La crisis económica de Venezuela sigue afectando a nuestros hermanos, y la situación es cada vez peor. Todas las semanas, la sucursal del país recibe informes de publicadores que han sido víctimas de delitos. Además, se han saqueado muchos Salones del Reino. Nuestros hermanos se enfrentan a la hiperinflación y a la falta de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad. Desde el año 2013, más de 20.000 publicadores han huido a otros países, entre ellos Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Italia, Perú y Portugal.a Pese a todos estos problemas, los aproximadamente 140.000 Testigos que siguen en Venezuela se mantienen espiritualmente activos.
La sucursal sigue organizando las labores de ayuda en el país. Hay 60 Comités de Socorro, que se encargan principalmente de distribuir alimentos a los hermanos. Hasta la fecha, la sucursal de Venezuela, con la colaboración de la de Brasil, ha entregado cientos de toneladas de alimentos donados a más de 64.000 publicadores de 1.497 congregaciones.
También se están atendiendo las necesidades espirituales de los publicadores. Este año hubo 122 asambleas regionales por todo el país con el título “¡Sea valiente!”. La última asamblea terminó el 2 de septiembre de 2018. Las asambleas fueron una inyección de ánimo espiritual para los hermanos. Muchos de ellos tuvieron que hacer enormes sacrificios económicos para asistir.
Los testigos de Jehová de Venezuela consuelan con el mensaje bíblico a las personas que están angustiadas por esta situación. Los hermanos dan casi 200.000 cursos bíblicos todos los meses. También ha aumentado la cantidad de personas que asisten a las reuniones, y se han bautizado 7.259.
Estas buenas noticias demuestran que el espíritu santo de Dios da fuerzas a nuestros hermanos de Venezuela. Oramos para que sigan confiando en Jehová hasta que su Reino acabe con todo el sufrimiento (Proverbios 3:5, 6).
a Cuando hay crisis económicas, sociales o políticas, cada publicador debe decidir si abandonará o no su país de residencia. La organización no promueve ninguna de las dos opciones. Es una decisión personal (Gálatas 6:5).