La Biblia no dice que cada uno de nosotros tenga un ángel de la guarda o ángel custodio. Es verdad que Jesús dijo: “No desprecien a uno de estos pequeños [los discípulos de Cristo]; porque les digo que sus ángeles en el cielo siempre contemplan el rostro de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 18:10). Sin embargo, esto no significa que cada persona tenga un ángel de la guarda; más bien, Jesús estaba diciendo que los ángeles están muy interesados en todos los cristianos. Por lo tanto, los verdaderos cristianos no se exponen a riesgos pensando que los ángeles los protegerán pase lo que pase.
¿Quiere decir eso que los ángeles no nos ayudan? No (Salmo 91:11). Algunas personas están convencidas de que Dios las ha protegido y guiado mediante ángeles, como por ejemplo Kenneth, mencionado en el primer artículo. Aunque no podemos ser dogmáticos, puede que él esté en lo cierto. En muchas ocasiones, los testigos de Jehová perciben la intervención angélica en la predicación. No obstante, como los ángeles son invisibles, no podemos decir hasta qué grado los usa Dios para ayudar a las personas. Pero tampoco hay nada de malo en darle gracias al Altísimo por cualquier tipo de ayuda que creamos que nos ha dado (Colosenses 3:15; Santiago 1:17, 18).