ARTÍCULO NI IZEDNU 48
CANCIONY 97 Nuestra vida depende de la Palabra de Dios
Ni rzednu xhte milágr xhte de guechtily
«Nareniy guechtily ni rguaad guelnabány. Ne elquɨ ni gueed cun nare quɨt chúuti dxi ildiaanbɨ» (JUAN 6:35 Xtiidx Dios Cun Ditsa).
TEMA
Qué lecciones extraemos del relato del capítulo 6 de Juan, cuando Jesús multiplicó los panes y los peces para alimentar a una gran multitud.
1. ¿Xhi zeló guechtily par de bniety ni gubáin auyak?
EL PAN era un alimento básico en tiempos bíblicos (Gén. 14:18; Luc. 4:4). Era tan importante que la Biblia a veces lo usa para referirse a la comida en general (Mat. 6:11; Hech. 20:7, nota de estudio). El pan fue también un elemento central de dos milagros de Jesús muy conocidos (Mat. 16:9, 10). Examinemos uno de esos relatos, que se encuentra en el capítulo 6 de Juan, y veamos qué lecciones podemos extraer para nuestros días.
2. ¿Guk bkin zienduuxh de bniety chuʼ ni ikindeb?
2 Los apóstoles habían terminado una gira de predicación. Jesús cruzó con ellos el mar de Galilea en barca y los llevó a un lugar retirado cerca de la ciudad de Betsaida para que pudieran descansar (Mar. 6:7, 30-32; Luc. 9:10). Pero enseguida se vieron rodeados por miles de personas que vinieron a ver a Jesús. Y él no las ignoró. Bondadosamente, dedicó tiempo a hablarles del Reino y a curar a los enfermos. Como se estaba haciendo tarde, los discípulos se preguntaban cómo haría toda esa gente para conseguir algo de comer. Algunos quizás llevaban unas pocas provisiones, pero la mayoría tendría que ir a las aldeas y comprar comida (Mat. 14:15; Juan 6:4, 5). ¿Qué haría Jesús?
KUN MILÁGR NI BEINNI BDEDNI NI BKINDEB
3. ¿Xhi bein Jesús chi bguieni ni rkin de bniety? (Iguezabiú lo dibúj ni zed rut rzuló revíst reʼ).
3 Jesús les dijo a sus apóstoles: “No hace falta que se vayan. Denles de comer ustedes” (Mat. 14:16). Esto era un gran problema porque había unos 5.000 hombres, y, si se añaden las mujeres y los niños, pueden haber sido unas 15.000 personas (Mat. 14:21). Andrés dijo: “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescaditos. Pero ¿qué es eso para tanta gente?” (Juan 6:9). El pan de cebada era común y barato, y los pescaditos quizás fueran secos y salados. En cualquier caso, esa cantidad no alcanzaría para alimentar a tanta gente.
4. ¿Xhi rzednu lo ni rní Juan 6:11-13? (Iguiezabiú lo de dibúj).
4 Como Jesús quería ser hospitalario, le pidió a la gente que se sentara por grupos en la hierba (Mar. 6:39, 40; lea Juan 6:11-13). La Biblia dice que Jesús le dio gracias a su Padre por el pan y los pescaditos. Fue muy apropiado que lo hiciera, porque en realidad fue Dios el que proporcionó la comida. Esto nos recuerda que debemos seguir el ejemplo de Jesús y orar antes de comer, sea que estemos solos o acompañados. Después, Jesús hizo que se distribuyera la comida, y la multitud comió hasta quedar satisfecha. Aun así, sobró comida y Jesús no quería que se desperdiciara. Por eso mandó que se recogiera, posiblemente para usarla más tarde. De este modo, Jesús nos enseñó a aprovechar bien nuestros recursos. Los padres pueden repasar este relato con sus hijos para enseñarles a orar y a ser hospitalarios y generosos.
5. ¿Xha bein de bniety chi bguiedeb de milágr ni bein Jesús dxi ki, per xhi bein Jesús?
5 La gente estaba impresionada por la forma de enseñar de Jesús y sus milagros. Sabían que Moisés había prometido que Dios nombraría un profeta especial, así que es posible que se preguntaran si sería Jesús (Deut. 18:15-18). En ese caso, tal vez creyeran que Jesús sería un gobernante magnífico, capaz de alimentar a toda la nación. Eso explica que estuvieran a punto de “llevárselo a la fuerza y hacerlo rey” (Juan 6:14, 15). Si Jesús lo hubiera permitido, habría estado participando en los asuntos políticos de los judíos, que estaban bajo el dominio romano. Pero no lo hizo. El relato dice que Jesús, sin dudarlo, “se retiró [...] a la montaña”. A pesar de que lo presionaron, no se metió en política. ¡Qué gran lección para nosotros!
6. ¿Xha cheleʼ guynnu zik bein Jesús? (Iguiezabiú lo dibúj).
6 Por supuesto, nadie va a pedirnos que multipliquemos panes o curemos enfermedades milagrosamente. Tampoco tratarán de hacernos reyes ni gobernantes. Pero es posible que nos presionen para que participemos en asuntos políticos votando por alguien o apoyando de alguna manera a quien ellos creen que podrá mejorar la situación. Sin embargo, Jesús dejó un ejemplo muy claro. Se negó a intervenir en temas políticos. Y más tarde dijo: “Mi Reino no es parte de este mundo” (Juan 17:14; 18:36). Los cristianos hacemos bien en copiar la forma de pensar y actuar de Jesús. Nosotros apoyamos lealmente el Reino de Dios, damos testimonio acerca de él y oramos para que venga (Mat. 6:10). Veamos qué más podemos aprender del milagro de Jesús de multiplicar los panes.
«NI ZELÓ MILÁGR XHTE DE GUECHTILY»
7. ¿Xhi stuby milágr bein Jesús, ne xhi bein de apóstoles? (Juan 6:16-20).
7 Después de alimentar a la multitud, Jesús les dijo a sus apóstoles que regresaran a Capernaúm en barca y se retiró a la montaña para evitar que lo hicieran rey (lea Juan 6:16-20). Durante el viaje en la barca, se desató una tormenta con fuertes vientos y olas. Entonces, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua y le dijo al apóstol Pedro que también lo hiciera (Mat. 14:22-31). Cuando Jesús se subió a la barca, el viento se calmó. Llenos de asombro, los discípulos dijeron: “Tú realmente eres el Hijo de Dios” (Mat. 14:33). a Aun así, todavía no veían la relación entre este milagro y lo que había pasado antes con la multitud. Marcos añade el detalle de que el asombro de los apóstoles fue enorme, porque “no habían captado el significado del milagro de los panes, y su corazón seguía cerrado, incapaz de entender” (Mar. 6:50-52). En efecto, no alcanzaban a entender todo el poder que Jehová le había dado a Jesús para hacer milagros. Poco después, Jesús volvería a hablar del milagro de los panes, y así nos enseñaría otra importante lección.
8, 9. ¿Xhi ní zienduuxh de bniety bdily la Jesús? (Juan 6:26, 27).
8 Lo que más le interesaba a la multitud a la que Jesús alimentó era satisfacer sus deseos y necesidades físicas. Es cierto que, al día siguiente, cuando vieron que Jesús y sus apóstoles se habían ido, ellos se subieron a otras barcas que venían de Tiberíades y se fueron en dirección a Capernaúm para buscar a Jesús (Juan 6:22-24). Pero ¿lo hicieron principalmente para escucharle hablar más acerca del Reino? Está claro que no. Su principal interés era satisfacer su necesidad de pan. ¿Cómo lo sabemos?
9 Fijémonos en lo que pasó cuando la multitud se encontró con Jesús cerca de Capernaúm. Jesús les dijo claramente que la prioridad de ellos era satisfacer sus necesidades físicas. Indicó que ellos “comieron de los panes hasta quedar satisfechos” con “alimento que se echa a perder”. Y los animó más bien a trabajar por “el alimento que dura y lleva a vida eterna” (lea Juan 6:26, 27). También les dijo que sería su Padre quien les daría ese alimento. La idea de que un alimento pudiera llevar a vida eterna tiene que haberles resultado sorprendente. Pero ¿qué alimento sería ese y cómo podrían conseguirlo?
10. ¿Xhi na par niuyni de bniety par gapdeb galnabáin ni kɨt ilduuxh?
10 Parece que aquellos judíos creían que tenían que realizar algún tipo de obras para recibir ese alimento. Puede ser que estuvieran pensando en las “obras” de la Ley mosaica. Sin embargo, Jesús les dijo: “Esta es la obra de Dios: que demuestren fe en el que él envió” (Juan 6:28, 29). Para tener “vida eterna”, es necesario demostrar fe en el representante de Dios. De hecho, Jesús ya había hablado de eso anteriormente (Juan 3:16-18, 36). Y más adelante volvería a hablar de lo que debemos hacer para tener vida eterna (Juan 17:3).
11. ¿Xha bliuʼ de judios dek soltiz beindeb xhgab chuʼ ni ikindeb? (Salmo 78:24, 25).
11 Esos judíos no aceptaron lo que Jesús les enseñó acerca de esa nueva “obra de Dios”. Por eso le preguntaron: “¿Y qué milagro vas a hacer para que lo veamos y te creamos?” (Juan 6:30). Entonces le mencionaron que sus antepasados de los días de Moisés habían recibido el maná, que podía compararse a pan (Neh. 9:15; lea Salmo 78:24, 25). Está claro que seguían pensando en satisfacerse con pan literal. De ahí que no le pidieran explicaciones a Jesús cuando justo después les habló del “verdadero pan del cielo”, que era como maná del cielo que da vida (Juan 6:32). Estaban tan centrados en sus necesidades físicas que pasaron por alto las verdades espirituales que Jesús estaba tratando de enseñarles. ¿Qué podemos aprender nosotros de este relato?
NI MASRUʼ SAK PAR DUNÚN
12. ¿Xha bliuʼ Jesús xhi ná ni masruʼ sak?
12 Una lección importante que encontramos en el capítulo 6 de Juan es esta: nuestro principal interés deben ser las necesidades espirituales. Ya Jesús había resaltado este punto cuando rechazó una de las tentaciones de Satanás (Mat. 4:3, 4). Y en el Sermón del Monte también había destacado que debemos reconocer nuestras necesidades espirituales (Mat. 5:3). Por eso, preguntémonos: “¿Demuestra mi manera de vivir que me intereso más por mis necesidades espirituales que por mis deseos físicos?”.
13. a) ¿Xhi ní kɨt nati mal ikitlaaznu chi nuʼ ni ikinnu? b) ¿Xhi de didx ni bní apóstol Pablo kɨtpak nati par yalaaznu? (1 Corintios 10:6, 7, 11).
13 Claro, no está mal que le pidamos a Dios las cosas que necesitamos y que luego disfrutemos de ellas (Luc. 11:3). La Biblia dice que el duro trabajo que nos permite comer y beber nos produce alegría y “viene de la mano del Dios verdadero” (Ecl. 2:24; 8:15; Sant. 1:17). Aun así, tenemos que mantener las necesidades materiales en su debido lugar. Eso es lo que les recordó el apóstol Pablo a los cristianos que vivían cerca del fin de los sistemas judíos. Les escribió acerca de sucesos de la historia de Israel, como los que tuvieron lugar cerca del monte Sinaí. Y les advirtió que no desearan “cosas perjudiciales”, como habían hecho los israelitas (lea 1 Corintios 10:6, 7, 11). Ellos dejaron que sus ganas de comer convirtieran las provisiones milagrosas de Jehová en “cosas perjudiciales” (Núm. 11:4-6, 31-34). Y lo mismo hicieron cuando se pusieron a comer, beber y pasar un buen rato mientras adoraban al becerro de oro (Éx. 32:4-6). Pablo citó este caso como advertencia para los cristianos que vivían antes del fin de los sistemas judíos, que tendría lugar en el año 70 de nuestra era. Hoy nosotros también vivimos muy cerca del fin de un sistema, y por eso hacemos bien en tomar muy en serio el consejo de Pablo.
14. ¿Xhi rní Biblia lá zuʼ ni ikinnu lo guixliú kuby?
14 Cuando Jesús nos enseñó a pedirle a Dios “nuestro pan para este día”, también habló del tiempo en que su voluntad se hará “como en el cielo, también en la tierra” (Mat. 6:9-11). ¿Cómo se imagina ese tiempo? La Biblia indica que la voluntad de Dios incluye que haya buenos alimentos en la Tierra. En Isaías 25:6-8 se promete que bajo el Reino de Jehová habrá muchísima comida de calidad. Y en Salmo 72:16 se predice que “en la tierra habrá grano en abundancia, extraordinaria abundancia en las cumbres de las montañas”. ¿Se imagina usando ese grano para preparar su pan favorito o para probar alguna nueva receta? ¿Y se ve disfrutando del fruto de las viñas que haya plantado? (Is. 65:21, 22). Además, no será el único que disfrute de estas bendiciones.
15. ¿Xhi na par ized de bniety ni ibiʼ ibanni? (Juan 6:35).
15 (Lea Juan 6:35). ¿Qué les espera a las personas que comieron del pan y de los pescados que Jesús multiplicó milagrosamente? Cuando llegue la resurrección, tal vez conozcamos a algunas de ellas. Es posible que resuciten aunque en el pasado no demostraran fe (Juan 5:28, 29). Tendrán que aprender lo que significan estas palabras de Jesús: “Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí nunca más tendrá hambre”. Deberán poner su fe en el sacrificio redentor de Jesús, es decir, fe en que él dio su vida por ellas. En ese tiempo habrá un programa de educación espiritual para todos los que resuciten y cualquier niño que nazca en el nuevo mundo. ¡Qué felices seremos al participar en ese programa de enseñanza! Nos producirá mucha más satisfacción que comer pan. Sin duda, lo más importante será lo espiritual.
16. ¿Xhi izednu lo artículo ni zedial?
16 Hasta ahora solo hemos analizado una parte del capítulo 6 de Juan. Pero Jesús tenía mucho más que decir sobre la “vida eterna”. Era un tema de gran interés para los judíos y también lo es para nosotros. En el siguiente artículo seguiremos analizando el capítulo 6 de Juan.
CANCIONY 20 Enviaste a Jesús, tu Hijo amado
a Si desea más información sobre este emocionante relato, vea los libros Jesús: el camino, la verdad y la vida, página 131, y Ejemplos de fe, página 185.