ARTÍCULO DE ESTUDIO 42
CANCIÓN 42 Ayudemos a los débiles
Agradecidos de tener hombres que son “como regalos”
“Cuando él subió a lo alto, [...] dio hombres como regalos” (EFES. 4:8).
TEMA
Qué hacen por nosotros los siervos ministeriales, los ancianos y los superintendentes de circuito, y cómo podemos demostrar agradecimiento por la labor de estos hombres tan fieles.
1. ¿Cuáles son algunos de los regalos que nos ha hecho Jesús?
NINGÚN ser humano ha sido tan generoso como Jesús. Por ejemplo, cuando estaba en la Tierra, usó su poder para hacer milagros y así ayudar a muchas personas (Luc. 9:12-17). Y nos hizo el mayor regalo de todos al dar su vida por nosotros (Juan 15:13). Desde que resucitó, él ha continuado siendo muy generoso. Tal y como prometió, le ha pedido a Jehová que use su espíritu santo para enseñarnos y consolarnos (Juan 14:16, 17, nota; 16:13). Además, por medio de las reuniones de congregación, Jesús nos capacita para hacer discípulos por toda la Tierra (Mat. 28:18-20).
2. ¿Cuáles son algunos de los hombres que son como “regalos”? (Efesios 4:7, 8).
2 Pero esos no son los únicos regalos que nos ha hecho Jesús. El apóstol Pablo escribió que, cuando Jesús subió al cielo, “dio hombres como regalos” (lea Efesios 4:7, 8). Explicó que Jesús nos los dio para ayudar a la congregación de varias maneras (Efes. 1:22, 23; 4:11-13). En la actualidad, algunos de estos “regalos” son los siervos ministeriales, los ancianos de congregación y los superintendentes de circuito. a Claro está, estos hombres son imperfectos y cometen errores (Sant. 3:2). Pero son un valioso regalo que nuestro Señor Jesucristo utiliza para ayudarnos.
3. Explique con un ejemplo cómo podemos apoyar el trabajo que hacen estos hombres que Jesús nos ha dado como regalos.
3 Jesús nos dio a estos “hombres como regalos” para fortalecer a las congregaciones (Efes. 4:12). Ahora bien, todos nosotros podemos ayudarlos a cumplir con esta responsabilidad tan importante. Para entenderlo, pensemos en un grupo de personas que están construyendo un Salón del Reino. Algunas de ellas participan directamente en la obra, mientras que otras las apoyan proporcionando comida, transporte y otros servicios. De manera parecida, los siervos ministeriales, los ancianos de congregación y los superintendentes de circuito realizan ciertas labores, y todos nosotros podemos apoyarlos con lo que hacemos y decimos. Analicemos cómo nos beneficia el duro trabajo de estos hombres y hablemos de cómo podemos demostrarles a ellos y a Jesús que agradecemos contar con ellos.
LOS SIERVOS MINISTERIALES “PRESTAN SERVICIOS DE AYUDA”
4. ¿Cuáles eran algunos de los “servicios de ayuda” que prestaban los siervos ministeriales en el siglo primero?
4 En el siglo primero, a algunos hermanos se les nombraba siervos ministeriales (1 Tim. 3:8). Según parece, ellos eran los que prestaban los “servicios de ayuda” de los que habló Pablo en 1 Corintios 12:28. Por lo visto, atendían algunas labores necesarias para que los ancianos pudieran concentrarse en enseñar y pastorear. Por ejemplo, los siervos ministeriales tal vez ayudaban a hacer copias de las Escrituras o a comprar los materiales necesarios para hacer esas copias.
5. ¿Cuáles son algunas de las tareas que realizan los siervos ministeriales hoy día?
5 ¿Cuáles son algunas de las tareas que realizan los siervos ministeriales hoy día? (1 Ped. 4:10). Tal vez se encarguen de la contabilidad de la congregación, de los territorios, de solicitar publicaciones y hacérselas llegar a los publicadores, de manejar el equipo de audio y video, de servir de acomodadores o de ayudar en el mantenimiento del Salón del Reino. Todas estas cosas son necesarias para que la congregación funcione bien (1 Cor. 14:40). Por otro lado, a algunos siervos ministeriales se les asignan intervenciones en la reunión Vida y Ministerio y discursos públicos. También pueden ser nombrados auxiliares de un superintendente de grupo. Y a veces un anciano puede pedirle a un siervo ministerial que lo acompañe a una visita de pastoreo.
6. ¿Por qué apreciamos el trabajo de los siervos ministeriales?
6 ¿Por qué apreciamos el trabajo de los siervos ministeriales? Veamos lo que han dicho algunos hermanos. Una hermana de Bolivia que se llama Beberly b menciona: “Gracias a nuestros siervos ministeriales, puedo disfrutar por completo de las reuniones. Su trabajo me permite cantar, dar comentarios, escuchar los discursos y aprender de los videos y las imágenes. Ellos se encargan de la seguridad y de los hermanos que se conectan por videoconferencia. Al terminar la reunión, ayudan con la limpieza y con la contabilidad, y se aseguran de que tengamos las publicaciones que necesitamos. ¡Les estoy muy agradecida!”. Leslie vive en Colombia y es esposa de un anciano. Ella cuenta: “Los siervos ministeriales son de mucha ayuda para mi esposo. Si no fuera porque ellos atienden varias asignaciones, él estaría incluso más ocupado. Así que les estoy muy agradecida por su entusiasmo y su buena disposición”. Seguro que todos estamos igual de agradecidos (1 Tim. 3:13).
7. ¿Cómo podemos demostrar nuestro agradecimiento por los siervos ministeriales? (Vea también la imagen).
7 Tal vez sintamos agradecimiento por los siervos ministeriales, pero la Biblia nos dice: “Demuestren su agradecimiento” (Col. 3:15). Veamos cómo lo demuestra un anciano de Finlandia llamado Daavid: “Le envío una tarjeta o un mensaje en el que cito un texto y le menciono una manera específica en la que el siervo ministerial me ha animado o un motivo por el que le estoy agradecido por su trabajo”. Pascal y Jael, que viven en Nueva Caledonia, le hablan a Jehová de los siervos ministeriales en sus oraciones: “Últimamente le hemos dado muchas gracias a Jehová por los siervos ministeriales de nuestra congregación y le hemos rogado que esté con ellos y los ayude”. Jehová escucha esas oraciones y toda la congregación se beneficia (2 Cor. 1:11).
LOS ANCIANOS DE CONGREGACIÓN “TRABAJAN DURO”
8. ¿Por qué pudo Pablo decir que los ancianos del siglo primero trabajaban duro? (1 Tesalonicenses 5:12, 13).
8 En el siglo primero, los ancianos hacían un trabajo muy duro (lea 1 Tesalonicenses 5:12, 13; 1 Tim. 5:17). Ellos dirigían a las congregaciones, lo que incluía encargarse de las reuniones y tomar decisiones como cuerpo de ancianos. Además, aconsejaban a los hermanos y hermanas de manera específica pero amorosa a fin de proteger a las congregaciones (1 Tes. 2:11, 12; 2 Tim. 4:2). Y, por supuesto, también se esforzaban por mantenerse espiritualmente fuertes y cuidar bien de sus familias (1 Tim. 3:2, 4; Tito 1:6-9).
9. ¿Cuáles son algunas de las responsabilidades que atienden hoy día los ancianos?
9 Hoy día, los ancianos también son hombres muy ocupados. Por un lado, son evangelizadores (2 Tim. 4:5). Dan un buen ejemplo en el ministerio, organizan la predicación en el territorio local y nos enseñan a predicar y enseñar bien. Por otro lado, son jueces imparciales y misericordiosos. Cuando alguien comete un pecado grave, se esfuerzan por ayudarlo a recuperar su amistad con Jehová. Pero al mismo tiempo se aseguran de mantener limpia la congregación (1 Cor. 5:12, 13; Gál. 6:1). Sobre todo, los ancianos son pastores (1 Ped. 5:1-3). Presentan discursos bíblicos bien preparados, procuran conocer a todos los hermanos de la congregación y hacen visitas de pastoreo. Además, algunos ancianos colaboran en la construcción y el mantenimiento de Salones del Reino, en la organización de asambleas regionales, en los Comités de Enlace con los Hospitales, en los Grupos de Visita a Pacientes y en otras responsabilidades. ¡Cuántas cosas hacen por nosotros!
10. ¿Cuáles son algunas de las razones por las que queremos a nuestros ancianos?
10 Jehová predijo que los pastores cuidarían muy bien del rebaño y dijo que las ovejas “no tendrán miedo ni terror” (Jer. 23:4). Eso se cumplió en el caso de una hermana de Finlandia llamada Johanna cuando su mamá se puso muy enferma. Ella cuenta: “Me cuesta mucho abrirme a los demás. Pero un anciano al que no conocía muy bien me escuchó con paciencia, oró conmigo y me aseguró que Jehová me amaba. No me acuerdo muy bien de lo que me dijo, pero sí recuerdo que me sentí segura. Creo que Jehová lo envió para ayudarme cuando más lo necesitaba”. ¿Y a usted? ¿Cómo lo han ayudado los ancianos de su congregación?
11. ¿Cómo podemos demostrarles a los ancianos que agradecemos su trabajo? (Vea también la imagen).
11 Jehová quiere que les mostremos a los ancianos el cariño que les tenemos “por el trabajo que hacen” (1 Tes. 5:12, 13). Henrietta, que también vive en Finlandia, explica: “Los ancianos ayudan con gusto a los demás, pero eso no significa que tengan tiempo y energías de sobra o que no tengan sus propios problemas. Por eso a veces me acerco a alguno y le digo: ‘¿Sabes qué? Solo quiero que sepas que eres muy buen anciano’”. Una hermana de Turquía llamada Sera dice: “Los ancianos necesitan ‘combustible’ para seguir funcionando. Así que les escribo tarjetitas, los invito a comer o predico con ellos”. ¿Se le viene a la mente algún anciano al que le esté especialmente agradecido? ¿Podría buscar maneras de demostrárselo? (1 Cor. 16:18).
LOS SUPERINTENDENTES DE CIRCUITO FORTALECEN A LAS CONGREGACIONES
12. ¿Qué otro regalo les hizo Jesús a las congregaciones para fortalecerlas? (1 Tesalonicenses 2:7, 8).
12 Hay otro regalo que Jesús les dio a las congregaciones. En el siglo primero, bajo su dirección, los ancianos de Jerusalén enviaron a Pablo, Bernabé y otros cristianos como superintendentes viajantes (Hech. 11:22). ¿Para qué? Para hacer lo mismo que los siervos ministeriales y los ancianos: fortalecer a las congregaciones (Hech. 15:40, 41). Aquellos hombres hicieron muchos sacrificios e incluso arriesgaron sus vidas para enseñar y animar a otros (lea 1 Tesalonicenses 2:7, 8).
13. ¿Cuáles son algunas de las responsabilidades de los superintendentes de circuito?
13 Los superintendentes de circuito siempre están viajando. Algunos recorren cientos de kilómetros para llegar de una congregación a otra. Todas las semanas presentan varios discursos, hacen visitas de pastoreo y dirigen la reunión con los precursores, la reunión con los ancianos y las reuniones para el ministerio del campo. También preparan los discursos y organizan las asambleas de circuito y regionales. Además, se encargan de las escuelas de precursores, organizan la reunión especial con los precursores de su circuito y atienden otros asuntos importantes —a veces urgentes— que les asigna la sucursal.
14. ¿Cuáles son algunas de las razones por las que apreciamos la labor de los superintendentes de circuito?
14 ¿Cómo se benefician las congregaciones de la buena labor de los superintendentes viajantes? Un hermano de Turquía dice: “Todas sus visitas me motivan a pasar más tiempo con mis hermanos y ayudarlos. He conocido a muchos superintendentes de circuito, pero ninguno me dio jamás la impresión de que estaba demasiado ocupado o de que no quería hablar conmigo”. Johanna, mencionada en el párrafo 10, salió a predicar con un superintendente de circuito, pero no encontraron a nadie en casa. Ella explica: “A pesar de todo, siempre recordaré ese día. Mis dos hermanas se acababan de mudar y las extrañaba muchísimo. El superintendente de circuito me animó con cariño y me ayudó a ver que ahora las distancias son temporales, pero que en el nuevo mundo tendremos infinidad de oportunidades de pasar tiempo juntos”. Sin duda, los superintendentes de circuito se han ganado el corazón de muchos hermanos a los que visitan (Hech. 20:37-21:1).
15. a) ¿Cómo podemos aplicar lo que dice 3 Juan 5-8 y demostrar que valoramos a los superintendentes de circuito? (Vea también la imagen). b) ¿Por qué debemos tener presentes a las esposas de los hermanos nombrados, y cómo podemos hacerlo? (Vea el recuadro “ Tengamos presentes a sus esposas”).
15 El apóstol Juan animó a Gayo a ser hospitalario con los hermanos que iban a visitar las congregaciones y le pidió: “Ayúdalos con lo que necesiten para su viaje y hazlo de una manera que agrade a Dios” (lea 3 Juan 5-8). ¿Cómo podemos nosotros hacer lo mismo? Invitando al superintendente de circuito a comer y apoyando los planes para la predicación que se hacen durante la semana de la visita. Veamos qué hace Leslie, mencionada en el párrafo 6, para demostrar su gratitud. Ella dice: “Le pido a Jehová que les dé lo que necesitan. Mi esposo y yo también les escribimos cartas en las que les contamos lo mucho que nos han animado sus visitas”. No olvidemos que los superintendentes de circuito no son superhombres. A veces se enferman, se enfrentan a preocupaciones y hasta se desaniman. Usted puede ser la respuesta a sus oraciones si les dice unas palabras amables o les hace un pequeño regalo (Prov. 12:25).
NECESITAMOS MÁS HOMBRES QUE SEAN “COMO REGALOS”
16. ¿Qué es bueno que se pregunten los hermanos? (Proverbios 3:27).
16 Por todo el mundo, las congregaciones necesitan más hermanos que sean “hombres como regalos”. Si usted está bautizado, ¿está a su alcance serlo? (lea Proverbios 3:27). ¿Se está esforzando por llegar a ser siervo ministerial? Y, si ya lo es, ¿se ha puesto la meta de ser anciano? c ¿Puede hacer cambios en su vida para solicitar ir a la Escuela para Evangelizadores del Reino? Gracias a esa escuela, Jesús podría usarlo más plenamente. Si le parece que esas cosas están fuera de su alcance, hable con Jehová. Pídale que lo ayude con su espíritu santo a atender bien cualquier responsabilidad que le asignen (Luc. 11:13; Hech. 20:28).
17. ¿Qué demuestra el duro trabajo de los hombres que Jesús ha dado como regalos?
17 El duro trabajo de los hombres que Jesús ha dado “como regalos” demuestra que él ha estado guiándonos durante estos últimos días (Mat. 28:20). Nuestro Rey nos quiere mucho, es muy generoso, está muy al tanto de nuestras necesidades y nos da a hermanos que nos ayudan. ¿Verdad que estamos muy agradecidos? Pues busquemos oportunidades de demostrarlo. Y nunca olvidemos darle gracias a Jehová, pues es él quien nos da “todos los regalos buenos y todos los dones perfectos” (Sant. 1:17).
CANCIÓN 31 Somos testigos de Jehová
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)