ARTÍCULO DE ESTUDIO 31
¿Esperamos “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos”?
“Él esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, de la que Dios es diseñador y constructor” (HEB. 11:10).
CANCIÓN 136 ¡Que venga el Reino que Dios ha establecido!
AVANCE: Esperar a que se cumplan las promesas de Dios puede poner a prueba nuestra paciencia, y a veces también nuestra fe. ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de Abrahán a esperar con paciencia el cumplimiento de las promesas de Jehová? ¿Qué buen ejemplo nos han dejado algunos siervos fieles de tiempos modernos?
1. ¿Qué sacrificios han hecho muchos hermanos, y por qué?
HOY día, millones de hermanos y hermanas han hecho sacrificios por una razón importante: desean servir a Jehová al máximo posible. Muchos han decidido permanecer solteros. Algunos matrimonios han elegido no tener hijos por ahora. Y numerosas familias llevan una vida sencilla. Todos ellos están contentos y confían en que Jehová les dará todo lo que realmente necesitan, y él no los defraudará. ¿Por qué estamos tan seguros? Porque en el pasado Dios cuidó de sus siervos. Por ejemplo, bendijo a Abrahán, “el padre de todos los que tienen fe” (Rom. 4:11).
2. a) Según Hebreos 11:8-10, 16, ¿por qué estuvo dispuesto Abrahán a irse de Ur? b) ¿Qué veremos en este artículo?
2 Abrahán estuvo dispuesto a dejar todas las comodidades que le ofrecía la ciudad de Ur. ¿Por qué? Porque esperaba “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos” (lea Hebreos 11:8-10, 16). ¿Qué es esa “ciudad”? ¿Qué dificultades enfrentó Abrahán mientras esperaba a que se construyera esa ciudad? Y ¿cómo podemos imitar a Abrahán y a quienes han seguido su ejemplo en nuestros días? En este artículo veremos las respuestas.
¿QUÉ ES “LA CIUDAD QUE TIENE FUNDAMENTOS VERDADEROS”?
3. ¿Qué es la ciudad que esperaba Abrahán?
3 La ciudad que Abrahán esperaba es el Reino de Dios, que está formado por Jesucristo y los 144.000 cristianos ungidos. Pablo llama a este Reino la “ciudad del Dios vivo —la Jerusalén celestial—” (Heb. 12:22; Apoc. 5:8-10; 14:1). Jesús enseñó a sus discípulos a pedir que viniera este Reino para que se hiciera la voluntad de Dios, “como en el cielo, también en la tierra” (Mat. 6:10).
4. De acuerdo con Génesis 17:1, 2, 6, ¿qué sabía Abrahán sobre la ciudad o Reino que había prometido Dios?
4 Abrahán no sabía con exactitud cómo estaría organizado el Reino de Dios. Por siglos, eso fue un “secreto sagrado” (Efes. 1:8-10; Col. 1:26, 27). Pero sí sabía que algunos de sus descendientes llegarían a ser reyes, pues Jehová se lo había prometido (Gén. 17:1, 2, 6). Tenía tanta fe en las promesas divinas que era como si pudiera ver al Ungido o Mesías que sería Rey del Reino de Dios. Por eso, Jesús les dijo a los judíos: “Abrahán, el padre de ustedes, se alegraba muchísimo pensando en que vería mi día, y lo vio y se alegró” (Juan 8:56). Está claro que Abrahán sabía que sus descendientes serían parte de un Reino fundado por Jehová y estaba dispuesto a esperar a que él cumpliera su promesa.
5. ¿Por qué sabemos que Abrahán esperaba la ciudad fundada por Dios?
5 ¿Cómo demostró Abrahán que esperaba la ciudad —o Reino— fundada por Dios? Primero, no se hizo ciudadano de ningún reino terrestre. Decidió no establecerse en ningún sitio ni darle su apoyo a un rey humano. Además, no intentó crear su propio reino. Más bien, siempre obedeció a Jehová y esperó a que cumpliera su promesa. Así demostró una fe extraordinaria en Dios. Veamos algunas dificultades que afrontó y lo que aprendemos de su ejemplo.
¿QUÉ DIFICULTADES AFRONTÓ ABRAHÁN?
6. ¿Cómo era la ciudad de Ur?
6 La ciudad que Abrahán dejó era relativamente segura, moderna y cómoda. Tenía una enorme muralla y un foso que la protegía por tres lados. La gente de Ur dominaba la escritura y la aritmética. Por lo visto, la ciudad era un centro de negocios, pues los arqueólogos han encontrado documentos comerciales. Las casas eran de ladrillo y sus paredes estaban enlucidas y blanqueadas. Algunas tenían 13 o 14 habitaciones alrededor de un patio empedrado.
7. ¿Por qué tenía que confiar Abrahán en que Jehová cuidaría de él y su familia?
7 Abrahán tenía que confiar en que Jehová cuidaría de él y su familia. ¿Por qué? Recordemos que él y su esposa, Sara, dejaron la seguridad y la comodidad de su casa en Ur para vivir en tiendas a campo abierto en Canaán. Ya no contaban con la protección de una muralla y fosos profundos. Ahora estaban indefensos ante el ataque de sus enemigos.
8. ¿Qué situaciones afrontó Abrahán en cierto momento?
8 Aunque Abrahán hizo la voluntad de Dios, en cierta ocasión no tuvo lo suficiente para alimentar a su familia. Tuvo que hacer frente a un hambre terrible que azotó la tierra adonde Jehová lo había enviado. La situación fue tan difícil que decidió llevar a su familia a Egipto por un tiempo. Pero, cuando estaba en Egipto, el gobernante del país, el faraón, le quitó a Sara. Podemos imaginar lo angustiado que estuvo Abrahán hasta que Jehová hizo que el faraón le devolviera a su esposa (Gén. 12:10-19).
9. ¿Con qué complicaciones familiares tuvo que lidiar Abrahán?
9 La familia de Abrahán pasó por momentos complicados. Su querida esposa, Sara, era estéril. Vivieron con esa amarga pena durante muchos años. Con el tiempo, ella le entregó a Abrahán a su sirvienta Agar como esposa. Así Sara y Abrahán podrían tener hijos por medio de Agar. Pero, cuando esta quedó embarazada de Ismael, empezó a despreciar a Sara. La situación se complicó tanto que Sara hizo que Agar huyera de su casa (Gén. 16:1-6).
10. ¿Qué situaciones relacionadas con Ismael e Isaac pusieron a prueba la confianza de Abrahán en Jehová?
10 Por fin, Sara quedó embarazada y le dio a su esposo un hijo, a quien él llamó Isaac. Abrahán quería a sus dos hijos, Ismael e Isaac. Pero, como Ismael no trató bien a Isaac, Abrahán tuvo que despedir a Ismael y Agar (Gén. 21:9-14). Años más tarde, Jehová le pidió a Abrahán que sacrificara a Isaac (Gén. 22:1, 2; Heb. 11:17-19). En ambas ocasiones, Abrahán tuvo que confiar en que Jehová cumpliría lo que le había prometido sobre sus hijos.
11. ¿Por qué tuvo Abrahán que esperar con paciencia a que Jehová actuara?
11 Durante todo este tiempo, Abrahán esperó con paciencia a que Jehová actuara. Probablemente tenía más de 70 años cuando él y su familia se fueron de Ur (Gén. 11:31-12:4). Y por unos cien años vivió en tiendas y viajó por la tierra de Canaán. Murió a los 175 años de edad (Gén. 25:7). Sin embargo, no vio cómo Jehová cumplió la promesa de darles a sus descendientes la tierra por donde él viajó. Tampoco llegó a ver establecida la ciudad que esperaba, el Reino de Dios. Aun así, la Biblia dice que murió “satisfecho tras una larga vida” (Gén. 25:8). Aunque sufrió muchos problemas, mantuvo una fe sólida y estuvo dispuesto a esperar a que Jehová actuara. ¿Por qué pudo aguantar? Porque a lo largo de su vida contó con la protección y la amistad de Jehová (Gén. 15:1; Is. 41:8; Sant. 2:22, 23).
12. a) ¿Qué estamos esperando los siervos de Dios? b) ¿Qué analizaremos ahora?
12 Igual que Abrahán, nosotros esperamos la ciudad que tiene fundamentos verdaderos. Claro, no esperamos a que esta se construya, pues el Reino de Dios se estableció en 1914 y ya tiene el control absoluto en el cielo (Apoc. 12:7-10). Pero sí estamos esperando a que empiece a gobernar toda la Tierra. Mientras llega ese momento, tendremos que pasar por situaciones parecidas a las de Abrahán y Sara. ¿Han podido seguir su ejemplo los siervos de Jehová de tiempos modernos? En La Atalaya han aparecido las biografías de muchos hermanos que han mostrado fe y paciencia como Abrahán y su esposa. Repasemos algunas de esas historias y veamos lo que podemos aprender.
SIGAMOS EL EJEMPLO DE ABRAHÁN
13. ¿Qué aprende usted de la historia del hermano Walden?
13 Estemos dispuestos a hacer sacrificios. Si queremos poner en primer lugar en nuestra vida la ciudad de Dios, es decir, el Reino, debemos ser como Abrahán y estar dispuestos a sacrificarnos para agradar a Dios (Mat. 6:33; Mar. 10:28-30). Veamos el ejemplo del hermano Bill Walden. * En 1942, cuando estaba a punto de convertirse en ingeniero estructural en Estados Unidos, empezó a estudiar con los testigos de Jehová. Uno de sus profesores le había conseguido un trabajo para cuando se graduara de la universidad, pero Bill lo rechazó. Explicó que había decidido no ejercer su prometedora carrera porque deseaba servir más a Dios. Poco después, el ejército lo llamó a filas. Con respeto se negó, y como resultado lo multaron con 10.000 dólares y lo sentenciaron a cinco años de cárcel. A los tres años, fue puesto en libertad. Con el tiempo, lo invitaron a asistir a la Escuela de Galaad y lo enviaron de misionero a África. Bill se casó con Eva y sirvieron juntos en África, donde tuvieron que hacer muchos sacrificios. Años después, tuvieron que regresar a Estados Unidos para cuidar a la madre de Bill. Pensando en lo que ha sido su vida, él dice: “Los ojos se me llenan de lágrimas cuando pienso en el honor de haber sido utilizado por Jehová durante más de setenta años. A menudo le doy las gracias por haberme permitido hacer de su servicio el centro de mi vida”. ¿Puede usted también convertir el servicio de tiempo completo en la carrera de su vida?
14, 15. ¿Qué le enseña la experiencia de los hermanos Apostolidis?
14 No esperemos una vida sin problemas. El ejemplo de Abrahán nos enseña que incluso los que le dedican su vida a Jehová tendrán dificultades (Sant. 1:2; 1 Ped. 5:9). Ese fue el caso de un hermano llamado Aristotelis Apostolidis. * Se bautizó en Grecia en 1946, y en 1952 se comprometió con Eleni, una hermana que tenía las mismas metas que él. Pero entonces Eleni se enfermó y los médicos le descubrieron un tumor cerebral. Se lo quitaron, pero a los pocos años de estar casados este reapareció. Volvieron a operarla, pero quedó parcialmente paralizada y con graves dificultades para hablar. Pese a su enfermedad y a que el gobierno perseguía a los Testigos en aquel entonces, Eleni siguió predicando con entusiasmo.
15 Aristotelis cuidó a su esposa durante treinta años. En todo ese tiempo, fue anciano, colaboró con comités de asambleas y ayudó a construir un Salón de Asambleas. Entonces, en 1987, Eleni tuvo un grave accidente mientras predicaba. Estuvo en coma tres años, y luego murió. Aristotelis resume sus vivencias y dice: “A lo largo de los años, las circunstancias agobiadoras, los problemas difíciles y los sucesos imprevistos han exigido que demuestre muchísima tenacidad y perseverancia. Con todo, Jehová siempre me ha suministrado la fuerza necesaria para superar esas dificultades” (Sal. 94:18, 19). Sin duda, Jehová ama profundamente a los que hacen todo lo posible por servirle a pesar de los problemas.
16. ¿Qué buen consejo le dio el hermano Knorr a su esposa?
16 Centrémonos en el futuro. Como Abrahán se centró en las recompensas que Jehová le daría en el futuro, logró soportar los problemas que se le presentaron. La hermana Audrey Hyde trató de mantener esa actitud positiva, aunque su primer esposo, Nathan Knorr, murió de cáncer, y su segundo esposo, Glenn Hyde, llegó a padecer la enfermedad de Alzheimer. * Ella cuenta que le fueron de mucha ayuda unas palabras que le dijo el hermano Knorr pocas semanas antes de fallecer. Le dijo: “Después de morir, nuestra esperanza está asegurada, y nunca más tendremos que sufrir dolor”. Luego, le dio este consejo: “Mira hacia adelante, al futuro, pues allí es donde está tu galardón”. Y añadió: “Mantente ocupada, procura usar tu vida haciendo algo por los demás. Eso te llenará”. Qué buen consejo es el de mantenernos ocupados haciendo cosas buenas por los demás y alegrarnos por la esperanza que tenemos (Rom. 12:12).
17. a) ¿Por qué tenemos buenas razones para centrarnos en el futuro? b) ¿Cómo nos ayudará a disfrutar de las bendiciones futuras hacer lo que dice Miqueas 7:7?
17 Hoy más que nunca, tenemos razones para centrarnos en el futuro. Los sucesos mundiales dejan claro que estamos en la parte final de los últimos días de este sistema. Pronto, ya no tendremos que esperar a que la ciudad que tiene fundamentos verdaderos empiece a gobernar toda la Tierra. Entre las muchas bendiciones que tendremos estará la de ver que nuestros seres amados vuelven a vivir. Entonces, Jehová recompensará a Abrahán por su fe y paciencia devolviéndoles la vida a él y a su familia aquí en la Tierra. ¿Estará usted allí para recibirlos? Podrá lograrlo si, como Abrahán, está dispuesto a sacrificarse por el Reino de Dios, mantiene la fe a pesar de los problemas y espera con paciencia a que Jehová actúe (lea Miqueas 7:7).
CANCIÓN 28 La nueva canción
^ La biografía del hermano Walden apareció en La Atalaya del 1 de diciembre de 2013, páginas 8 a 10.
^ Encontrará la biografía del hermano Apostolidis en La Atalaya del 1 de febrero de 2002, páginas 24 a 28.
^ La biografía de la hermana Hyde se publicó en La Atalaya del 1 de julio de 2004, páginas 23 a 29.
^ DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: Un matrimonio mayor sigue fiel a Jehová a pesar de los problemas. Mantienen su fe fuerte centrándose en lo que Jehová promete para el futuro.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)