El 7 de abril de 2020, en plena pandemia del coronavirus, los testigos de Jehová de todo el mundo celebraron la Conmemoración de la muerte de Cristo. Stephen Lett, del Cuerpo Gobernante, dijo: “No hay virus ni pandemia en este mundo que pueda apagar la gratitud que sentimos por lo que Jehová y Jesús han hecho por nosotros, o que debilite nuestra resolución de celebrar la Cena del Señor”. Entonces, ¿qué hicieron para poder celebrarla este año?

Este es el primero de una serie de artículos que se publicarán en nuestra sección “Prensa”, donde veremos cómo se celebró la Conmemoración en distintas partes del mundo durante la pandemia del coronavirus. En este artículo conoceremos lo que se hizo en la sede mundial de los testigos de Jehová y en la sucursal de Estados Unidos.

Puesto que las autoridades habían limitado las reuniones públicas, el Cuerpo Gobernante decidió que toda la familia Betel tuviera la posibilidad de ver el programa para la Conmemoración desde sus habitaciones. El hermano Anthony Morris presentó el discurso, que se transmitió desde el auditorio de Warwick. La Oficina de Betel se encargó de que todos tuvieran el pan y el vino, aunque muy pocos toman de ellos.

Los betelitas también tenían la opción de conectarse por Internet con sus congregaciones para celebrar la Conmemoración. Además, quienes sirven de ancianos de congregación podían dar el discurso desde Betel por videoconferencia.

Muchos miembros de la familia Betel dijeron que esta Conmemoración había sido una de las más especiales de su vida. Es verdad que no estaban reunidos físicamente, pero se sentían unidos a sus hermanos por todo el mundo al recordar las dos expresiones más grandes de amor hechas por nuestro Dios, Jehová, y su querido hijo, Jesucristo (Juan 3:16; Mateo 20:28).