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ARTÍCULO KSEEDIRHA 16

«Bene’ zanlo weyeyasayebanhe»

«Bene’ zanlo weyeyasayebanhe»

«Jesús gochhie [Marta]: «Bene’zanlo weyeyasayebanhe»» (JUAN 11:23).

WUÍLA 151 Jehová los llamará

AVANCE a

1. Nonáka’ bslue’ to bindo’ yelarheajeye ki yelarheyasarheban.

 UN JOVENCITO llamado Matthew tiene una enfermedad grave, y lo han tenido que operar muchas veces. Cuando tenía siete años, ocurrió algo conmovedor. Un día, él y su familia estaban viendo el programa mensual de JW Broadcasting®. Hacia el final del programa, vieron un video musical en el que aparecen hermanos recibiendo a sus seres queridos en la resurrección. b Cuando terminó, Matthew se acercó a sus papás, los tomó de las manos y les dijo: “Mamá y papá, ¿vieron que si muero voy a resucitar? Pueden esperarme. Todo va a salir bien”. ¿Se imagina cómo se sintieron esos padres al ver la fe de su hijito? Para Matthew la esperanza de la resurrección es algo muy real.

2, 3. Bixhkiá nakaga chhia’ yopixhajlachhirha ki yelarbezalachhina’ naparha ki yelarheyasarheban.

2 Cada cierto tiempo, es bueno que meditemos en la promesa de la resurrección (Juan 5:28, 29). ¿Por qué? Porque no sabemos qué podría pasar el día de mañana. Podríamos enfermarnos gravemente o podría morir un ser querido de manera inesperada (Ecl. 9:11; Sant. 4:13, 14). La esperanza de la resurrección puede ayudarnos a aguantar esas pruebas (1 Tes. 4:13). Las Escrituras nos aseguran que nuestro Padre celestial nos conoce muy bien y nos quiere mucho (Luc. 12:7). De hecho, tiene que conocernos muy bien para poder crearnos de nuevo con nuestra misma personalidad y todos nuestros recuerdos. Y nos quiere tanto que nos da la oportunidad de vivir para siempre. Hasta nos resucitará si morimos.

3 En este artículo analizaremos por qué podemos confiar en la promesa de la resurrección. También nos fortalecerá la fe examinar el relato bíblico que contiene las palabras del texto temático: “Tu hermano se levantará” (Juan 11:23). Por último, veremos qué podemos hacer para que la esperanza de la resurrección sea más real para nosotros.

BIXHKIÁ WAKA KXHENLACHHIRHA WATA’ YELARHEYASARHEBAN

4. Kuenda’ sekie bí’ kxhenlachhirha nobí rhala tzeajerhaye. Bzoa to ejemplo.

4 Para confiar en una promesa, tenemos que estar convencidos de que quien la hace tiene tanto el deseo de cumplirla como el poder, o la capacidad, para hacerlo. Pensemos en un ejemplo. Nuestra casa sufrió graves daños debido a una tormenta, y un amigo nos promete: “Te voy a ayudar a reconstruir tu casa”. Sabemos que es sincero y que tiene el deseo de ayudarnos. Además, sabemos que tiene la capacidad de ayudarnos porque es un buen constructor y tiene las herramientas que se necesitan. De modo que confiamos en su palabra. ¿Qué podemos decir de la promesa de la resurrección? ¿Realmente tiene Dios el deseo de cumplirla y el poder para hacerlo?

5, 6. Nobixhkiá rxhenlachhigarha Jeobá rzelachhie yochisayospanhe bene’ chi gotike.

5 ¿Tiene Jehová el deseo de resucitar a los muertos? Por supuesto que sí. Él inspiró a varios escritores de la Biblia para que mencionaran la promesa de la resurrección (Is. 26:19; Os. 13:14; Apoc. 20:11-13). Y, cuando Jehová promete algo, lo cumple (Jos. 23:14). De hecho, Jehová ansía devolverles la vida a los muertos. ¿Por qué lo decimos?

6 Pensemos en lo que dijo el patriarca Job. Él estaba seguro de que, si moría, Jehová anhelaría volverlo a ver (Job 14:14, 15, nota). Jehová siente lo mismo por todos sus siervos que han muerto. Tiene muchas ganas de resucitarlos y de que tengan salud y una vida feliz. ¿Y qué siente Jehová por todas las personas que han muerto sin la oportunidad de aprender la verdad sobre él? Nuestro Padre amoroso quiere devolverles la vida también (Hech. 24:15). Desea que tengan la oportunidad de convertirse en sus amigos y de vivir para siempre en la Tierra (Juan 3:16). Está claro que Jehová desea resucitar a los muertos.

7, 8. Nobixhkiá rxhenlachhigarha Jeobá nape yelarzekie na’ yochisayospanhe bene’ chi gotike.

7 ¿Tiene Jehová también el poder para resucitar a los muertos? Claro que sí. Él es “el Todopoderoso” (Apoc. 1:8). Puede derrotar a cualquier enemigo, incluso a la muerte (1 Cor. 15:26). Saber esto nos fortalece y nos consuela. Veamos la experiencia de la hermana Emma Arnold. Ella y su familia se enfrentaron a pruebas muy duras durante la Segunda Guerra Mundial. Para consolar a su hija por la muerte de varios seres queridos en los campos de concentración nazis, le dijo: “Si la muerte mantuviera a la humanidad atada a perpetuidad, sería más fuerte que Dios, ¿verdad?”. Así es, no hay nada ni nadie más fuerte que Jehová. Él creó la vida, así que tiene el poder para devolverles la vida a quienes han muerto.

8 Otra razón por la que sabemos que Dios es capaz de resucitar a los muertos es que él tiene una memoria infinita. La Biblia dice que él llama a todas las estrellas por su nombre (Is. 40:26). Jehová se acuerda de todas las personas que han muerto (Job 14:13; Luc. 20:37, 38). Puede recordar hasta el más mínimo detalle de quienes resucitará, como su código genético, sus vivencias y sus recuerdos.

9. Bixhkiá rxhenlachhilho wata’ yelarheyasarheban.

9 Como hemos visto, podemos confiar en la promesa de la resurrección porque sabemos que Jehová tiene tanto el deseo de cumplirla como el poder para hacerlo. Otra razón por la que sabemos que él cumplirá esta promesa es que ya ha resucitado a algunas personas. En tiempos bíblicos, Jehová les dio a algunos hombres, entre ellos Jesucristo, el poder para resucitar muertos. Veamos el relato de una de las resurrecciones que Jesús llevó a cabo. Se encuentra en el capítulo 11 de Juan.

GOTI TO AMIGO KI JESÚS

10. Nobí goka kati’ Jesús zee gagozi ki Betania, na’ nobí btobilachhie gonhe. (Juan 11:​1-3).

10 (Lea Juan 11:1-3). Jesús tiene unos amigos que viven en Betania: Lázaro y sus dos hermanas, María y Marta (Luc. 10:38-42). Hacia finales del año 32, Lázaro se enferma. Sus hermanas se preocupan mucho y le envían un mensaje a Jesús, que está al otro lado del Jordán, a dos días de distancia (Juan 10:40). Lamentablemente, Lázaro muere más o menos cuando Jesús recibe el mensaje. Aunque Jesús sabe que su amigo acaba de morir, decide quedarse donde está dos días más antes de ir a Betania. Así que, cuando llega, Lázaro ya lleva cuatro días muerto. La intención de Jesús es hacer algo que beneficiará a sus amigos y le dará gloria a Dios (Juan 11:4, 6, 11, 17).

11. Nobí ryedierha ki yelanakua chhia’ ki tan rtzalajni.

11 ¿Qué lección sobre la amistad podemos aprender de este relato? Cuando María y Marta le enviaron el mensaje a Jesús, no le pidieron que fuera a Betania. Simplemente le dijeron que su querido amigo estaba enfermo (Juan 11:3). Cuando Lázaro murió, Jesús podía haberlo resucitado desde la distancia. Pero decidió ir a Betania para estar con María y Marta, que eran sus amigas. ¿Tiene usted un amigo que esté dispuesto a ayudarlo sin que usted se lo pida? Si es así, sabe que puede contar con él “en tiempos de angustia” (Prov. 17:17). Si imitamos a Jesús, seremos esa clase de amigo. Volvamos al relato y veamos qué pasó después.

12. Nobí bkiebi Jesús ki Marta, len nobixhkiá bxhenlachhigue wegonhe tan chi gnhe’ (Juan 11:23-​26).

12 (Lea Juan 11:23-26). Cuando Marta se entera de que Jesús está cerca de Betania, inmediatamente va a verlo. Le dice: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21). Es cierto que él podía haber curado a Lázaro, pero tiene pensado hacer algo mucho más impresionante. Jesús le promete a Marta: “Tu hermano se levantará”. Además, fortalece su fe en lo que le ha prometido diciéndole: “Yo soy la resurrección y la vida”. Así es, Dios le ha dado a Jesús el poder para devolver la vida. Hasta ese entonces, Jesús ya había resucitado a una niña poco después de su muerte y a un joven, al parecer el mismo día en que murió (Luc. 7:11-15; 8:49-55). Pero ¿podía resucitar a alguien que llevaba cuatro días muerto y que ya había empezado a descomponerse?

«LÁZARO, BERHUAJ»

Jesús se conmovió profundamente al ver a sus amigos llorando. (Vea los párrafos 13 y 14).

13. Ka’ rnhe Juan 11:32-​35, bí bhen Jesús kati’ blene María len yezikalha bene’ rbechhike. (Byo dibujo).

13 (Lea Juan 11:32-35). Visualicemos la escena. María, la otra hermana de Lázaro, se acerca a Jesús y le dice lo mismo que Marta: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Tanto ella como los que la acompañan están desolados. Al verlos y oírlos llorando, Jesús se entristece mucho. La compasión que siente por sus amigos hace que se le salten las lágrimas. Él comprende lo doloroso que es perder a un ser querido y quiere ponerle fin a esa situación que los está haciendo sufrir tanto.

14. Nobí rsedie rho’o ki Jeobá ka’ bhen Jesús nan blene rbechhi María.

14 La reacción de Jesús a las lágrimas de María nos enseña que Jehová es un Dios que siente tierna compasión. ¿Por qué podemos decir esto? Porque, como vimos en el artículo anterior, Jesús refleja a la perfección la manera de pensar y sentir de su Padre (Juan 12:45). Entonces, cuando leemos que Jesús lloró al ver el dolor de sus amigos, sabemos que Jehová también se conmueve profundamente cuando ve nuestras lágrimas de dolor (Sal. 56:8). ¿Verdad que saber esto hace que queramos acercarnos más a nuestro cariñoso Dios?

Jesús demostró que puede devolverles la vida a los muertos. (Vea los párrafos 15 y 16).

15. Ka’ rnhe Juan 11:41-​44, nobí rhaka lo yerhoba ki Lázaro. (Byo dibujo).

15 (Lea Juan 11:41-44). Jesús llega a la tumba de Lázaro y pide que quiten la piedra que tapa la entrada. Pero Marta le dice que el cuerpo ya debe de oler mal. Jesús le responde: “¿No te dije que si creías podrías ver la gloria de Dios?” (Juan 11:39, 40). Entonces Jesús levanta la mirada al cielo y hace una oración delante de todos. Quiere darle todo el mérito a Jehová por lo que está a punto de pasar. A continuación grita: “¡Lázaro, sal!”. Y Lázaro sale de la tumba. Jesús acaba de hacer lo que para algunos parecía imposible (vea la nota de estudio de Juan 11:17).

16. Nonáka’ rhon rho’o yodarhe ka’ rtzalaj capítulo 11 ki Juan na’ kxhenlachhirha masrhe ki yelarheyasarheban.

16 El relato del capítulo 11 de Juan nos ayuda a confiar más en la esperanza de la resurrección. Recordemos lo que Jesús le prometió a Marta: “Tu hermano se levantará” (Juan 11:23). Al igual que su Padre, Jesús quiere y puede cumplir esa promesa. Sus lágrimas demuestran que desea de corazón eliminar la muerte y la tristeza que esta causa. Al resucitar a Lázaro, Jesús volvió a demostrar que tiene el poder para devolverles la vida a los muertos. Pensemos también en lo que le recordó a Marta: “¿No te dije que si creías podrías ver la gloria de Dios?” (Juan 11:40). Tenemos buenas razones para creer que Dios cumplirá la promesa de resucitar a los muertos. Pero ¿qué podemos hacer para que esta esperanza sea más real para nosotros?

GONRHA KUENDA NO’ CHI RLETERHA YELARHEYASARHEBAN

17. Nobí rheyala gonrha kati’ rlabarha ki yelarheyasarheban tan rtzalaj lo Biblia.

17 Leamos sobre las resurrecciones del pasado y meditemos en ellas. En la Biblia encontramos ocho relatos de personas que resucitaron aquí en la Tierra. c ¿Podríamos ponernos la meta de estudiar a fondo cada uno de estos relatos? Mientras lo hacemos, tengamos presente que se trataba de personas de la vida real: hombres, mujeres y niños. Busquemos lecciones para nosotros y pensemos en cómo cada ejemplo demuestra que Dios quiere y puede devolverles la vida a los muertos. Y, sobre todo, meditemos en la resurrección más importante, la de Jesús. Cientos de personas vieron a Jesús vivo después de su muerte, y esta resurrección es una base sólida para nuestra fe (1 Cor. 15:3-6, 20-22).

18. Náka’ waka kueajrha banheza ki wuíla rtzalaj ki yelarheyasarheban. (Byo nota).

18 Aprovechemos las “canciones espirituales” que hablan de la resurrección (Efes. 5:19). d Estas canciones fortalecen nuestra fe en esta esperanza, la hacen más real para nosotros. Por eso es bueno que las escuchemos, las cantemos y hablemos sobre lo que nos enseñan sus letras en la adoración en familia. Memoricemos las canciones y grabemos sus palabras en nuestro corazón. Entonces, cuando pasemos por una prueba que ponga en riesgo nuestra vida o perdamos a un ser querido, el espíritu de Jehová nos ayudará a recordar estas canciones. Esto nos consolará y nos fortalecerá.

19. Kati’ rsedirha ki yelarheyasarheban, náka’ waka gonrha kuenda no’ chi rhakathe. ( ¿Qué preguntas les haría?).

19 Usemos la imaginación. Jehová nos ha dado la capacidad de vernos en el nuevo mundo. Una hermana comenta: “Paso tanto tiempo imaginándome en el nuevo mundo que casi puedo oler las rosas en el Paraíso”. Imaginemos cómo será conocer a siervos fieles de tiempos bíblicos. ¿A cuál de ellos tiene más ganas de conocer? ¿Qué le preguntaría? Imaginemos también cómo será el reencuentro con nuestros seres queridos que han muerto. Piense en las primeras palabras que les dirá, en el fuerte abrazo que les dará y en la enorme alegría que sentirá de volver a verlos.

20. Nobí rhala tzeajthezi gonrha.

20 Nos sentimos muy agradecidos a Jehová por la promesa de la resurrección. Estamos seguros de que la cumplirá porque quiere y puede hacerlo. Es como si él nos dijera a cada uno de nosotros: “Tus seres queridos se levantarán”. Sigamos fortaleciendo nuestra fe en la promesa de la resurrección. Si lo hacemos, nos acercaremos cada vez más a Jehová, quien nos ha dado esta hermosa esperanza.

WUÍLA 147 Dios nos promete la vida eterna

a Si usted ha perdido a un ser querido, seguro que la esperanza de la resurrección lo consuela mucho. Pero ¿cómo les explicaría a otros por qué confía en esa promesa? ¿Y qué puede hacer para que la esperanza de la resurrección sea cada vez más real para usted? El objetivo de este artículo es fortalecer nuestra fe en la resurrección.

b El video musical se titula Zuá gagodzo, y apareció en el programa de noviembre de 2016.

c Vea el recuadro “Ocho resurrecciones relatadas en la Biblia”, de La Atalaya del 1 de agosto de 2015, página 4.

d Vea las siguientes canciones de Cantemos con gozo a Jehová: ¿Te ves en el nuevo mundo? (canción 139), No dejes de mirar allí (canción 144) y Jehová los llamará (canción 151). Vea también en jw.org las canciones Zuá gagodzo, La vida de verdad y Ya verás.