El 23 de noviembre de 2023 falleció Mary Larimer, que asistió a la primera clase del Colegio Superior Bíblico de la Watchtower de Galaad. a Mary nació el 4 de junio de 1920 en Scenery Hill (Pensilvania, Estados Unidos). En 1935, a la edad de 15 años, se bautizó en una asamblea en la ciudad de Washington. Cuatro años después se hizo precursora regular y enseguida se ganó la reputación de ser muy entusiasta.

En diciembre de 1942, Mary recibió una invitación del hermano Nathan Knorr —que dirigía la obra en ese entonces— para que solicitara asistir a una nueva escuela llamada Colegio Superior Bíblico de la Watchtower de Galaad. Esa invitación decía que “el propósito del colegio es capacitar a ministros y ministras ordenados para enviarlos a todas partes del mundo a servir de misioneros”. Y añadía: “Cada clase durará un total de cinco meses [...]. Completar el curso con éxito en tan poco tiempo requerirá estudio diligente y trabajo intenso”. Mary llenó la solicitud y la envió de inmediato.

El 1 de febrero de 1943, en South Lansing (Nueva York), ella y los otros 99 estudiantes comenzaron su primer día de clases. Durante los casi cinco meses que duró el curso, Mary fue una estudiante de las Escrituras muy aplicada. Se graduó el 23 de junio de 1943.

Después de la graduación, enviaron a Mary como misionera a Cuba. Ella describió así algunos de los retos que enfrentó allá: “La gente era pobre. Cuando predicábamos, siempre íbamos caminando [...]. No teníamos autos”. Mary permaneció en su asignación hasta 1948, cuando regresó a Pensilvania para cuidar de su madre, que había sufrido una lesión muy grave. Mary siguió soltera y se mantuvo muy ocupada en el ministerio y en otras actividades espirituales. Para cuando falleció, servía en una congregación de Glendale (California).

La Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower ahora está situada en Patterson (Nueva York), y en estos momentos se está celebrando su clase 155. Cuando el hermano Mark Noumair, uno de los profesores, se enteró de la muerte de Mary, dijo: “Mary Larimer era una jovencita de pueblo que se lanzó a lo desconocido para hablarle a la gente sobre Jehová. No tenía ni idea de adónde la enviarían ni de si alguna vez regresaría. Misioneros de Galaad como ella fueron la base del crecimiento de la predicación mundial” (Isaías 6:8).