sobrellevar a medida que se hacen mayores.
CÓMO FORTALECER EL VÍNCULO MATRIMONIAL
10, 11. ¿Qué consejo bíblico ayuda a la gente a evitar algunas de las trampas de la mediana edad?
10 Al llegar a la mediana edad, la gente reacciona de distintos modos. Algunos hombres se visten de manera diferente para aparentar ser más jóvenes. A muchas mujeres les preocupan los cambios concomitantes de la menopausia. Lamentablemente, algunas personas de mediana edad provocan el resentimiento de su pareja coqueteando con personas más jóvenes del sexo contrario. Los hombres mayores piadosos, en cambio, son “de juicio sano” y refrenan los deseos impropios. (1 Pedro 4:7.) Las mujeres maduras, del mismo modo, se esfuerzan por mantener la estabilidad de su matrimonio debido al amor que le tienen a su esposo y su deseo de agradar a Jehová.
11 El rey Lemuel compuso bajo inspiración una loa a la “esposa capaz” que recompensa a su esposo “con bien, y no mal, todos los días de su vida”. El esposo cristiano no debe pasar por alto el esfuerzo de su esposa por superar los problemas emocionales propios de la mediana edad. El amor que le tiene lo impulsará a ‘alabarla’. (Proverbios 31:10, 12, 28.)
12. ¿Cómo puede la pareja estar más unida a medida que pasan los años?
12 Durante los ocupados años de la crianza de los hijos, es posible que los padres releguen con mucho gusto sus deseos personales a fin de atender las necesidades de aquellos. Sin embargo, una vez que los hijos se van de casa, es el momento de volver a concentrarse en la vida de casados. “Cuando nuestras hijas se marcharon de casa —dice un esposo—, empecé a cortejar a mi esposa de nuevo.” Otro esposo dice: “Nos preocupamos cada uno por la salud del otro, y nos recordamos mutuamente la necesidad de hacer ejercicio”. Para no sentirse sola, esta pareja invita a casa a otros miembros de la congregación. Sí, interesarse por otras personas reporta muchos beneficios. Es más, agrada a Jehová. (Filipenses 2:4; Hebreos 13:2, 16.)
13. ¿Por qué son importantes la franqueza y la honradez a medida que la pareja se hace mayor?
13 No permitamos que se abra ninguna brecha de comunicación entre nosotros y nuestro cónyuge. Hay que hablar francamente. (Proverbios 17:27.) “Al preocuparnos el uno por el otro y tenernos consideración, nos entendemos cada vez mejor”, comenta un esposo. Su esposa concuerda: “Al hacernos mayores, hemos aprendido a valorar cosas como tomar el té juntos, conversar y ayudarnos mutuamente”. La franqueza y la honradez contribuyen a consolidar el vínculo matrimonial, dándole una resistencia que neutralice los ataques de Satanás, el saboteador del matrimonio.
DISFRUTEMOS DE LOS NIETOS
14. ¿Cómo debió contribuir la abuela de Timoteo a su formación cristiana?
14 Los nietos son “la corona” de las personas mayores. (Proverbios 17:6.) La compañía de los nietos puede ser un verdadero deleite y tener un efecto alentador y reconfortante. La Biblia habla bien de Loida, una abuela que, con su hija Eunice, transmitió sus creencias a su nieto Timoteo. Este joven creció sabiendo que tanto su madre como su abuela valoraban la verdad bíblica. (2 Timoteo 1:5; 3:14, 15.)
15. ¿Qué valiosa aportación pueden hacer los abuelos con relación a los nietos, pero qué deben evitar?
15 Esta es una faceta especial en la que los abuelos pueden hacer una aportación muy valiosa. Ellos ya han transmitido el conocimiento de los propósitos de Jehová a sus hijos. Ahora pueden hacer lo propio con otra generación. A muchos niños les encanta que sus abuelos les cuenten historias bíblicas. Por supuesto, estos no deben asumir la responsabilidad paterna de inculcar las verdades bíblicas en sus hijos, pero pueden complementarla. (Deuteronomio 6:7.) Los abuelos pueden hacer suya la oración del salmista: “Aun hasta la vejez y canicie, oh Dios, no me dejes, hasta que informe acerca de tu brazo a la generación; a todos los que han de venir, acerca de tu poderío”. (Salmo 71:18; 78:5, 6.)
16. ¿Cómo pueden los abuelos evitar ser fuente de tensiones en el seno familiar?
16 Triste es decirlo, pero algunos abuelos miman tanto a sus nietos que se crean tensiones entre los abuelos y sus hijos adultos. Sin embargo, la bondad sincera de los abuelos quizá motive a los nietos a confiarles asuntos que no se atreven a revelar a sus padres. A veces los jóvenes creen que los abuelos serán más comprensivos y se pondrán de su lado contra sus padres. ¿Qué hacer en ese caso? Hay que actuar con sabiduría y animar a los nietos a ser francos con sus padres. Se les puede explicar que ese proceder agrada a Jehová. (Efesios 6:1-3.) Si es necesario, los abuelos pueden ofrecerse para allanar el camino hablando primero con los padres. Deben sincerarse con sus nietos y comunicarles lo que han aprendido a lo largo de los años. Su honradez y franqueza puede beneficiarlos.
AJUSTÉMONOS AL PASO DE LOS AÑOS
17. ¿Qué determinación del salmista deben imitar los cristianos mayores?
17 A medida que pasan los años, sentimos que no podemos hacer todo lo que solíamos o quisiéramos hacer. ¿Cómo podemos ajustarnos al paso de los años? Quizá nos sintamos como si tuviéramos 30 años, pero una mirada al espejo refleja una realidad diferente. Este hecho no debe ser motivo de desánimo. El salmista suplicó a Jehová: “No me deseches en el tiempo de la vejez; justamente cuando mi poder está fallando, no me dejes”. Debemos estar resueltos a imitar la determinación del salmista. Él dijo: “Esperaré constantemente, y ciertamente añadiré a toda tu alabanza”. (Salmo 71:9, 14.)
18. ¿Cómo puede aprovechar la jubilación el cristiano maduro?
18 Muchos se han preparado de antemano para aumentar su alabanza a Jehová después de la jubilación. “Planeé con anterioridad lo que iba a hacer cuando nuestra hija terminara su educación —explica un padre que ahora está jubilado—. Decidí que empezaría el ministerio de la predicación de tiempo completo, y vendí mi negocio para estar libre y servir más de lleno a Jehová. Pedí a Dios que me guiara.” Si estamos aproximándonos a la edad de la jubilación, puede consolarnos la declaración de nuestro Magnífico Creador: “Aun hasta la vejez de uno yo soy el Mismo; y hasta la canicie de uno yo mismo seguiré soportando”. (Isaías 46:4.)
19. ¿Qué consejo se da a los que se están haciendo mayores?
19 Adaptarse a la jubilación después de retirarse de la vida laboral no siempre es fácil. El apóstol Pablo aconsejó a los hombres de edad que fueran “moderados en los hábitos”. Esta admonición requiere un comedimiento general y no ceder a la inclinación de buscar la vida fácil. Es posible que la autodisciplina y la rutina sean más necesarias después de la jubilación que antes. De modo que mantengámonos ocupados, ‘siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que nuestra labor no es en vano en lo relacionado con el Señor’. (1 Corintios 15:58.) Ensanchemos nuestras actividades para ayudar a los demás. (2 Corintios 6:13.) Muchos cristianos lo hacen predicando celosamente las buenas nuevas a un paso acorde con su edad. Al hacernos mayores, debemos mantenernos “saludables en fe, en amor, en aguante”. (Tito 2:2.)
SI PERDEMOS A NUESTRO CÓNYUGE
20, 21. a) En el sistema de cosas actual, ¿qué termina separando al matrimonio? b) ¿Qué buen ejemplo dio Ana a los cónyuges dolientes?
20 Es un hecho triste, pero inevitable en el presente sistema de cosas, que la muerte acaba separando a los matrimonios. El cónyuge doliente cristiano sabe que su ser querido está durmiendo y tiene la confianza de que volverá a verlo. (Juan 11:11, 25.) Pero la pérdida es siempre dolorosa. ¿Cómo puede afrontarla el superviviente? a
21 Tener presente lo que hizo un personaje bíblico puede ayudarnos. Ana enviudó al cabo de solo siete años de matrimonio, y cuando leemos de ella, tenía ya 84 años. Podemos estar seguros de que sintió mucho la pérdida de su esposo. ¿Cómo la sobrellevó? Rindió servicio sagrado a Jehová Dios en su templo noche y día. (Lucas 2:36-38.) Su vida de servicio y oración fue sin duda un buen antídoto contra el dolor y la soledad que sintió en su viudez.
22. ¿Cómo han sobrellevado la soledad algunos viudos y viudas?
22 “Mi mayor desafío ha sido no tener un compañero con quien hablar —explica una mujer de 72 años que enviudó hace diez—. Mi esposo era un buen oyente. Hablábamos de la congregación y de nuestra participación en el ministerio cristiano.” Otra viuda comenta: “Aunque se dice que el tiempo sana, he visto que es más exacto decir que lo que nos ayuda a sanar es lo que hacemos con el tiempo. Estamos en mejor condición de ayudar a los demás”. Un viudo de 67 años concuerda: “Una magnífica manera de sobrellevar el dolor es dar de uno mismo para confortar a los demás”.
DIOS VALORA A LAS PERSONAS MAYORES
23, 24. ¿Qué gran consuelo da la Biblia a los que han envejecido, particularmente a aquellos que han enviudado?
23 Aunque la muerte nos separe de nuestro querido cónyuge, Jehová siempre es fiel, sin lugar a dudas. “Una cosa he pedido a Jehová —cantó el rey David de la antigüedad—. Es lo que buscaré, que pueda morar en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la agradabilidad de Jehová y para mirar con aprecio a su templo.” (Salmo 27:4.)
24 “Honra a las viudas que realmente son viudas”, exhorta el apóstol Pablo. (1 Timoteo 5:3.) El consejo que sigue a esta instrucción indica que las viudas que lo merecieran y no tuvieran parientes cercanos podían recibir apoyo material de la congregación. No obstante, la instrucción de ‘honrarlas’ conlleva la idea de valorarlas. A los viudos y las viudas piadosos puede consolarles mucho saber que Jehová los valora y promete sostenerlos. (Santiago 1:27.)
25. ¿Qué meta tienen aún las personas mayores?
25 “El esplendor de los viejos es su canicie”, declara la Palabra inspirada de Dios, y también dice que “la canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia”. (Proverbios 16:31; 20:29.) Continuemos, entonces, sea que estemos casados o vivamos solos de nuevo, manteniendo el servicio a Jehová en primer lugar en nuestra vida. Así nos haremos un buen nombre ante Dios ahora con la perspectiva de disfrutar de vida eterna en un mundo en el que habrán desaparecido los dolores de la vejez. (Salmo 37:3-5; Isaías 65:20.)
a El folleto Cuando muere un ser querido, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc., contiene un análisis detallado de este tema.
El secreto de la felicidad familiar