Durante siglos, mucha gente ha pensado que ser buena persona es la clave para tener un buen futuro. Por ejemplo, Confucio, un maestro y filósofo que vivió entre el 551 y el 479 antes de nuestra era, dijo: “No hagas a los demás lo que no desees que te hagan a ti”. Muchos asiáticos están de acuerdo con esas palabras.
LO QUE MUCHOS HACEN
Muchas otras personas también creen que, para tener un futuro mejor, tienen que portarse bien. Por eso, se esfuerzan por ser respetuosas, tener buenos modales, cumplir con su papel en la sociedad y tener la conciencia tranquila. Linh, una mujer que vive en Vietnam, dice: “Siempre pensé que si era honrada y sincera me iría bien”.
Algunos hacen cosas buenas porque eso es lo que les enseña su religión. Un hombre que vive en Taiwán, llamado Hsu-Yun, nos cuenta: “Me enseñaron que, cuando una persona muere, es feliz o sufre por toda la eternidad dependiendo de lo que haya hecho durante su vida”.
LOS RESULTADOS
Es verdad que cuando hacemos cosas buenas por otros nos va mejor. Sin embargo, mucha gente que ayuda a los demás se da cuenta de que las cosas no siempre salen como ellos esperan. Shiu Ping, una mujer que vive en Hong Kong, comenta: “Por experiencia propia, puedo decir que los que hacen cosas buenas no siempre reciben cosas buenas. Yo hice todo lo que pude por cuidar de mi familia y por hacer bien las cosas, pero mi matrimonio fue un fracaso y mi esposo nos abandonó a mi hijo y a mí”.
Muchos se han dado cuenta de que la religión no necesariamente hace mejores a las personas. Etsuko, una mujer que vive en Japón, reconoce: “Estuve en una organización religiosa y fui directora de actividades para jóvenes. Quedé muy decepcionada al ver que la gente de mi religión tenía tan pocos valores morales, se peleaba por el poder y usaba mal el dinero de la iglesia”.
“Yo hice todo lo que pude por cuidar de mi familia y por hacer bien las cosas, pero mi matrimonio fue un fracaso y mi esposo nos abandonó a mi hijo y a mí” (SHIU PING, HONG KONG)
Algunas personas muy religiosas se sienten muy frustradas cuando ven que todo el bien que hicieron no sirvió de nada. Así fue como se sintió Van, una mujer de Vietnam. Ella dijo: “Todos los días ponía frutas, flores y comida en los altares de mis antepasados con la esperanza de recibir alguna bendición en el futuro. ¡Tantos años de buenas obras y ritos religiosos…! Y al final mi esposo se enfermó muchísimo. Y luego murió mi hija, que estaba estudiando en el extranjero; solo tenía 20 años”.
Así que, si ser una buena persona no es la solución para asegurarnos un buen futuro, entonces, ¿cuál es? Para saberlo, necesitamos una guía confiable, una fuente de información que responda nuestras preguntas y nos indique cómo tener un futuro mejor. ¿Dónde podemos encontrar esa guía?