Mientras estuvo en prisión, Vasili fue trasladado de una cárcel a otra por lo menos en siete ocasiones. En una de esas ocasiones, la esposa de Vasili, Zoia, estuvo casi un mes sin saber nada de su paradero. Eso la preocupó mucho porque él tiene varios problemas de salud.
Aunque estar separados no fue fácil, Zoia contó lo que les ayudó a aguantar: “Sabíamos que a Satanás le hubiera encantado que esa situación acabara afectando nuestra relación y nuestra espiritualidad. Como no queríamos que eso pasara, hicimos todo lo que pudimos para que nuestra amistad con Jehová y nuestro matrimonio siguieran intactos, igual de fuertes. Vasili me escribía cartas muy tiernas que me recordaban que me quería, y aprovechaba cualquier oportunidad para fortalecer mi fe”.
Estamos muy agradecidos de que Vasili esté de nuevo junto a su esposa y demás seres queridos. Seguimos orando por nuestros hermanos y hermanas que están en la cárcel por su fe; y no tenemos ninguna duda de que Jehová seguirá sosteniendo a todos sus siervos que pasan por dificultades (Salmo 55:22).