AYUDA PARA LAS FAMILIAS | LA CRIANZA DE LOS HIJOS

Qué hacer si el estrés agobia a su hija

Qué hacer si el estrés agobia a su hija

EL PROBLEMA

Su hija dice que el estrés la tiene agotada. “¿A los 13 años? —se pregunta usted— ¡Imposible! Es demasiado joven.” Antes de decirle eso a su hija, considere algunas de las razones por las que la vida puede ser tan abrumadora para una adolescente.

LAS CAUSAS

Cambios físicos. El rápido crecimiento que se da en la pubertad puede causarle mucha angustia a una niña, sobre todo si no está a la par de otras jóvenes de su edad. Ana, a de 20 años, dice: “Yo fui una de las primeras niñas de mi grupo que tuvo que usar brasier [sostén], y me sentía muy extraña, como si fuera una extraterrestre”.

Cambios emocionales. Karen, de 17 años, recuerda: “Era tan frustrante no saber por qué de día me sentía tan contenta y de noche no podía dejar de llorar. No tenía idea de lo que me estaba pasando. Mis emociones estaban fuera de control”.

El primer período. “Aunque mi mamá ya me había preparado, mi primer período me tomó completamente por sorpresa —recuerda Kathleen—. Me sentía tan sucia que me bañaba varias veces al día. Además, mis tres hermanos mayores se burlaban sin piedad de mí. Por alguna extraña razón les parecía gracioso lo que pasaba.”

Presión de grupo. María, de 18 años, recuerda: “De los 12 a los 14 años sufrí una presión de grupo insoportable. Los muchachos de mi escuela no dejaban en paz a todo el que fuera diferente”. Y Anita, de 14 años, dice: “A mi edad, es muy importante sentirse aceptada por las amigas”.

LO QUE PUEDE HACER

Anímela a hablar. Al principio, su hija tal vez no quiera expresarse, pero sea paciente y, como dice la Biblia, sea rápida para escuchar y lenta para hablar (Santiago 1:19).

Tómese en serio el estrés de su hija. Recuerde que ella no tiene la misma experiencia que usted, por lo que es más difícil para ella evaluar si su nivel de estrés es apropiado. Además, aún no cuenta con las herramientas para manejarlo. (Principio bíblico: Romanos 15:1.)

No la sobrecargue de actividades extracurriculares. Según el libro Teach Your Children Well (Eduque bien a sus hijos), los adolescentes con horarios muy apretados “suelen presentar síntomas de estrés, sobre todo físicos, como dolores de cabeza y estomacales”. (Principio bíblico: Filipenses 1:9, 10.)

Asegúrese de que descanse lo suficiente. Una de las cosas que más descuidan los jóvenes es el sueño. Si su hija no duerme bien, perderá agilidad mental y le será más difícil manejar el estrés. (Principio bíblico: Eclesiastés 4:6.)

Ayúdela a liberar sanamente el estrés. Algunas jóvenes liberan el estrés haciendo ejercicio. Como dice la Biblia: “El entrenamiento [físico] es provechoso” (1 Timoteo 4:8). Otras llevan un diario; eso les permite poner el estrés bajo control. Brittany, de 22 años, recuerda: “Cuando era más joven y no sabía cómo manejar un problema, lo escribía en mi diario para tratar de comprender mejor mis sentimientos. Eso me ayudaba a resolverlo o a dejar de preocuparme por él”.

Póngale el ejemplo. ¿Cómo maneja usted el estrés? ¿Se echa demasiadas cosas encima y luego se deja invadir por el pánico? ¿Trabaja tanto que termina agotada y sin poder dedicar tiempo a lo que más importa en la vida? Filipenses 4:5 aconseja: “Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes”. Recuerde que su hija la está observando y seguirá su ejemplo, para bien o para mal.

a Se han cambiado los nombres.