CONVERSACIONES CON UN TESTIGO DE JEHOVÁ

¿Le duele a Dios vernos sufrir?

¿Le duele a Dios vernos sufrir?

Para ver el desarrollo de una típica conversación con un testigo de Jehová, imaginémonos que una Testigo de nombre Michelle visita a una señora llamada Sofía.

¿CÓMO ES POSIBLE QUE DIOS PERMITA COSAS ASÍ?

Michelle: Buenos días; estoy mostrando a sus vecinos este tratado. Se titula ¿Le gustaría saber la verdad? Permítame darle este ejemplar.

Sofía: ¿Habla de religión?

Michelle: Sí. Mire las seis preguntas de la portada. ¿Cuál le gustaría...?

Sofía: No siga, por favor. No quiero hacerla perder su tiempo.

Michelle: ¿Por qué dice eso?

Sofía: Porque la verdad es que ni siquiera estoy segura de que Dios exista.

Michelle: Gracias por ser franca conmigo. ¿Siempre ha pensado así?

Sofía: No, de niña iba a la iglesia, pero hace mucho dejé de ir.

Michelle: Ya veo. Por cierto, no me he presentado. Me llamo Michelle.

Sofía: Y yo, Sofía.

Michelle: Mucho gusto, Sofía.

Sofía: Igualmente.

Michelle: Verá, no he venido a obligarla a creer lo mismo que yo, pero quisiera preguntarle: ¿hay algo que la haya hecho dudar de que Dios exista?

Sofía: Sí. Mi mamá tuvo un choque hace diecisiete años.

Michelle: Cuánto lo siento. ¿Y le pasó algo grave?

Sofía: Quedó paralizada.

Michelle: ¡No me diga! Debe sentirse destrozada.

Sofía: Sí. No puedo dejar de pensar: “Si Dios existe, ¿cómo es posible que permita cosas así? ¿Por qué nos deja sufrir tanto?”.

¿ES MALO CUESTIONAR A DIOS?

Michelle: Es lógico que se sienta así y que tenga esas preguntas. Cuando uno sufre, trata de encontrar explicaciones. De hecho a algunos hombres y mujeres fieles de tiempos bíblicos les pasó algo parecido.

Sofía: ¿De verdad?

Michelle: Sí. ¿Me permite mostrarle un ejemplo?

Sofía: Sí, me gustaría.

Michelle: Mire lo que le preguntó a Dios el profeta Habacuc. Leamos el capítulo 1, versículos 2 y 3 de su libro: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, tengo que gritar por ayuda, sin que tú oigas? ¿Hasta cuándo clamaré a ti por socorro contra la violencia, sin que tú salves? ¿Por qué me haces ver lo que es perjudicial?”. ¿Se parecen estas preguntas a las que usted tiene?

Sofía: Sí.

Michelle: ¿Y sabe qué? Dios no castigó a Habacuc por preguntarle eso ni le dijo que necesitaba más fe.

Sofía: Qué interesante.

JEHOVÁ ODIA EL SUFRIMIENTO

Michelle: La Biblia también enseña que Dios ve nuestros sufrimientos y se preocupa por ello.

Sofía: ¿Cómo que le preocupa?

Michelle: Le voy a mostrar un ejemplo en Éxodo 3:7. ¿Qué le parece si lo lee usted?

Sofía: Está bien. Dice: “Y Jehová añadió: ‘Indisputablemente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el clamor de ellos a causa de los que los obligan a trabajar; porque conozco bien los dolores que sufren’”.

Michelle: Gracias. Según este versículo, ¿ve Dios el sufrimiento de la gente?

Sofía: Sí, parece que sí.

Michelle: Y no lo ve de reojo. Mire de nuevo la última parte del versículo. Dios dijo: “Conozco bien los dolores que sufren”. ¿Le parece que un Dios insensible o indiferente diría algo así?

Sofía: No, no creo.

Michelle: Claro, una cosa es que uno vea el sufrimiento de alguien y otra muy distinta es que le duela verlo.

Sofía: Es verdad.

Michelle: No olvide esa idea. Vamos a ver otro caso en el que el pueblo de Dios estaba sufriendo. Está en Isaías 63:9. La primera parte del versículo dice: “Durante el tiempo de toda la angustia de ellos le fue angustioso a él”. ¿Diría que a Dios le dolía ver sufrir a su pueblo?

Sofía: Pues sí, parece que sí.

Michelle: La realidad es que Dios se preocupa muchísimo por nosotros y detesta vernos sufrir. Cuando algo nos duele, a él también le duele.

¿POR QUÉ NO HA HECHO NADA?

Michelle: Antes de irme me gustaría explicarle algo más.

Sofía: Está bien.

Michelle: Mire lo que dice la Biblia sobre el poder de Dios. ¿Podría leer Jeremías 10:12?

Sofía: Sí, dice: “Él es el Hacedor de la tierra por su poder, Aquel que firmemente estableció la tierra productiva por su sabiduría, y Aquel que por su entendimiento extendió los cielos”.

Michelle: Gracias. Analicemos brevemente este versículo. ¿Cuánto poder cree que necesitó Dios para crear el universo y todo lo que hay en él?

Sofía: Muchísimo poder.

Michelle: Si Dios tiene el poder para crear todo lo que nos rodea, ¿no tendrá el poder de controlarlo?

Sofía: Pues sí.

Michelle: Ahora hablemos de nuevo sobre su mamá. ¿Por qué le duele a usted tanto verla sufrir?

Sofía: Porque es mi mamá y la quiero.

Michelle: Si tuviera el poder de curarla, ¿lo haría?

Sofía: Claro que sí.

Michelle: Piense en lo que eso significa. En la Biblia hemos visto que a Dios le duele vernos sufrir y que tiene el poder para acabar de inmediato con nuestros sufrimientos. Sin embargo, ha tenido que contenerse. ¿Se imagina el esfuerzo que eso supone?

Sofía: Nunca lo había visto desde ese ángulo.

Michelle: La pregunta entonces es: ¿Por qué ha tenido que contenerse? ¿Habrá alguna buena razón por la que aún no ha remediado nuestros problemas? *

Sofía: No sé, tal vez.

Michelle: ¡Ay! Está sonando su teléfono. ¿Qué le parece si regreso en otra ocasión para hablar más del tema?

Sofía: Sí, me gustaría. Gracias. *

¿Tiene alguna duda sobre un tema bíblico? ¿Le llama la atención determinada práctica o creencia de los Testigos? Si así es, ¿por qué no les plantea el asunto la próxima vez que los vea? A ellos les encantaría conversar con usted.

^ párr. 61 Encontrará más información en el capítulo 11 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, editado por los testigos de Jehová.

^ párr. 64 Un futuro artículo de esta serie explicará por qué permite Dios el sufrimiento.