LOS JÓVENES PREGUNTAN
¿Por qué debería pedir perdón?
¿Qué harías en las siguientes situaciones?
Tu maestro te regaña por portarte mal en clase.
¿Deberías pedirle perdón aunque creas que está exagerando?
Una amiga descubre que dijiste algo malo de ella.
¿Deberías pedirle perdón aunque creas que lo que dijiste es verdad?
Te enojaste con tu padre y le faltaste al respeto.
¿Deberías pedirle perdón aunque creas que fue él quien te provocó?
La respuesta a estas tres preguntas es sí. ¿Pero por qué debes pedir perdón aunque creas que tenías razón para hacer lo que hiciste?
¿Por qué pedir perdón?
Pedir perdón demuestra que eres maduro. Cuando te haces responsable de lo que dices o haces, demuestras que estás aprendiendo cualidades que todos los adultos necesitan.
“La humildad y la paciencia te ayudan a pedir perdón y a escuchar lo que la otra persona tiene que decir” (Rachel).
Pedir perdón te ayuda a arreglar las cosas con otros. Cuando pides perdón, demuestras que te importa más arreglar las cosas que demostrar que tienes la razón.
“Aunque creas que no tienes la culpa de nada, lo más importante para ti debería ser hacer las paces. Disculparse no cuesta nada y puede ayudarte a recuperar un amigo” (Míriam).
Pedir perdón hace que te sientas mejor. Si te sientes mal por haber ofendido a alguien, es como si cargaras con algo muy pesado. Pero, cuando pides perdón, te quitas ese peso de encima. a
“A veces les hablaba mal a mis padres y me sentía culpable. Aun así, se me hacía difícil pedirles perdón. Sin embargo, cuando lo hacía, siempre me sentía bien, y el ambiente en casa mejoraba” (Nía).
¿Es fácil pedir perdón? No. Una joven que se llama Dena ha tenido que disculparse muchas veces con su madre por hablarle mal, y reconoce que no es nada fácil pedir perdón. Ella dice: “Se me hace un nudo en la garganta y no me salen las palabras”.
¿Cómo pedir disculpas?
Si es posible, pide perdón en persona. De esta forma, la otra persona verá que tu disculpa es sincera. En cambio, si le pides perdón con un mensaje de texto, puede que no te crea. Aunque le mandes un emoji con una carita triste, tu disculpa seguirá pareciendo fría y falsa.
Sugerencia: Si no pudieras disculparte en persona, intenta hacerlo por teléfono o con una tarjeta. Piensa bien lo que vayas a decir, sin importar el método que uses.
Texto bíblico clave: “El corazón del justo medita antes de responder” (Proverbios 15:28).
Pide perdón lo antes posible. Si no arreglas las cosas pronto, lo que hiciste puede parecer cada vez más grave. Además, la relación con esa persona será cada día más incómoda.
Sugerencia: Ponte un tiempo límite. Por ejemplo, di: “Voy a pedirle perdón hoy”. Decide cuándo te disculparás y cúmplelo.
Texto bíblico clave: “Trata de resolver las cosas cuanto antes” (Mateo 5:25).
Cuando pidas perdón, sé sincero. No digas: “Siento que te hayas ofendido”. Eso no es una disculpa. Una joven que se llama Janelle comenta: “La persona a la que ofendiste te respetará más si ve que admites tus errores”.
Sugerencia: Discúlpate sin condiciones. No digas algo así: “Si tú me pides perdón por lo que hiciste, entonces yo también”.
Texto bíblico clave: “Sigamos buscando las cosas que fomentan la paz” (Romanos 14:19).
a Si perdiste o dañaste algo que era de otra persona, además de pedir perdón, sería bueno que te ofrecieras a pagarlo o repararlo.
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