ARTÍCULO DE ESTUDIO 32
Que nuestro amor se haga abundante
“Esto es lo que continúo orando: que el amor de ustedes abunde todavía más y más” (FILIP. 1:9).
CANCIÓN 3 “Dios es amor”
AVANCE *
1. ¿Quiénes contribuyeron a que se formara la congregación de Filipos?
CUANDO el apóstol Pablo, Silas, Lucas y Timoteo llegaron a la colonia romana de Filipos, encontraron a mucha gente interesada en escuchar el mensaje del Reino. Estos cuatro cristianos entusiastas contribuyeron a que se formara una congregación en la ciudad. Todos los discípulos empezaron a reunirse, probablemente en la casa de una cristiana hospitalaria llamada Lidia (Hech. 16:40).
2. ¿Qué dificultades afrontó enseguida la congregación de Filipos?
2 Aquella joven congregación se enfrentó enseguida a dificultades. Satanás incitó a los enemigos de la verdad a oponerse con crueldad a la predicación de aquellos cuatro leales cristianos. Las autoridades detuvieron a Pablo y Silas, los golpearon con varas y los encarcelaron. Al día siguiente, los sacaron de la prisión. ¿Qué hicieron ellos una vez libres? Visitaron a los nuevos discípulos y les dieron ánimo. Luego, ellos y Timoteo se fueron de la ciudad, mientras que al parecer Lucas se quedó en ella. ¿Cómo reaccionaron los nuevos discípulos? Con la ayuda del espíritu santo, continuaron sirviendo a Jehová (Filip. 2:12). Pablo tenía motivos para sentirse orgulloso de ellos.
3. Como se indica en Filipenses 1:9-11, ¿qué pedía Pablo en oración?
3 Unos diez años después, Pablo les escribió una carta. Al leerla, enseguida nos damos cuenta del amor que el apóstol tenía a los hermanos. Les dijo que los extrañaba mucho y que sentía hacia ellos “tierno cariño como el de Cristo Jesús” (Filip. 1:8). También les dijo que oraba por ellos. Le pedía a Jehová que los ayudara a que su amor fuera más abundante, a que se aseguraran de saber cuáles eran las cosas más importantes, a que no tuvieran ningún defecto, a que no hicieran tropezar a otros y a que siguieran llevando fruto justo. Seguro que estamos de acuerdo en que hoy también podemos beneficiarnos de las sinceras palabras de Pablo (Filip. 1:9-11). En este artículo, analizaremos los puntos que mencionó y cómo ponerlos en práctica.
QUE NUESTRO AMOR SEA ABUNDANTE
4. a) Según 1 Juan 4:9, 10, ¿cómo ha demostrado Jehová el amor que nos tiene? b) ¿Cuánto debemos amar a Dios?
4 Jehová demostró el gran amor que nos tiene enviando a su Hijo a la Tierra a morir por nuestros pecados (1 Juan 4:9, 10). Este amor desinteresado nos motiva a amarlo (Rom. 5:8). ¿Cuánto debemos amar a Dios? Jesús respondió esta pregunta cuando le dijo a un fariseo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente” (Mat. 22:36, 37). No queremos tenerle un amor a medias. Queremos que nuestro amor por él sea cada día más fuerte. Pablo les dijo a los filipenses que su amor debía ser más y más abundante. ¿Qué podemos hacer para fortalecer el amor que sentimos por Dios?
5. ¿Qué debemos hacer para que nuestro amor a Dios se haga más fuerte?
5 Para amar a Dios, necesitamos conocerlo. La Biblia dice: “El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:8). El apóstol Pablo indicó que nuestro amor se fortalece cuando tenemos “conocimiento exacto” de Jehová y “pleno discernimiento” de cómo ve los asuntos (Filip. 1:9). Cuando empezamos a estudiar la Biblia, aprendimos algunas cosas sobre Dios, y ese conocimiento nos hizo sentir amor por él. Pero nuestro amor se fue haciendo más intenso al aprender más sobre él y sobre sus maravillosas cualidades. Con razón, estudiar con regularidad la Palabra de Dios y meditar en ella es tan importante para nosotros (Filip. 2:16).
6. Según 1 Juan 4:11, 20, 21, ¿a quiénes debemos amar también para que abunde nuestro amor?
6 El gran amor que Dios nos tiene nos motivará a amar a los hermanos (1 Juan 4:11, 20, 21). Quizás pensemos que ese amor surgirá de manera natural. Al fin y al cabo, servimos a Jehová y tratamos de copiar sus cualidades. Además, seguimos el ejemplo de Jesús, que nos amó tanto que dio su vida por nosotros. Pero lo cierto es que a veces nos cuesta obedecer el mandato de amarnos unos a otros. Veamos lo que ocurrió en la congregación de Filipos.
7. ¿Qué lecciones aprendemos del consejo de Pablo a Evodia y Síntique?
7 Evodia y Síntique eran dos entusiastas hermanas que habían servido “lado a lado” con el apóstol Pablo. Pero tal vez dejaron que las diferencias personales las separaran. Pablo las mencionó por nombre en su carta y les dio consejo directo. Les dijo que tenían que ser “de la misma mente” (Filip. 4:2, 3). El apóstol también vio necesario decir a la entera congregación: “Sigan haciendo todas las cosas libres de murmuraciones y discusiones” (Filip. 2:14). No cabe duda de que estos consejos directos contribuyeron a fortalecer el amor que se tenían tanto estas leales hermanas como el resto de la congregación.
8. ¿Qué puede hacer muy difícil que amemos a los hermanos, y cómo podemos superar este obstáculo?
8 Como les ocurrió a Evodia y Síntique, la inclinación a centrarnos en las faltas de los hermanos puede hacer muy difícil que los amemos. Todos cometemos errores a diario. Si nos concentramos en las imperfecciones de los demás, se enfriará el amor que les tenemos. Pongamos un ejemplo. Un hermano se olvida de ayudarnos a limpiar el Salón del Reino, así que nos molestamos con él. Pero, si empezamos a recordar todos sus demás errores, aumenta nuestra irritación y disminuye nuestro amor. ¿Nos encontramos en una situación como esta? Entonces, recordemos que Jehová ve tanto nuestras imperfecciones como las de nuestro hermano, y pese a ello nos sigue amando a todos. Por tal razón, debemos imitar su amor y fijarnos en lo bueno que hacen los demás. Cuando nos esforzamos por amar a los hermanos, nos sentimos más unidos a ellos (Filip. 2:1, 2).
“LAS COSAS MÁS IMPORTANTES”
9. ¿Cuáles son algunas de “las cosas más importantes” de las que habló Pablo en su carta a los filipenses?
9 Inspirado por el espíritu santo, Pablo les mandó a los filipenses, y a todos los cristianos, asegurarse de “las cosas más importantes” (Filip. 1:10). Entre ellas están la santificación del nombre de Dios, el cumplimiento de su propósito y la paz y unidad de la congregación (Mat. 6:9, 10; Juan 13:35). Cuando nuestra vida se centra en estas cosas, demostramos que amamos a Jehová.
10. ¿Qué debemos hacer para que Jehová nos vea sin ningún defecto?
10 Pablo también dijo que debemos estar “exentos de defectos”. Esto no quiere decir que se nos pida perfección. No podemos ser como Jehová, que no tiene pecado. Pero él nos verá sin ningún defecto si hacemos todo lo posible por profundizar nuestro amor y nos aseguramos de las cosas más importantes. Una manera de mostrar amor es esforzándonos al máximo por no hacer tropezar a los demás.
11. ¿Por qué no debemos hacer tropezar a los demás?
11 La advertencia de no hacer tropezar a los demás es muy seria. Nuestro entretenimiento, nuestra ropa o incluso nuestro empleo pueden hacer tropezar a otras personas. Tal vez no hagamos nada malo, pero sería muy grave que nuestras decisiones hirieran la conciencia de alguien y lo hicieran tropezar. Jesús dijo que sería mejor que nos ataran una enorme piedra al cuello y nos arrojaran al mar que el que hiciéramos tropezar a una de sus ovejas (Mat. 18:6).
12. ¿Qué aprendemos del ejemplo de un matrimonio de precursores?
12 Veamos cómo siguió un matrimonio de precursores la advertencia de no hacer tropezar a los demás. En su congregación, había una pareja recién bautizada que se había criado en un ambiente muy conservador. Estos hermanos creían que los cristianos no debían ir al cine, ni siquiera a ver una película aceptable. Así que se escandalizaron cuando se enteraron de que los precursores habían visto una película. Debido a ello, los precursores decidieron no ir al cine hasta que los hermanos recién bautizados educaran su conciencia y fueran más equilibrados (Heb. 5:14). Así demostraron que los amaban no solo de palabra, sino con hechos (Rom. 14:19-21; 1 Juan 3:18).
13. ¿Cómo podríamos inducir a alguien a pecar?
13 También podríamos hacer tropezar a alguien si lo incitáramos a pecar. Veamos cómo podría ocurrir. Imaginemos que un estudiante de la Biblia logra vencer su adicción al alcohol después de una larga y difícil lucha. Se da cuenta de que no debe beber nada en absoluto. Hace muchos cambios en poco tiempo y se bautiza. Un día, un hermano los invita a él y a otros cristianos a su casa. Sin ninguna mala intención, le ofrece una bebida alcohólica y le dice: “Ya estás bautizado y tienes el espíritu de Jehová. Recuerda que un aspecto del fruto del espíritu es el autodominio. Si te controlas, podrás beber con moderación”. No hace falta decir cuáles serían las consecuencias si el nuevo hermano hiciera caso de este mal consejo.
14. ¿Cómo nos ayudan las reuniones a seguir los consejos de Filipenses 1:10?
14 Las reuniones nos ayudan a seguir de muchas maneras los consejos de Filipenses 1:10. Primero, nos recuerdan qué es lo que Jehová considera más importante. Segundo, nos enseñan a aplicar lo que aprendemos y así no tener defectos. Y, tercero, nos motivan a mostrar amor y hacer buenas obras (Heb. 10:24, 25). Cuanto más ánimo recibimos de los hermanos, más amor sentimos por ellos y por nuestro Dios. Si amamos a Jehová y a los hermanos con todo el corazón, intentaremos por todos los medios no hacer tropezar a ningún hermano.
SIGAMOS ESTANDO “LLENOS DE FRUTO JUSTO”
15. ¿Qué significa estar “llenos de fruto justo”?
15 Pablo le rogó a Jehová que los filipenses estuvieran “llenos de fruto justo” (Filip. 1:11). No hay duda de que este fruto incluía su amor a Jehová y a su pueblo. También incluiría el que hablaran a otros sobre su fe en Jesús y sobre su maravillosa esperanza. Además, Pablo dijo que resplandecían “como iluminadores en el mundo” (Filip. 2:15). Esta comparación es apropiada, pues Jesús dijo que sus seguidores eran “la luz del mundo” (Mat. 5:14-16). También les mandó hacer discípulos y les dijo que serían sus testigos “hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8; Mat. 28:18-20). Llevamos “fruto justo” cuando estamos muy ocupados en esta obra tan importante.
16. ¿Cómo muestra Filipenses 1:12-14 que podemos brillar como luces resplandecientes incluso en circunstancias difíciles? (Vea el dibujo de la portada).
16 Sean cuales sean nuestras circunstancias, podemos brillar como luces resplandecientes. A veces, lo que parecen obstáculos para predicar pueden acabar siendo oportunidades de hacerlo. Este fue el caso del apóstol Pablo. Cuando escribió la carta a los filipenses, estaba bajo arresto domiciliario en Roma. Pero las cadenas no le impidieron predicar con entusiasmo a los guardias y a quienes lo visitaban. Su ejemplo dio a los hermanos valor y ánimo para “hablar sin temor la palabra de Dios” (lea Filipenses 1:12-14; 4:22).
17. Dé un ejemplo de la actualidad sobre llevar fruto en circunstancias difíciles.
17 Muchos hermanos tienen la oportunidad de ser valientes como Pablo. Viven en países donde no pueden predicar ni en público ni de casa en casa, así que usan su ingenio para hacerlo de otras maneras (Mat. 10:16-20). En uno de esos países, un superintendente de circuito sugirió que cada publicador predicara en su propio “territorio”: sus parientes, vecinos, compañeros de escuela y de trabajo, y demás conocidos. En dos años, la cantidad de congregaciones de ese circuito aumentó considerablemente. Quizás nosotros podemos predicar con libertad. Aun así, aprendemos una valiosa lección de estos hermanos: busquemos siempre maneras de participar al máximo en la predicación, con la confianza de que Jehová nos dará las fuerzas que necesitamos para superar cualquier obstáculo (Filip. 2:13).
18. ¿Qué debemos estar resueltos a hacer?
18 En estos días históricos, resolvámonos a seguir los consejos inspirados de la carta de Pablo a los filipenses. Asegurémonos de saber cuáles son las cosas más importantes, esforcémonos por no tener ningún defecto, no hagamos tropezar a otros y llevemos fruto justo. Entonces, nuestro amor se hará abundante y honraremos a nuestro cariñoso Padre, Jehová.
CANCIÓN 25 El amor distingue a los cristianos
^ párr. 5 Hoy más que nunca, tenemos que fortalecer el amor a nuestros hermanos. La carta que Pablo escribió a los filipenses nos ayuda a ver qué hacer para que abunde nuestro amor, incluso cuando surgen problemas.
^ párr. 54 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES. Durante la limpieza del Salón del Reino, Joe deja de trabajar y se pone a hablar con un hermano y su hijo. Esto molesta a Mike, que está pasando la aspiradora. Piensa que Joe debería estar trabajando, no hablando. Pero luego ve a Joe ayudar con cariño a una hermana mayor. Esto le recuerda a Mike que debe fijarse más en las buenas cualidades de Joe.
^ párr. 58 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES. En un país donde los Testigos no tienen libertad para predicar, un hermano le habla con discreción a un conocido sobre el mensaje del Reino. Más tarde, durante una pausa en el trabajo, le predica a un compañero.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)