Como se informó el 12 de mayo de 2023 en la sección “Noticias” de jw.org, un conflicto entre dos bandos armados en Jartum —la capital de Sudán— ha dejado miles de personas muertas o heridas. Algunos de nuestros hermanos que vivían en Jartum o cerca tomaron la decisión personal de abandonar la ciudad. Aunque tuvieron que huir, encontraron las fuerzas y el ánimo que necesitaban gracias a todo lo que nos da la organización, como las publicaciones bíblicas y las reuniones.

Veamos el caso de Ajuja, una precursora de 23 años de Jartum. Varios días después de que estallara el conflicto, asistió a una reunión por internet donde se analizó el artículo de La Atalaya “¡Mantengan su buen juicio y estén vigilantes!”. Ella cuenta: “Este artículo me recordó que lo que estaba pasando cumplía profecías bíblicas. Era justo el ánimo que necesitaba en ese momento”. Cuando las cosas empeoraron en la ciudad, Ajuja decidió huir. Ella sigue diciendo: “Durante el viaje, las canciones de JW Broadcasting y otras grabaciones de audio me ayudaron a seguir tranquila. Además, le iba orando a Jehová para llegar sana y salva”. Y, efectivamente, Ajuja llegó bien a Kassala, y los hermanos la recibieron con mucho cariño.

Eli, un anciano de congregación y precursor de 24 años, huyó de El-Haj Yousif —cerca de los enfrentamientos de Jartum— a Kosti, una ciudad a 330 kilómetros (205 millas). Allí lo recibieron los hermanos, que lo ayudaron dándole comida y un lugar para quedarse. Al recordar lo que pasó, Eli se dio cuenta de que los textos del día que leyó durante la semana que salió huyendo lo animaron mucho. Por ejemplo, Salmo 91:2 le recordó que debía hacer de Jehová su refugio y su fortaleza. Eli dice: “No se puede encontrar paz de verdad en este mundo tan revuelto. Ni los políticos ni los militares pueden ofrecer ninguna solución. Nuestra esperanza es el Reino de Dios, que solucionará todos nuestros problemas”.

Tia y su esposa, Julia, son unos precursores de Omdurmán, una localidad cerca de Jartum. Cuando las cosas empezaron a ponerse peor, se acordaron de un artículo reciente de La Atalaya que nos animaba a que, si tomábamos una decisión, actuáramos rápidamente. En vista de la situación, Tia y Julia decidieron que para ellos lo mejor sería huir rápidamente de la ciudad. Pudieron llegar a su destino sanos y salvos, y los hermanos del lugar los recibieron con mucho cariño. Tia y Julia dan gracias por haber tenido ese artículo de La Atalaya. Ella cuenta: “Estamos orgullosos de pertenecer a una organización que nos ama. Es cierto: la mano de Jehová no se queda corta para salvarnos”.

Nos alegra saber que, en cuanto llegaron a sus destinos, todos los hermanos que hemos mencionado retomaron sus actividades espirituales, como asistir a las reuniones y participar en ellas, salir a predicar e incluso empezar cursos bíblicos. Tanto esto como hacer amigos en sus nuevas congregaciones los ha hecho felices y les ha dado estabilidad.

Es muy animador ver que nuestros hermanos de Sudán siguen acudiendo a Jehová y a la Biblia para hallar consuelo y esperanza (Romanos 15:4, 5).