ARTÍCULO DE ESTUDIO 14

¿Estamos cumpliendo plenamente con nuestro ministerio?

¿Estamos cumpliendo plenamente con nuestro ministerio?

“Haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente” (2 TIM. 4:5).

CANCIÓN 18 El fiel amor de Dios

AVANCE: Jesús nos mandó predicar las buenas noticias del Reino y hacer discípulos. Este artículo analizará cómo podemos cumplir plenamente con nuestro ministerio incluso cuando nuestras circunstancias son difíciles. También aprenderemos a ser mejores maestros y cómo disfrutar más de la predicación.

Después de resucitar, Jesús se reunió con sus seguidores y les dio el mandato de ir y hacer discípulos. (Vea el párrafo 1).

1. ¿Qué deseamos hacer todos los siervos de Dios, y por qué? (Vea el dibujo de la portada).

 JESUCRISTO les dio este mandato a sus seguidores: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones” (Mat. 28:19). Todos los siervos fieles de Dios deseamos aprender a cumplir plenamente con la obra que se nos ha encomendado (2 Tim. 4:5). Al fin y al cabo, es la más importante, valiosa y urgente que existe. No obstante, puede resultarnos difícil dedicarle tanto tiempo como nos gustaría.

2. ¿Qué cosas pueden hacer difícil que cumplamos con nuestro ministerio?

2 Hay otras actividades importantes que nos consumen mucho tiempo y energías. Tal vez tengamos que trabajar muchas horas al día para mantener a nuestra familia. O puede que tengamos que lidiar con otras responsabilidades familiares o con la enfermedad, la depresión o los achaques de la edad. ¿Cómo podemos hacer frente a cosas como estas y al mismo tiempo cumplir plenamente con nuestro ministerio?

3. ¿Qué nos indican las palabras de Jesús que se encuentran en Mateo 13:23?

3 No debemos desanimarnos si nuestras circunstancias limitan la cantidad de tiempo que dedicamos al servicio a Jehová. Jesús sabía que no todos seríamos capaces de producir la misma cantidad de fruto del Reino (Mateo 13:23). Jehová valora muchísimo todo lo que hacemos en su servicio, siempre y cuando sea lo mejor (Heb. 6:10-12). Por otra parte, quizás pensemos que nuestras circunstancias nos permitirían dar más. En este artículo, veremos qué podemos hacer para que el ministerio sea lo primero en nuestra vida, para llevar una vida sencilla y para mejorar en la predicación y la enseñanza. Pero antes de eso veamos lo que significa que cumplamos plenamente con nuestro ministerio.

4. ¿Qué significa cumplir plenamente con nuestro ministerio?

4 En pocas palabras, cumplir plenamente con nuestro ministerio significa participar todo lo posible en la predicación y la enseñanza. Pero a Jehová no le interesa solo cuánto tiempo dedicamos a su servicio, sino por qué lo hacemos. Si lo que nos motiva es el amor que sentimos por él y por el prójimo, trabajaremos con toda el alma en el ministerio cristiano (Mar. 12:30, 31; Col. 3:23). IDEA IMPORTANTE: Al hablar del ministerio cristiano, nos referimos a distintos aspectos de la predicación y la enseñanza, la construcción y el mantenimiento de los edificios que usamos para adorar a Dios, y las labores de socorro (Hech. 11:29; 2 Cor. 5:18, 19). Esto implica emplear al máximo nuestras fuerzas y energías. Si consideramos que la predicación es un honor, trataremos de llevar las buenas noticias al mayor número posible de personas.

5, 6. Explique con un ejemplo cómo puede una persona hacer que el ministerio sea lo primero en su vida aunque no tenga mucho tiempo disponible.

5 Imaginemos a un joven al que le encanta tocar la guitarra, y lo hace siempre que puede. Con el tiempo, lo contratan para tocar en un café los fines de semana. Pero, como el sueldo no le alcanza para vivir, también trabaja de cajero en una tienda de comestibles de lunes a viernes. Es verdad que pasa la mayor parte del tiempo en la tienda, pero lo que de verdad ama es la música. Desea tocar la guitarra cada vez mejor y dedicarse a ello por completo. Mientras tanto, aprovecha cualquier oportunidad, por breve que sea, para tocar.

6 De modo parecido, quizás nosotros no podamos dedicarle a la predicación todo el tiempo que nos gustaría. Sin embargo, eso es lo que de verdad amamos. Nos esforzamos por llegar cada vez mejor al corazón de la gente con el mensaje del Reino. Pero, como tenemos tantas ocupaciones, puede que nos preguntemos cómo poner el ministerio en primer lugar.

CÓMO HACER QUE EL MINISTERIO SEA LO PRIMERO EN LA VIDA

7, 8. ¿Cómo podemos imitar la actitud de Jesús hacia el ministerio?

7 La actitud de Jesús hacia el ministerio es un magnífico ejemplo para nosotros. Lo más importante para él era hablar del Reino de Dios (Juan 4:34, 35). Caminó cientos de kilómetros para predicarles a tantas personas como pudiera. Aprovechó toda oportunidad para hablar con la gente en su hogar y en lugares públicos. Toda su vida giró alrededor del ministerio.

8 Podemos imitar a Cristo creando oportunidades de hablar del Reino en cualquier momento y en cualquier lugar. Estamos dispuestos a sacrificar nuestra comodidad con el fin de participar en esta obra (Mar. 6:31-34; 1 Ped. 2:21). Algunos miembros de la congregación pueden ser precursores especiales, regulares o auxiliares. Otros han aprendido un nuevo idioma o se han mudado a un lugar donde se necesita ayuda para predicar. Y no podemos olvidar a los publicadores, que efectúan una gran parte de la obra de evangelizar y también se esfuerzan todo lo que pueden. Sea cual sea nuestro caso, Jehová no nos pide más de lo que podemos dar. Desea que disfrutemos de su servicio al proclamar “las gloriosas buenas nuevas del Dios feliz” (1 Tim. 1:11; Deut. 30:11).

9. a) ¿Cómo dio prioridad Pablo a la predicación incluso cuando tuvo que trabajar? b) ¿Qué indica Hechos 28:16, 30, 31 sobre la actitud de Pablo hacia el ministerio?

9 El apóstol Pablo es otro buen ejemplo. Cuando estuvo en Corinto durante su segundo viaje misionero, tuvo que trabajar un tiempo haciendo tiendas de campaña, pues no tenía mucho dinero. Sin embargo, él no consideraba que esa fuera su ocupación principal. Hizo este trabajo para ganarse el sustento y así poder declarar las buenas nuevas a los corintios sin que ellos tuvieran que pagarle sus gastos (2 Cor. 11:7). A pesar de tener que trabajar, continuó dándole prioridad al ministerio, y predicaba todos los sábados. Cuando mejoraron sus circunstancias, pudo prestarle más atención a la predicación. “Empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo” (Hech. 18:3-5; 2 Cor. 11:9). Tiempo después, cuando estuvo bajo arresto domiciliario en Roma durante dos años, predicaba a sus visitantes y escribía cartas (lea Hechos 28:16, 30, 31). Estaba decidido a que nada estorbara su servicio a Dios. Escribió: “Por eso, teniendo este ministerio [...], no nos rendimos” (2 Cor. 4:1). Igual que Pablo, podemos hacer que la obra del Reino sea lo más importante en nuestra vida aunque tengamos que trabajar.

Hay muchas maneras de cumplir con el ministerio plenamente. (Vea los párrafos 10 y 11).

10, 11. ¿Cómo podemos cumplir plenamente con nuestro ministerio si tenemos problemas de salud?

10 ¿Qué podemos hacer si la edad o la mala salud nos impiden ir de casa en casa tanto como nos gustaría? En tal caso, hay otras formas de predicar. Los cristianos del siglo primero predicaban a las personas dondequiera que estuvieran. Aprovechaban toda oportunidad para hablar de la verdad donde hubiera gente: de casa en casa, en lugares públicos y de manera informal (Hech. 17:17; 20:20). ¿Y si no podemos caminar mucho? Entonces, podríamos sentarnos en un lugar por donde pasen las personas y hablar con ellas. También podríamos predicar por teléfono, por carta y de manera informal. Muchos publicadores con limitaciones graves se sienten felices y satisfechos al predicar de estas otras maneras.

11 Así que podemos cumplir plenamente con nuestro ministerio aunque tengamos problemas de salud. Volvamos al ejemplo del apóstol Pablo. Él dijo: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder” (Filip. 4:13). Necesitó ese poder cuando se enfermó en uno de sus viajes. Les dijo a los gálatas: “Por una enfermedad de mi carne les declaré las buenas nuevas la primera vez” (Gál. 4:13). Del mismo modo, la mala salud quizá nos dé oportunidades de hablar del Reino con los médicos, los enfermeros y otros profesionales de la salud. Muchas de estas personas están trabajando cuando vamos a sus casas.

CÓMO LLEVAR UNA VIDA SENCILLA

12. ¿Qué significa que nuestro ojo esté “enfocado”?

12 Jesús dijo: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Por eso, si tu ojo es sencillo [o está enfocado, según la nota], todo tu cuerpo estará brillante” (Mat. 6:22). ¿Qué significan estas palabras? Que debemos llevar una vida sencilla, es decir, enfocada en un solo objetivo o propósito, sin que nada nos distraiga. Jesús mismo dio el ejemplo al enfocar su vida en el ministerio y les enseñó a sus discípulos a centrarse en el servicio a Jehová y en el Reino. Seguimos el ejemplo de Jesús si nuestra vida gira en torno al ministerio cristiano “buscando primero el reino y la justicia de Dios” (Mat. 6:33).

13. ¿Qué puede ayudarnos a estar enfocados en el ministerio?

13 Una manera de estar enfocados en el ministerio es simplificándonos la vida a fin de dedicar más tiempo a ayudar a otros a conocer y amar a Jehová (Vea los siete pasos del recuadro “Cómo llevar una vida más sencilla”, de w16.07 1 recuadro). Por ejemplo, ¿podríamos hacer cambios en nuestro horario laboral y así predicar más durante la semana? ¿Podríamos reducir las horas que dedicamos a diversiones que tal vez nos roben mucho tiempo?

14. ¿Qué hizo un matrimonio a fin de dedicar más tiempo y atención al ministerio?

14 Veamos lo que hicieron un anciano llamado Elías y su esposa. Él cuenta: “No podíamos ser precursores en aquel momento, pero debíamos empezar a hacer algo. Así que tomamos algunas medidas que parecían pequeñas a fin de dedicar más tiempo al ministerio. Por ejemplo, redujimos los gastos; decidimos acortar el tiempo que dedicábamos al entretenimiento, pues nos dimos cuenta de que nos quitaba muchas horas, y pedimos en el trabajo que nos dieran un horario más flexible. Gracias a ello, pudimos salir a predicar al atardecer, dirigir más cursos de la Biblia y hasta predicar entre semana dos veces al mes. Estábamos encantados”.

CÓMO SER MEJORES MAESTROS

Poner en práctica lo que aprendemos en la reunión de entre semana nos ayudará a continuar mejorando en nuestro ministerio. (Vea los párrafos 15 y 16). *

15, 16. Teniendo presente lo que dice 1 Timoteo 4:13, 15, ¿cómo podemos mejorar nuestra predicación y enseñanza? (Vea también el recuadro “ Objetivos que nos ayudarán a cumplir plenamente con nuestro ministerio”).

15 Otra forma de cumplir más plenamente con nuestro ministerio es mejorando nuestras aptitudes como maestros. A algunos profesionales se les pide que reciban capacitación continua a fin de aumentar sus conocimientos y habilidades. De igual modo, nosotros también debemos seguir aprendiendo a ser mejores maestros (Prov. 1:5; lea 1 Timoteo 4:13, 15).

16 ¿Cómo podemos lograrlo? Prestando mucha atención a lo que se nos enseña todas las semanas en la reunión Vida y Ministerio. En ella se nos da valiosa capacitación que nos ayuda a predicar cada vez mejor. Por ejemplo, cuando el presidente da consejos a los que han presentado una asignación, fijémonos en las sugerencias que nos ayudarán a nosotros a mejorar. Entonces, pongámoslas en práctica la siguiente vez que hablemos con alguien de la verdad. Otra cosa que podemos hacer es pedirle al superintendente de nuestro grupo que nos ayude o que salga con nosotros a predicar. También se lo podemos pedir a otros publicadores con experiencia, a un precursor o al superintendente de circuito. Todo esto nos ayudará a manejar mejor las herramientas del kit de enseñanza. Así, disfrutaremos más de la labor de predicar y enseñar.

17. ¿Qué experimentamos cuando cumplimos plenamente con nuestro ministerio?

17 Qué gran honor es que Jehová nos permita ser sus “colaboradores” (1 Cor. 3:9). Cuando nos aseguramos de “las cosas más importantes” y nos centramos en el ministerio cristiano, servimos “a Jehová con regocijo” (Filip. 1:10; Sal. 100:2). Los ministros de Dios tenemos la certeza de que él nos dará el poder que necesitemos para cumplir con nuestro ministerio sin importar cuáles sean nuestros problemas y limitaciones (2 Cor. 4:1, 7; 6:4). Sea que nuestras circunstancias nos permitan predicar mucho o poco, servir a Dios con toda el alma nos da motivos para sentirnos alegres (Gál. 6:4). Al cumplir plenamente con nuestro ministerio, demostramos nuestro amor a Jehová y al prójimo. ¿Con qué resultado? La Biblia dice: “Haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan” (1 Tim. 4:16).

CANCIÓN 47 Anunciemos las buenas nuevas

^ párr. 58 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Una hermana presenta una revisita durante la reunión de entre semana. Después, toma notas en el folleto Maestros de algunos consejos que ofrece el presidente de la reunión. El fin de semana, utiliza en la predicación lo que ha aprendido.