ARTÍCULO DE ESTUDIO 14
Sigamos sus pasos fielmente
“Cristo sufrió por ustedes y así les puso el ejemplo para que siguieran fielmente sus pasos” (1 PED. 2:21).
CANCIÓN 5 Cristo, nuestro modelo
AVANCE *
1, 2. ¿Qué ejemplo nos ayuda a entender las palabras de 1 Pedro 2:21?
IMAGINEMOS que vamos de excursión con un grupo por una zona peligrosa cubierta de nieve. Nos acompaña un guía experto que va marcando el camino con sus huellas sobre la nieve. De repente, dejamos de verlo, pero no nos asustamos. Todo el grupo sigue las pisadas del guía lo mejor posible.
2 En cierto modo, los verdaderos cristianos vamos caminando por una zona peligrosa: este mundo malvado. Menos mal que Jehová nos ha dado un guía perfecto —su Hijo, Jesucristo— para que sigamos “fielmente sus pasos” (1 Ped. 2:21). Según una obra de consulta bíblica, Pedro estaba comparando a Jesús a un guía. Así como un excursionista puede seguir el camino que le marca su guía, nosotros podemos seguir los pasos que nos marcó Jesús. Ahora bien, ¿qué son esos pasos? ¿Por qué debemos seguirlos? Y ¿cómo podemos hacerlo?
¿QUÉ SIGNIFICA SEGUIR LOS PASOS DE JESÚS?
3. ¿Qué significa seguir los pasos de alguien?
3 ¿Qué significa seguir los pasos de alguien? En la Biblia, las palabras andar y pies a veces se refieren a lo que alguien hace a lo largo de su vida (Gén. 6:9; Prov. 4:26). El ejemplo de una persona se puede comparar a los pasos que da o las huellas que deja al andar. Así que seguir los pasos de alguien significa seguir su ejemplo o imitarlo.
4. ¿Qué significa seguir los pasos de Jesús?
4 Entonces, ¿qué significa seguir los pasos de Jesús? En pocas palabras, imitar su ejemplo. En el texto temático, el apóstol Pedro mencionó en concreto el buen ejemplo que Jesús nos puso al aguantar el sufrimiento. Pero hay muchas otras cosas de Jesús que podemos imitar (1 Ped. 2:18-25). En realidad, todo lo que él hizo y dijo a lo largo de su vida es un ejemplo para nosotros.
5. Explique por qué todos podemos seguir el ejemplo perfecto de Jesús aunque somos imperfectos.
5 Pero ¿podemos los seres humanos imperfectos seguir el ejemplo de Jesús? Claro que sí. Pensemos que Pedro no dijo que siguiéramos los pasos de Jesús “perfectamente”, sino “fielmente”. Si seguimos sus pasos con cuidado, haciendo todo lo que podamos dentro de nuestras posibilidades, estaremos aplicando el consejo del apóstol Juan de “seguir andando” tal como lo hizo Jesús (1 Juan 2:6).
¿POR QUÉ DEBEMOS SEGUIR LOS PASOS DE JESÚS?
6, 7. ¿Por qué si seguimos los pasos de Jesús nos acercaremos a Jehová?
6 Si seguimos los pasos de Jesús, nos acercaremos a Jehová. ¿Por qué? En primer lugar, porque Jesús nos dejó un ejemplo extraordinario de lo que significa vivir de una manera que le agrade a Dios (Juan 8:29). Así que, si seguimos los pasos de Jesús, Jehová estará contento. Además, tenemos la seguridad de que nuestro Padre celestial se acercará a los que se esfuerzan por ser sus amigos (Sant. 4:8).
7 En segundo lugar, Jesús imitó a su Padre de manera perfecta. Por eso pudo decir: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9). Imitamos a Jehová cuando imitamos las cualidades y la manera de tratar a otros de Jesús; por ejemplo, la ternura con la que trató a un leproso, la empatía que le mostró a una mujer que tenía una angustiosa enfermedad y la compasión con la que trató a quienes habían perdido a un ser querido (Mar. 1:40, 41; 5:25-34; Juan 11:33-35). Cuanto más nos esforzamos por ser como Jehová, más cerca estamos de él.
8. Explique por qué seguir los pasos de Jesús nos ayudará a “vencer al mundo”.
8 Si seguimos los pasos de Jesús, no nos distraeremos con este mundo malvado. Su última noche en la Tierra, Jesús pudo decir: “He vencido al mundo” (Juan 16:33). Lo que quiso decir es que se negó a permitir que este mundo influyera en sus metas y en su manera de pensar y actuar. Se esforzó por nunca perder de vista el motivo por el que había venido a la Tierra: santificar el nombre de Jehová. ¿Qué haremos nosotros? Hay muchas cosas que podrían distraernos. Pero, si nos concentramos en hacer la voluntad de Jehová, como hizo Jesús, nosotros también lograremos “vencer al mundo” (1 Juan 5:5).
9. ¿Qué debemos hacer para no salirnos del camino que lleva a la vida eterna?
9 Si seguimos los pasos de Jesús, tendremos vida eterna. Cuando un joven rico le preguntó a Jesús qué tenía que hacer para conseguir la vida eterna, él le contestó: “Ven y sé mi seguidor” (Mat. 19:16-21). A algunos judíos que no creían que él era el Cristo, Jesús les dijo: “Mis ovejas [...] me siguen. Yo les doy vida eterna” (Juan 10:24-29). Y a Nicodemo, un miembro del Sanedrín que quería saber lo que Jesús enseñaba, le dijo que los que demostraran tener fe en él conseguirían vida eterna (Juan 3:16). Demostramos fe en Jesús cuando aplicamos lo que él enseñó con sus palabras y con su ejemplo. Si lo hacemos, no nos saldremos del camino que lleva a la vida eterna (Mat. 7:14).
¿CÓMO PODEMOS SEGUIR LOS PASOS DE JESÚS FIELMENTE?
10. ¿Qué debemos hacer para llegar a conocer mejor a Jesús? (Juan 17:3).
10 Para poder seguir los pasos de Jesús fielmente, primero debemos llegar a conocerlo (lea Juan 17:3). Llegar a conocer a Jesús es un proceso continuo. Tenemos que conocerlo cada vez mejor, es decir, aprender sobre sus cualidades, su manera de pensar y sus normas. Sea que llevemos mucho o poco tiempo en la verdad, todos debemos seguir esforzándonos por llegar a conocer a Jehová y a su Hijo.
11. ¿Qué contienen los cuatro Evangelios?
11 Jehová nos quiere tanto que, para ayudarnos a conocer a su Hijo, hizo que en su Palabra se incluyeran los cuatro Evangelios. Estos son relatos históricos de la vida y el ministerio de Jesús. Nos cuentan lo que él dijo, hizo y sintió. Estos cuatro libros nos ayudan a pensar detenidamente en su ejemplo (Heb. 12:3). Por así decirlo, en ellos vemos los pasos de Jesús. Si analizamos los Evangelios, podemos llegar a conocerlo cada vez mejor y así seguir sus pasos fielmente.
12. ¿Cómo podemos beneficiarnos al máximo de los Evangelios?
12 No basta con leer los Evangelios para sacarles el máximo provecho. Tenemos que sacar tiempo para estudiarlos con detenimiento y meditar en lo que leemos (compare con Josué 1:8). Veamos dos sugerencias que pueden ayudarnos a meditar en lo que leemos en los Evangelios y a aplicarlo.
13. ¿Cómo podemos darles vida a los relatos de los Evangelios?
13 Primero, darles vida a los relatos de los Evangelios. Usemos nuestra imaginación para ver, oír y sentir lo que estaba pasando en aquel momento. Nos puede ser útil buscar información en las publicaciones que nos da la organización de Jehová. Analicemos el contexto del pasaje que estamos estudiando. Busquemos información sobre la gente, los lugares y lo que pasó antes y después de lo que estamos leyendo. Si se trata de un relato que aparece en otros Evangelios, comparémoslos y tal vez encontraremos detalles interesantes que incluye un escritor pero otro no.
14, 15. ¿Qué tenemos que hacer para aplicar los relatos de los Evangelios?
14 Segundo, aplicar los relatos de los Evangelios (Juan 13:17). Después de haber estudiado con detenimiento un relato de los Evangelios, preguntémonos: “¿Qué me enseña este relato? ¿Cómo puedo usarlo para ayudar a otros?”. Pensemos en alguien en concreto a quien le podría ayudar; entonces, cuando sea el momento oportuno, contémosle con tacto y cariño la lección que hemos aprendido.
15 Veamos un ejemplo de cómo poner en práctica estas dos sugerencias. Analizaremos el relato de la viuda pobre que Jesús observó en el templo.
LA VIUDA POBRE EN EL TEMPLO
16. Describa la escena que se cuenta en Marcos 12:41.
16 Darle vida al relato (Mar. 12:41). Visualicemos la escena. Es el 11 de nisán del año 33. Queda menos de una semana para la muerte de Jesús, y él ha estado gran parte del día enseñando en el templo. Los líderes religiosos que se oponen a él han estado poniéndolo a prueba. Algunos han cuestionado su autoridad y otros han tratado de acorralarlo haciéndole preguntas para entramparlo (Mar. 11:27-33; 12:13-34). Entonces Jesús se va a otra parte del templo, posiblemente a la zona conocida como el patio de las mujeres. Puede ver las arcas del tesoro a lo largo de los muros del patio. Se sienta y empieza a observar a la gente que echa sus contribuciones. Ve a muchos ricos echar muchas monedas. Tal vez está lo suficientemente cerca como para oír el ruido de las monedas cuando caen en las arcas.
17. ¿Qué hizo la viuda pobre mencionada en Marcos 12:42?
17 (Mar. 12:42). Poco después, Jesús se fija en una mujer pobre, “una viuda necesitada” (Luc. 21:2). La vida no es nada fácil para ella; casi seguro que el dinero no le llega ni para vivir. Aun así, se acerca a una de las arcas y, tratando de no llamar la atención, echa dos moneditas, que tal vez apenas hagan ruido al caer. Pero Jesús sí sabe lo que acaba de echar: dos leptones, la moneda de menos valor de aquella época. Eso no daba ni para comprar un gorrión, que estaba entre las aves más baratas que se vendían como alimento.
18. Según Marcos 12:43, 44, ¿qué dijo Jesús sobre la contribución de la viuda?
18 (Mar. 12:43, 44). Jesús está muy impresionado por lo que hace esta viuda. Así que llama a sus discípulos, hace que se fijen en ella y les dice: “Esta viuda pobre echó en las arcas del tesoro más que todos los demás”. A continuación, les explica: “Todos ellos [especialmente los ricos] dan de lo que les sobra; pero ella, que es tan pobre, lo echó todo, todo lo que tenía para vivir”. Ese día, al echar hasta su última moneda, esta fiel mujer demostró que confiaba en que Jehová la cuidaría (Sal. 26:3).
19. ¿Qué importante lección podemos aprender de lo que Jesús dijo sobre la viuda pobre?
19 Aplicar el relato. Preguntémonos: “¿Qué puedo aprender de lo que Jesús dijo sobre la viuda pobre?”. Pensemos en ella. Sin duda, le habría gustado darle más a Jehová. Aun así, hizo todo lo que pudo; le dio a Jehová lo mejor. Y Jesús sabía que lo que ella contribuyó tenía mucho valor para su Padre. Esto nos enseña una importante lección: que a Jehová le agrada que le demos lo mejor, que le sirvamos con todo el corazón y con toda el alma (Mat. 22:37; Col. 3:23). Le hace feliz que hagamos todo lo que podemos. Y eso incluye la cantidad de tiempo y las energías que dedicamos a adorarlo, por ejemplo, cuando predicamos y cuando vamos a las reuniones.
20. ¿Cómo podemos aplicar lo que hemos aprendido del relato de la viuda? Dé algún ejemplo.
20 ¿Cómo podemos aplicar lo que hemos aprendido del relato de la viuda? Pensemos en ciertos hermanos a los que les haría bien que les recordáramos que Jehová está contento con lo que hacen. Por ejemplo, ¿conocemos a alguna hermana mayor que se sienta culpable o inútil porque ya no puede hacer tanto como antes en la predicación debido a sus achaques? ¿O sabemos de algún hermano que tenga una enfermedad crónica y dolorosa, y que lo desanime no poder ir a todas las reuniones? Podemos ayudarlos diciéndoles unas palabras de ánimo (Efes. 4:29). Contémosles la conmovedora lección que hemos aprendido del relato de la viuda pobre. Lo que les digamos les recordará que Jehová está contento si hacemos todo lo que podemos (Prov. 15:23; 1 Tes. 5:11). Cuando felicitamos a otros por darle a Jehová lo mejor de sí mismos —aunque les parezca poca cosa—, estamos siguiendo los pasos de Jesús fielmente.
21. ¿Qué está usted decidido a hacer?
21 Estamos muy agradecidos de que en los Evangelios haya tantos detalles sobre la vida de Jesús y así podamos seguir sus pasos fielmente. ¿Verdad que sería buena idea emprender un proyecto de estudio personal o en familia sobre los Evangelios? Para sacarle el máximo beneficio a un proyecto así, tenemos que darles vida a los relatos y aplicarlos. Por otro lado, además de imitar lo que Jesús hizo, es muy importante que escuchemos lo que dijo. En el próximo artículo, analizaremos lo que podemos aprender de lo que Jesús dijo cuando estaba colgado en el madero.
CANCIÓN 8 La Cena del Señor
^ párr. 5 Los verdaderos cristianos tenemos que seguir los pasos de Jesús fielmente. En este artículo, veremos qué son esos pasos, por qué debemos seguirlos y cómo hacerlo.
^ párr. 60 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Una hermana medita en lo que Jesús dijo de la viuda pobre y después felicita a una hermana mayor por servir a Jehová de toda alma.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)