Jehová dirige a su pueblo
“Jehová no podrá menos que guiarte constantemente” (IS. 58:11).
1, 2. a) ¿En qué se diferencian los que dirigen a los testigos de Jehová de los dirigentes de otras religiones? b) ¿Qué analizaremos en este artículo y en el siguiente?
“¿QUIÉN es su líder?”. Esta pregunta se nos hace con frecuencia a los testigos de Jehová. No debería sorprendernos, ya que muchas religiones tienen a alguien —un hombre o una mujer— al que consideran su líder o jefe. Pero nosotros somos diferentes. Nos sentimos orgullosos de responder que no seguimos a ningún humano imperfecto, que nuestro Líder es Cristo. Él a su vez sigue la guía de su Padre, Jehová (Mat. 23:10).
2 Es cierto que hay un grupo de hombres, “el esclavo fiel y discreto”, que supervisa la obra del pueblo de Dios en la actualidad (Mat. 24:45). A ellos los podemos ver, pero ¿cómo sabemos que en realidad es Jehová quien nos dirige mediante su Hijo, a quien no podemos ver? En este artículo y en el siguiente, analizaremos cómo Jehová, durante miles de años, ha encargado la supervisión de su pueblo a algunos hombres. Veremos tres pruebas de que él ha estado detrás de ellos, lo que demuestra que siempre ha sido el verdadero Líder de su pueblo (Is. 58:11).
RECIBIERON PODER DEL ESPÍRITU SANTO
3. ¿Qué hizo Jehová para que Moisés pudiera dirigir a su pueblo?
3 El espíritu santo les dio poder a los representantes de Dios. Piense en Moisés, a quien Dios escogió para que dirigiera a Israel. ¿Qué lo preparó para asumir una responsabilidad tan importante? Que Jehová “puso dentro de él Su propio espíritu santo” (lea Isaías 63:11-14). Dios siguió siendo el Líder de su pueblo, ya que fue él quien le dio poder a Moisés con su espíritu.
4. ¿Qué indicaba a los israelitas que Moisés tenía el espíritu de Dios? (Vea el dibujo del principio).
4 Pero, si el espíritu santo es una fuerza invisible, ¿cómo podían ver los israelitas que estaba actuando en Moisés? Gracias a este espíritu, Moisés hizo milagros y le reveló el nombre de Dios al faraón (Éx. 7:1-3). También adquirió bonitas cualidades que lo facultaban para dirigir a los israelitas, como el amor, la apacibilidad y la paciencia. Moisés era muy diferente de los gobernantes de otros pueblos, que eran duros y egocéntricos (Éx. 5:2, 6-9). No cabe duda, Jehová había elegido a Moisés para guiar a su pueblo.
5. ¿De qué maneras les dio poder Jehová a otros israelitas para que guiaran a su pueblo?
5 Más adelante, el espíritu santo les dio poder a otros hombres que Jehová nombró para dirigir a su pueblo. Por ejemplo, “Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría” (Deut. 34:9). El espíritu de Jehová también actuó en Gedeón (Juec. 6:34). Y la Biblia relata: “El espíritu de Jehová empezó a entrar en operación sobre David” (1 Sam. 16:13). Estos hombres confiaron en que el espíritu los ayudaría, y gracias a él realizaron hazañas que no habrían podido lograr con sus propias fuerzas (Jos. 11:16, 17; Juec. 7:7, 22; 1 Sam. 17:37, 50). Como resultado, Jehová recibió la alabanza que merecía por estos actos poderosos.
6. ¿Por qué quería Jehová que su pueblo respetara a los líderes que había nombrado?
6 ¿Cómo tendrían que haber reaccionado los israelitas ante la clara evidencia de que esos hombres contaban con el espíritu santo? Cuando se quejaron de que Moisés los dirigiera, Jehová preguntó: “¿Hasta cuándo me tratará sin respeto este pueblo [...]?” (Núm. 14:2, 11). Así es, fue Jehová quien escogió a Moisés, Josué, Gedeón y David para que lo representaran a él, el verdadero Líder. Al obedecer a estos hombres, en realidad estaban reconociendo que Jehová era su Gobernante.
RECIBIERON AYUDA DE LOS ÁNGELES
7. ¿Cómo ayudaron los ángeles a Moisés?
7 Los ángeles ayudaron a los representantes de Dios (lea Hebreos 1:7, 14). Jehová usó a ángeles para comisionar, preparar y guiar a Moisés. Lo envió “como gobernante y también como libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza” (Hech. 7:35). Transmitió “mediante ángeles” la Ley, que Moisés usó para instruir a los israelitas (Gál. 3:19). Y le dijo: “Conduce al pueblo al lugar del que te he hablado. ¡Mira! Mi ángel irá delante de ti” (Éx. 32:34). La Biblia no dice que los israelitas vieran a un ángel materializado hacer estas cosas. Sin embargo, la forma en que Moisés instruyó y guió al pueblo dejó claro que tenía ayuda sobrehumana.
8. ¿Cómo ayudaron los ángeles a Josué y a Ezequías?
8 El “príncipe del ejército de Jehová” fortaleció a Josué, el sucesor de Moisés, para que condujera a los israelitas a la victoria en una batalla contra los cananeos (Jos. 5:13-15; 6:2, 21). Tiempo después, el rey Ezequías se enfrentó a una intimidante fuerza militar asiria que amenazaba con invadir Jerusalén. En una sola noche, “el ángel de Jehová” mató a 100 soldados (2 Rey. 19:35).
9. ¿Servían como excusa los errores de los representantes de Dios para que los israelitas no siguieran sus instrucciones? Explique.
9 Desde luego, los ángeles son perfectos, pero los hombres a los que ayudaron, no. Una vez, Moisés cometió el error de no santificar a Jehová (Núm. 20:12). Josué no buscó la guía de Dios antes de celebrar un pacto con los gabaonitas (Jos. 9:14, 15). Y por un breve período de tiempo, el corazón de Ezequías “se hizo altivo” (2 Crón. 32:25, 26). Pero los israelitas debían seguir las instrucciones de estos hombres imperfectos, pues Jehová los apoyaba con sus poderosos ángeles. Era él quien dirigía a su pueblo.
LOS GUIÓ LA PALABRA DE DIOS
10. ¿Cómo guió a Moisés la Palabra de Dios?
10 La Palabra de Dios guió a sus representantes. La Biblia llama a la Ley que recibió Israel “la ley de Moisés” (1 Rey. 2:3). Pero también indica que fue Jehová quien dio esa Ley, así que el mismo Moisés debía obedecerla (2 Crón. 34:14). Cuando Dios le dijo cómo construir el tabernáculo, “Moisés procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Jehová. Hizo precisamente así” (Éx. 40:1-16).
11, 12. a) ¿Qué tenían que hacer Josué y los reyes que gobernaban al pueblo de Dios? b) ¿Qué efecto tuvo la Palabra de Dios en los líderes del pueblo?
11 Desde que Josué fue nombrado líder, tenía la Palabra de Dios por escrito. Se le dijo que debía leerla en voz baja “día y noche”, para obedecer cuidadosamente todo lo que estaba escrito en ella (Jos. 1:8). Los reyes de Israel tenían la obligación de hacer algo parecido: leer la Ley todos los días, hacer una copia de ella y obedecer todas sus palabras y normas (lea Deuteronomio 17:18-20).
12 ¿Qué efecto tuvo la Palabra de Dios en los que dirigían al pueblo? Veamos el caso del rey Josías. Cuando se encontró la Ley de Moisés, su secretario comenzó a leérsela. * ¿Cómo reaccionó el rey? “Inmediatamente rasgó sus prendas de vestir”. Pero no se quedó ahí. Siguiendo la guía de la Palabra de Dios, inició una campaña intensa contra la idolatría e hizo preparativos para celebrar la Pascua como nunca se había hecho antes (2 Rey. 22:11; 23:1-23). Como Josías y otros líderes fieles fueron guiados por las Escrituras, estuvieron dispuestos a cambiar y aclarar las instrucciones que le daban a la nación. Estos cambios hicieron que el pueblo de Dios de la antigüedad actuara en armonía con la voluntad de Jehová.
13. ¿Cuál era la diferencia entre los líderes del pueblo de Dios y los de las naciones paganas?
13 Los gobernantes de otras naciones se guiaban por la sabiduría humana y su visión limitada de las cosas. ¡Qué diferentes de los reyes fieles a Dios! Los dirigentes cananeos fomentaban que la gente hiciera cosas detestables, como el incesto, la homosexualidad, el bestialismo, el sacrificio de niños y la idolatría extrema (Lev. 18:6, 21-25). Además, los líderes de Babilonia y Egipto no tenían las normas de higiene que Jehová le dio a Israel y que, como ha demostrado la ciencia, eran saludables (Núm. 19:13). En cambio, el pueblo de Dios de la antigüedad podía ver que sus líderes fieles promovían la limpieza espiritual, moral y física. No cabe duda de que Jehová los guiaba.
14. ¿Por qué disciplinó Jehová a algunos de los líderes de su pueblo?
14 No todos los reyes del pueblo de Dios de la antigüedad siguieron las instrucciones divinas. Los que desobedecieron a Jehová se negaron a aceptar la guía de su espíritu, de los ángeles y de las Escrituras. En ocasiones, Jehová disciplinó o hasta reemplazó a aquellos líderes (1 Sam. 13:13, 14). A su debido tiempo, nombró a alguien que sería superior a todos los hombres que había usado hasta entonces.
JEHOVÁ NOMBRA UN LÍDER PERFECTO
15. a) ¿Qué dijeron los profetas sobre la venida de un líder perfecto? b) ¿Quién fue ese líder?
15 Durante siglos, Jehová profetizó que nombraría a un líder capacitado como ningún otro para dirigir a su pueblo. Moisés les dijo a los israelitas: “Un profeta de en medio de ti mismo, de tus hermanos, semejante a mí, es lo que Jehová tu Dios levantará para ti —a él ustedes deben escuchar—” (Deut. 18:15). Isaías predijo que este llegaría a ser un “caudillo [o líder] y comandante” (Is. 55:4). Y Jehová inspiró a Daniel para que escribiera sobre “Mesías el Caudillo” (Dan. 9:25). Finalmente, Jesucristo se llamó a sí mismo el Caudillo del pueblo de Dios (lea Mateo 23:10). Sus discípulos lo siguieron con gusto y reconocieron que Dios lo había elegido (Juan 6:68, 69). ¿Qué los convenció de que Jehová había nombrado a Jesucristo para dirigir a su pueblo?
16. ¿Qué pruebas demuestran que Jesús había recibido poder del espíritu santo?
16 El espíritu santo le dio poder a Jesús. Cuando Jesús se bautizó, Juan el Bautista “vio que los cielos se abrían, y que, como paloma, el espíritu descendía sobre él”. A continuación, el espíritu impulsó a Jesús a ir al desierto (Mar. 1:10-12). Durante el resto de su ministerio en la Tierra, el espíritu santo le dio poder para hacer milagros y hablar con autoridad (Hech. 10:38). También produjo un fruto perfecto en Jesús, que incluía amor, gozo y una fe inquebrantable (Juan 15:9; Heb. 12:2). Ningún otro líder pudo demostrar tan claramente que contaba con el espíritu de Dios. Jehová lo había elegido.
17. ¿Cómo ayudaron los ángeles a Jesús?
17 Los ángeles ayudaron a Jesús. Poco después de que Jesús se bautizara, “vinieron ángeles y se pusieron a ministrarle” (Mat. 4:11). Y unas horas antes de morir, “se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció” (Luc. 22:43). Jesús estaba seguro de que Jehová enviaría ángeles para ayudarlo cuando lo necesitara para cumplir con la voluntad divina (Mat. 26:53).
18, 19. ¿Cómo guió la Palabra de Dios la vida y enseñanza de Jesús?
18 La Palabra de Dios guió a Jesús. Desde el principio de su ministerio, Jesús se dejó guiar por las Escrituras (Mat. 4:4). Fue tan obediente a la Palabra de Dios que estuvo dispuesto a morir en un madero de tormento. Incluso en sus últimas palabras citó de profecías mesiánicas (Mat. 27:46; Luc. 23:46). Los líderes religiosos de ese tiempo eran muy diferentes. Despreciaban la Palabra de Dios cuando contradecía sus tradiciones. Hablando de ellos, Jesús citó lo que Jehová dijo mediante el profeta Isaías: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas” (Mat. 15:7-9). ¿Verdad que Jehová no pudo haber escogido a ninguno de estos hombres para que dirigiera a su pueblo?
19 Jesús dejó que la Palabra de Dios guiara tanto su conducta como su enseñanza. No recurrió a su profunda sabiduría ni a su experiencia sin igual al enfrentarse a controversias doctrinales. Más bien, se aferró a las Escrituras como máxima autoridad (Mat. 22:33-40). En vez de deslumbrar a los que lo escuchaban con historias sobre la vida en el cielo o la creación del universo, “les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras” (Luc. 24:32, 45). Jesús amaba la Palabra de Dios y deseaba mucho enseñarla a los demás.
20. a) ¿Cómo reconoció Jesús que Jehová es el auténtico Líder? b) ¿Qué diferencia entre Jesús y Herodes Agripa I indica a qué clase de persona escoge Jehová como líder?
20 Aunque Jesús impresionó a la gente con sus “palabras llenas de gracia”, le dio todo el mérito a su Maestro, Jehová (Luc. 4:22). Cuando un hombre rico trató de darle honra llamándolo “Buen Maestro”, respondió con modestia: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios” (Mar. 10:17, 18). Herodes Agripa I, quien fue rey o líder de Judea unos ocho años después, fue muy distinto. En un acto con varios diplomáticos, “se vistió de ropaje real”. La multitud de admiradores reunidos gritaron: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”. Sin duda, a Herodes le encantó recibir esas alabanzas. ¿Qué ocurrió entonces? “Al instante el ángel de Jehová lo hirió, porque no dio la gloria a Dios; y llegó a estar comido de gusanos, y expiró” (Hech. 12:21-23). Sin duda, ningún observador imparcial pensaría que Jehová lo había escogido como líder. Jesús, por el contrario, demostró de sobra que había sido nombrado por Dios, y siempre dio gloria a Jehová, el Gobernante Supremo de su pueblo.
21. ¿Qué analizaremos en el siguiente artículo?
21 Jehová no quería que Jesús fuera líder solo unos años. “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra”, dijo Jesús después de su resurrección. Y añadió: “¡Miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mat. 28:18-20). Pero ¿cómo guiaría al pueblo de Dios en la Tierra si él es un ser invisible en el cielo? ¿A quiénes usaría Jehová para trabajar bajo la dirección de Cristo y darle instrucciones al pueblo de Dios? ¿Cómo podrían reconocer los cristianos a los representantes de Jehová? El próximo artículo responderá estas preguntas.
^ párr. 12 Quizás se trataba del original escrito por Moisés.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)